Quinta Parte
Juan Fernando Girón Solares
Llegó por fin la tan esperada Cuaresma de 1920. Los vecinos del “Cantón Barillas” se prepararon con alegría, esmero y cariño para recibir la sagrada imagen del Salvador del Mundo, el domingo de Pasión del año referido. La improvisada galera que se había levantado como un templo provisional fue decorada con cortinajes en tonalidades rojo y lila, arreglos florales en los que predominaban las estaticias, los nazarenos y decoraciones especiales de coralillo y pino, sin faltar desde luego las más de treinta canoas de corozo que aquella tarde llena de sol y de colorido del mes de abril en el Valle de la Ermita, se abrieron y tendieron como ofrenda amorosa para el CRISTO del Padre Gabriel, el que a partir de esa fecha sería ya el CRISTO de la nueva Iglesia del Cantón, y que inundaron con su frescura e incomparable aroma a verdadera Semana Santa, la llegada para siempre del que sería uno de sus más preciados tesoros.
Se planificó cuidadosamente cada detalle, y a partir de las once de la mañana, dio inicio el cortejo procesional de la imagen de la que sería designada la Patrona de aquella congregación, es decir la imagen de SANTA MARTA que había sido donada previamente al Comité, formado para la construcción del templo. Centenares de devotos acompañaron entonces bajo el sol del mediodía a su Patrona, hasta que le hizo encuentro al señor que para aquella ocasión, lucía nuevamente la túnica confeccionada por las Hermanas de la Caridad, en las proximidades del Cementerio General y venía acompañado por un grupo de devotos en pequeñas andas, encabezado por supuesto por el Padre Gabriel Solares, y desde luego por Emiliano Moreno, y algunos ex presidiarios como fiel testimonio de la conversión de los pecadores, y de lo que aquella milagrosa talla había representado en sus vidas.
Las dos imágenes, desde luego la de Jesús y la de la Patrona se enfilaron hacia su templo, donde una multitud las esperó con lágrimas de emoción. El Padre Gabriel celebró la Santa Misa, al final de la cual impartió la bendición a los presentes, y al final de la tarde con la caída del sol, firmó el documento como constancia de entrega donativa a sus nuevos custodios y guardianes de SANTA MARTA, de la imagen del Cristo que ahora quedaría bajo su responsabilidad y tutela, para el servicio de aquella comunidad.
Las imágenes fueron colocadas y depositadas en la humilde casa del señor Alberto Cervantes, localizada frente a aquella galera, a quien se designó custodio provisional en tanto se concluía la edificación del inmueble que sería dedicado al culto religioso. Antes de retirarse, Emiliano contó a todos los presentes a aquella emotiva ceremonia, sus vivencias y relación con el Cristo en el interior de la Penitenciaría Central, y les formuló una pregunta muy sencilla pero a la vez profunda: – ¿Cómo llamarían a aquella imagen bendita a partir de ese momento? – Y ante la respuesta unánime del desconocimiento y falta de certeza, les dijo con todo respeto y en voz alta, viéndose a sí mismo y a sus ex compañeros de presidio, – “¿POR QUÉ NO LO LLAMAN JESÚS NAZARENO REDENTOR DE LOS CAUTIVOS…?” – y por la gracia de Dios, así fue.
Durante muchos años y hasta que sus fuerzas se lo permitieron, Emiliano retornaba de Quetzaltenango y nunca faltó a la Solemne Procesión de cada Cuaresma, para acompañar y dar gracias al Cristo que transformó su vida para siempre, y que a partir de que el templo prácticamente quedó concluido, inicialmente el Martes Santo de 1925, y posteriormente el QUINTO DOMINGO DE CUARESMA o DOMINGO DE PASIÓN como quedó establecido, recorre las calles antañonas, inicialmente del extinto CANTÓN BARILLAS, luego de la actual zona tres y finalmente de las zonas tres y uno de la ciudad de Guatemala, en un grandioso cortejo procesional que ha dejado de ser de Barrio, para convertirse como muchos de nuestra querida Guatemala en una de las grandiosas manifestaciones de fervor y devoción de nuestra ciudad, y que este año 2020 tendrá por primera vez, más de DOCE HORAS de recorrido, motivo por el cual con respeto y admiración, en el centenario de haber sido donado por el Padre Gabriel Solares a la comunidad de la hoy PARROQUIA DE SANTA MARTA, dedicamos estas pequeñas líneas en homenaje a la generosidad del religioso, pero especialmente al Señor que ha transformado la vida de tantos hombres y mujeres, al que le pedimos que redima nuevamente a su pueblo, de ser cautivo de los vicios que alejan a los seres humanos de Jesucristo, Dios vivo y verdadero.
