Por JANET McCONNAUGHEY
NUEVA ORLEANS
Agencia (AP)
Antes de que la pandemia del COVID-19 azotara a EE. UU., el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial en Nueva Orleans planeaba celebrar su 20mo aniversario con miles de personas. Ahora está trabajando para evitar las multitudes, vendiendo un número limitado de boletos con horario, y llevando todas sus celebraciones — incluida su ceremonia anual matutina por el Día D — a internet.
El museo abrió el 6 de junio del 2000 como el Museo Nacional del Día D, y fue designado Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial unos años después. El pasado 6 de junio, en el 75to aniversario de la operación de combate, recibió a 3.200 visitantes.
Este año, «pudimos haber tenido hasta 5.000 visitantes», dijo el presidente y director ejecutivo Stephen Watson.
El museo cerró debido a la pandemia el 14 de marzo y reabrió el Día de los Caídos en Guerra, que este año cayó el 25 de mayo, para registrar su menor asistencia desde el huracán Katrina en 2005, dijo el vocero Keith Darcey.
Los eventos diarios de aniversario comenzaron, cuando unas 4.000 personas se conectaron a ver una presentación de una hora con el historiador Ben Brands, de la Comisión Estadounidense de Monumentos de Batalla. Brands habló sobre el Cementerio Estadounidense de Normandía en la Playa de Omaha, una zona de aterrizaje que representó casi la mitad de las 2.500 tropas estadounidenses fallecidas en el Día D.
Contó cómo un proyecto de investigación de un estudiante de secundaria ayudó a identificar a un operador de radio de la Segunda Guerra Mundial cuyos restos fueron encontrados en un buque de la Armada recuperado. Julius Pieper, originalmente enterrado en otro lugar como un desconocido, fue vuelto a enterrar en Normandía en 2018 junto a su hermano mellizo, Ludwig Pieper, dijo Brands.
Apuntó que el cementerio iba a reabrir tras los cierres por el COVID-19, pero que se necesita hacer reservaciones para visitarlo y que espacios bajo techo como el centro para visitantes permanecían cerrados.
Además de la ceremonia conmemorativa del Día D, los eventos incluyen una sesión vespertina sobre los comienzos del museo y su expansión a un proyecto que cubre unas tres cuadras y media en el Arts/Warehouse District. El campus cuenta con seis edificios que incluyen un hotel, además de una última sala de exhibiciones y un «Pabellón de la Paz» de 14 millones de dólares aún en construcción. Esa sesión contará con la participación del presidente fundador y director ejecutivo emérito Gordon «Nick» Mueller, el antiguo fideicomisario Boysie Bollinger y Watson.
El museo ha crecido mucho más de lo que el historiador de la Universidad de Nueva Orleáns Stephen Ambrose había propuesto como casa para las 1.000 historias orales del Día D que él y sus estudiantes habían recopilado, dijo Mueller el miércoles.
Ambrose pensó que costaría un millón de dólares. Después de todo, la universidad tenía un terreno industrial vinculado al Día D: era el sitio donde Andrew Jackson Higgins construyó la lancha de desembarco que Dwight D. Eisenhower más tarde dijo que ganó la guerra.
Mueller dijo que le respondió: «Ay, Steve, eres tan ingenuo, eso va a costar cuando menos 4 millones de dólares».
El sitio se mudó de su área frente al lago al más turístico Warehouse District, y el museo original, ahora el Louisiana Pavilion, costó 20 millones de dólares.
El museo estuvo dos veces al borde de la bancarrota aún estando en planificación, pero sobrevivió eso, la recesión del 2008 y su peor golpe, el huracán Katrina, que azotó en agosto de 2005 justo después de haberse definido unos planes de expansión de 300 millones de dólares (hoy 400 millones).
Sobrevivirá también las pérdidas por el COVID-19, dijo Mueller.
El presupuesto de operaciones planeado de 60 millones de dólares para el año fiscal que termina el 30 de junio probablemente «termine siendo de poco más de 40 (millones)», y el presupuesto para el próximo año fiscal sería de unos 35 millones, dijo Darcey en un email.
Así que 82 de los 300 empleados de tiempo completo y parcial del museo han sido despedidos, aunque están recibiendo salario hasta el 8 de junio. Cuarenta vacantes no se llenarán, y a muchos trabajadores les redujeron temporalmente los salarios entre 5% y 25%.
El museo tenía menos empleados en 2005, pero tuvo que despedir a la mitad de ellos, recordó Mueller. Su junta nacional le pidió en ese entonces cuatro o cinco planes que incluyeran desde cancelar la expansión hasta seguir adelante a toda máquina.
«Me decidí por algo intermedio y les dije que no era tan duro como en la Playa de Omaha en 1944», contó.