Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)
La actriz mexicana Adriana Barraza vive una historia sobrenatural entre pachucos y nazis en la nueva serie de Showtime «Penny Dreadful: City of Angels».
La serie, que se estrena el domingo, aborda temas como racismo y corrupción en Los Ángeles en 1938, bajo la sombra de la inminente Segunda Guerra Mundial y la tensión creciente entre los mexico-estadounidenses y las autoridades.
Barraza interpreta a María Vega, la matriarca de una familia de raíces mexicanas que se debate entre la legalidad y los bajos fondos de la ciudad y cuyo hijo Tiago, interpretado por el actor costarricense Daniel Zovatto, trabaja como detective y le sigue la pista a un cruel asesino.
«Es la clásica mamá mexicana que defiende a sus hijos, brava», dijo Barraza en una entrevista telefónica reciente desde su casa en Miami.
La serie fue escrita y creada por John Logan, quien también estuvo a cargo de la popular versión londinense del drama, «Penny Dreadful», que se transmitió de 2014 a 2016. Logan ha dicho que esta nueva entrega es una descendiente espiritual de la original, pero que la historia es completamente diferente. El director Sam Mendes («1917», «American Beauty») fungió como productor ejecutivo. Las «penny dreadful» eran novelas policiales o fantasiosas en serie que se publicaban en Inglaterra en el siglo XIX, al precio de 1 centavo (penny) por capítulo.
En «City of Angels», María tiene una relación especial con la Santa Muerte, pero a diferencia de la asociación actual que tiene la Santa Muerte con el narcotráfico y los rituales oscuros en México, en el caso de María es una especie de «ángel».
En la serie, el mal está personificado por Magda, una misteriosa mujer alemana interpretada por Natalie Dorman, y no pasa mucho tiempo antes de que el bando de María se enfrente al de Magda.
A la par de este duelo, la ciudad tiene sus propias fuerzas encontradas por la tensión entre las autoridades y los mexicanos a los que no veían de forma muy positiva por oponerse a sus planes de desarrollo urbano. Aunque muchos eran nacidos en Estados Unidos, los trataban como ciudadanos de segunda o pandilleros, por el estereotipo de los pachucos que usaban sus trajes «zoot suit».
La época es vívidamente recreada con el vestuario de los extras, las locaciones, los autos.
Barraza contó que para una escena de una noche en un salón de baile en la calle principal hubo 500 extras y 70 autos. Dijo que «fue una delicia ver cómo esa producción pudo conjuntar y tener la estética tan increíble de esa época».
Pero lo que más le gustó es la manera en que se va hilando la acción.
Barraza alcanzó a terminar las grabaciones de «Penny Greatful: City of Angeles» y volver a su casa en Miami a principios de marzo, antes de la cuarentena por el coronavirus. Pero ya entonces ella y su esposo, el actor Arnaldo Pipke, notaron que los efectos de la pandemia se estaban haciendo más reales.
En Florida se impuso un toque de queda y a pesar de que se criticó a la población por abarrotar recientemente las playas, después de que fueran reabiertas, las medidas de distanciamiento social siguen en pie y el estado tenía hasta el martes por la noche cerca de 28.000 casos de coronavirus.
Por su parte, Barraza y su esposo han implementado un sistema para sobrellevar mejor la cuarentena y darle un poco de cariño a sus amigos.
Barraza, quien próximamente también podrá ser vista en la película «We Can Be Heroes» de Robert Rodríguez, mantiene abierta su escuela de actuación, Adriana Barraza Acting Studio, sólo que con clases virtuales.