NOTA DEL AUTOR: La historia que ustedes acaban de leer, es producto de la combinación de hechos históricos reales, relacionados con la ciudad de Guatemala y el extinto Edificio de la Penitenciaría Central, que fuera desocupado de la población reclusa y derribado finalmente en 1968, durante el gobierno del Lic. Julio César Méndez Montenegro, para dar paso al Complejo urbanístico del Centro Cívico, y al predio donde actualmente se encuentran los Edificios de la Corte Suprema de Justicia y de la Torre de Tribunales, con la fantasía propia del autor en los temas devocionales y de la tradición cuaresmal de Guatemala. No obstante, la información que logramos recabar del sitio nos ha permitido concluir que el mismo contaba efectivamente con una Capellanía General y sin duda alguna con una pequeña Capilla para la atención religiosa de los prisioneros.
No fue posible obtener, sin embargo, una fotografía de esa parte del penal, ni mucho menos una postal de la imagen de JESÚS NAZARENO de la actual PARROQUIA DE SANTA MARTA, conocido posteriormente por su estancia en el edificio penitenciario en referencia como –JESÚS NAZARENO REDENTOR DE LOS CAUTIVOS- en su interior, para afirmar con plena exactitud que la misma sí se encontraba en forma permanente en aquella Capilla. Gracias a la información y gentil colaboración provista por los miembros de la Hermandad, señores: Joel Ambrosio, Oscar Sazo y en especial a su Presidente el señor José Ernesto Chamalé, se sabe que la misma sí perteneció al Reverendo Padre Gabriel Solares, quien fue párroco de Nuestra Señora de los Remedios, El Calvario, hasta 1917, que dicho religioso fue Capellán de la Penitenciaría Central (sin duda alguna por la proximidad de la prisión de varones al antiguo templo de El Calvario), que la misma supuestamente, por sus características de mirada hacia la izquierda y cabellera tallada, haya sido tallada en España, aún y cuando la existencia de gonces en hombros y codos, podría también suponer que sea una imagen elaborada en nuestro país en el siglo XIX, y que la misma sí estuvo peregrina tanto en dicha Parroquia mientras el P. Solares fungió como párroco, como en la Capilla penitenciaria y en la del Hospital San Juan de Dios, donde actualmente se encuentra la Capilla del Señor de las Misericordias), hasta que efectivamente la donó al Comité de artesanos en pro de la edificación de la entonces Iglesia del Cantón Barillas, hoy Parroquia de Santa Marta, en la actual zona 3 de esta ciudad.
Por lo tanto, es muy probable que la misma haya sido llevada temporalmente hacia el interior de la cárcel por su propietario para las actividades religiosas y paralitúrgicas propias de la Cuaresma y Semana Santa, y no que perteneciera en definitiva a la capilla del centro de reclusión o que recibiese allí veneración en forma permanente, por cuanto no hubiese sido posible entonces que se trasladase sin ningún motivo de aquel sitio en 1920 hasta su ubicación actual y por lo tanto, se supone que de allí provenga la advocación con la cual se le conoce desde aquel entonces y hasta nuestros días como –REDENTOR DE LOS CAUTIVOS-.
El resto de los personajes, con excepción del connotado compositor de Marchas Fúnebres, Marcial Prem, quien aparece mencionado y homenajeado en el LIBRO AZUL de Guatemala de 1915, son ficticios, (con excepción de los nombres de las personas que integraron el Comité pro construcción del templo en 1919-1920 según los datos proporcionados por la Hermandad, los que son reales) aún y cuando el lector podrá apreciar que nuestro personaje central de esta historia, EMILIANO MORENO, puede perfectamente significar al prototipo de aquel guatemalteco sufriente de inicios del siglo XX, que en las condiciones más difíciles puede como cualquiera de nosotros, encontrarse con Dios y ser un testigo de cambio. Nuestro ferviente deseo porque así sea.
Con la firme esperanza y deseo que este relato mezcla de fantasía con hechos y lugares históricos, haya sido de su agrado, me permito por este medio reiterar mi agradecimiento a la Hermandad de la Venerada Imagen de Jesús Nazareno Redentor de los Cautivos y Santísima Virgen de Dolores de la Parroquia de Santa Marta zona 3, a quienes felicito al igual que a toda su comunidad parroquial por la efemérides que celebrarán este año en el centenario de la llegada del Señor a su templo; al Lic. Fernando Urquizú, connotado historiador por su apoyo en la realización de estos apuntes y desde luego a mi amigo Eduardo Blandón, como Coordinador de este Segmento Cultural del Diario La Hora, con el ofrecimiento de volver, si Dios así lo permite, con una nueva historia de Cuaresma y Semana Santa, el año entrante 2021. ¡UNA FELIZ SEMANA MAYOR PARA TODOS!
Un cucurucho de corazón,
Guatemala de la Asunción, 5º Viernes de Cuaresma, 27 de marzo de 2020.-