Miguel Flores Castellanos
Doctor en Artes y Letras

La aparición del libro, «Rina Lazo, muralista mesoamericana. Una historia sobre tierras fértiles», de Fátima Anzueto, representa un acontecimiento para la investigación del arte centroamericano y en especial de Guatemala. Tenerlo en las manos es un milagro que surge del tesón y del trabajo arduo, realizado durante sus estudios de actualización académica en Museos: creatividad, gestión y vanguardia, de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Autónoma de México.

Escrito –como debía de ser- en clave académica, esta publicación utiliza el proceso científico para poder dilucidar la vida y trabajo de una mujer que ha estado invisible por muchas circunstancias: mujer, expatriada y pintora de murales. Poseía todos los atributos para que el mundo machista mexicano la tomara en cuenta cuando le convenía. Anzueto la retoma para los guatemaltecos.

Es notorio que Fátima ha absorbido no solo conocimientos teóricos sino además ejercitarse en la escritura académica. Vilipendiada por quienes no han completado los estudios universitarios, o los de mente estrecha que ven en la investigación profunda de los hechos como el arte, perder el tiempo, prefieren las exposiciones y las fotos en periódicos y redes sociales. En esta publicación los hechos que se presentan pueden ser comprobados, no son fantasías ni elucubraciones sin sentido.

Anzueto brinda un recorrido por la vida de Rina Lazo, una desconocida para los guatemaltecos. Lo que más se llega a saber es que fue esposa de Arturo García Bustos y que pintó un mural que está en el Museo de la Universidad de San Carlos. Este libro permite conocer la historia profunda de esta emblemática mujer, desde su niñez, su interés por la pintura y sus éxitos que paso a paso logró con tesón.

Lo más importante es que Fátima utiliza una variada bibliografía –lo que se denomina en investigación- fuentes primarias, la gran mayoría de autores mexicanos y apenas algunas fuentes de origen guatemalteco. ¿Por qué de esta situación? Porque en nuestro país no se investiga en el campo del arte. Quien probablemente sí la realice es la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos, pero paradójicamente se ha decantado por el arte católico devocional -apenas hay del arte moderno y menos del actual-. Para el resto de las universidades del país, el arte es algo que no es tomado en cuenta más que como divertimento, o eventitis (sic).

La publicación de Fátima Anzueto centra su investigación en la actividad de Lazo como artista, desligada de la asistencia a Diego Rivera, un gigante que hacía sombra a cualquiera de su alrededor. Como objeto de estudio toma el mural Tierra fértil (1954), creado originalmente para el Club Italiano de la Ciudad de Guatemala; luego, la copia facsímil de los murales de Bonampak, el Venerable abuelo maíz (1992-1995) y el último que trabajaba en su casa de Coyoacán, Inframundo (1919), basado en la cosmovisión maya. La investigadora deja claro que además de los murales, Rina Lazo hizo innumerables pinturas de caballete de géneros como el paisaje y el bodegón.

El trabajo del facsímil de los murales de Bonampak no fue una tarea fácil, la publicación, además de dar cuenta del hecho, muestra fotografías nunca vistas de este proceso. Un trabajo titánico para copiar a escala natural en condiciones complicadas dentro de la selva chiapaneca. El resultado final se exhibe en el Museo de Antropología de Ciudad de México, una labor impresionante ya que además de tener la figuración exacta, tiene la paleta de colores similar a los originales de esta ciudad Maya colindante con Guatemala.

La otra obra mencionada, el Venerable abuelo maíz, donde hace un despliegue impresionante de imaginación, enraizada en sus orígenes mesoamericanos, están presentes los volcanes y las diferentes prácticas originarias del maíz, algo que Guatemala comparte con el sureste mexicano. Anzueto da fe en su último mural Inframundo de su motivación iconográfica de Mesoamérica. Completan esta publicación una larga entrevista hecha por la autora a Rina Lazo, donde es posible dilucidar y percibir las concordancias con la investigación documental.

Anzueto complementa este importante y clarificador texto con imágenes inéditas, poco conocidas en Guatemala, con las que comprueba una vez más la investigación documental. Destaca una foto con Juan José Arévalo, cuando Lazo recibe la beca para estudiar en México, este es de los pocos documentos gráficos que existen de este acto que el gobierno de Arévalo realizó con otros artistas como Roberto González-Goyri o Dagoberto Vásquez y que ningún gobierno a la fecha ha logrado cristalizar otra vez.

Los estudios de Fátima Anzueto dan su primer fruto, debe ir por más, por el doctorado y estoy seguro que complementará mucha más información de los guatemaltecos que ha estado en México o que han tenidos triunfos allá, como el grupo Imaginaria en los noventa. La investigación del arte en Guatemala está por hacerse. El libro puede adquirirse en la librería Sophos, en la zona 10.

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