Por HILLEL ITALIE
NUEVA YORK
Agencia (AP)
La novelista N.K. Jemisin era una adolescente cuando leyó por primera vez a Octavia Butler, y nada la había preparado para eso. Era la década de 1980, y el libro se titulaba «Dawn» («Alba»), la historia de una mujer negra que despierta 250 años después de un holocausto nuclear.
«Recuerdo que me impresionó que una mujer negra existiera en el futuro, porque la ciencia ficción no había hecho eso antes», dijo Jemisin, una escritora negra cuyo libro «The City We Became» es actualmente un éxito literario. «Simplemente había como una ausencia notoria donde parecía que todos nos desvanecíamos después de un tiempo».
Butler, una voz revolucionaria en su época, se ha vuelto más popular e influyente desde su muerte en 2006, a los 58 años. Sus novelas, incluyendo «Dawn», «Kindred» («Parentesco») y «Parable of the Sower» («Parábola del sembrador»), venden más de 100.000 ejemplares al año, de acuerdo con su antigua agente literaria y administradora de su patrimonio Merrillee Heifetz. Toshi Reagon adaptó «Parable of the Sower» en una ópera y Viola Davis y Ava DuVernay están entre que trabajan en series basadas en su obra. Grand Central Publishing está reeditando muchas de sus novelas este año y la Biblioteca de Estados Unidos la incorporará a su colección en 2021 con un volumen de su obra de ficción.
Una generación de escritores más jóvenes la suelen citar como una influencia, de Jemisin a Tochi Onyebuchi a Marlon James y Nnedi Okorafor, quien actualmente trabaja en un guion de la novela de Butler «Wild Seed» para la productora de Davis y su esposo Julius Tennon. Davis, en una entrevista reciente con The Associated Press, dijo que comenzó a leer a Butler cuando estudiaba en la escuela de artes Juilliard hace 30 años.
«Me sentí incluida en la narrativa de una manera que nunca había sentido leyendo cualquier cosa antes», dijo Davis, quien tiene un contrato con Amazon Studios. «Hay algo en verte reflejado en el terreno de la imaginación que abre tu mundo».
Alys Eve Weinbaum, profesor de letras inglesas en la Universidad de Washington, dijo que Butler abrió un género «dominado por hombres blancos y lectores blancos». Ahora es reconocida como una visionaria que anticipó muchos de los asuntos en las noticias de hoy, desde el coronavirus hasta el cambio climático y la elección del presidente Donald Trump. En su novela de 1998 «Parable of the Talents» («Parábola de los talentos»), el derechista Andrew Steele Jarret se postula a la presidencia en 2032 con un mensaje familiar para los lectores de ahora.
El tema de la campaña de Jarret es: «Ayúdennos a hacer América grande otra vez».
La propia vida de Butler la entrenó a pensar de nuevas maneras. Nació y creció en Pasadena, California, era negra, pobre y medía 1,80 metros (6 pies). «Yo creía que era fea, estúpida, torpe y socialmente incompetente», explicó alguna vez. Su sentimiento de aislamiento la llevó a leer y escribir historias de ciencia ficción y fantasía incluso pese a que una tía le dijo alguna vez, «Cariño… los negros no pueden ser escritores».
En un taller de escritores en la década de 1970, Harlan Ellison leyó su obra y fue uno de los primeros en apoyarla, publicando uno de sus cuentos en una antología de ciencia ficción. Su primera novela, «The Patternmaster», se publicó en 1976, aunque le tomó años poder mantenerse a sí misma y que la industria se pusiera al día con ella. Jemisin y otros recuerdan que la portada original de «Dawn» incluía a una mujer blanca, por lo que Jemisin se sorprendió aún más al leer el libro y darse cuenta de que la protagonista era negra.
En los años 80 y 90, sus lectores y su reputación crecieron. Se convirtió en la primera autora de ciencia ficción en recibir una beca de la fundación MacArthur y entre otros premios literarios recibió el Nebula por «Bloodchild» y «Parable of the Talents». Era tímida y a menudo solitaria, y se describía a sí misma como «una pesimista si no soy cuidadosa, una feminista, una negra, una exbautista, una combinación de agua y aceite de ambición, pereza, inseguridad, certeza y empuje».
Algunos admiradores tienen recuerdos personales de Butler. Poco antes de morir en 2006, fue la oradora principal en la Conferencia de Gwendolyn Brooks sobre literatura negra y escritura creativa en la Universidad Estatal de Chicago. Okorafor estuvo entre las cientos de personas que asistieron. Conoció a Butler años antes, en un taller de escritores en Clarion College, donde la leyó por primera vez y le pidió consejos para empezar en una llamada telefónica.