Flavio Herrera nació en la ciudad de Guatemala, el 18 de febrero de 1895. Estudió en el Colegio de Infantes y en el Instituto Nacional Central para Varones. Se graduó de Abogado y Notario en la Universidad Manuel Estrada Cabrera y recibió el premio Mariano Gálvez de la Escuela Facultativa de Derecho y Notariado por su tesis.

Se trasladó a Europa donde continuó sus estudios de derecho en la Universidad de Roma, y estudios de literatura en la Universidad Central de Madrid.

Durante el gobierno de Juan José Arévalo, fue embajador de Guatemala en Brasil y Argentina, y dirigió la Escuela Centroamericana de Periodismo. Fue catedrático de Literatura en la Facultad de Derecho y Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en donde recibió la distinción de Profesor Emeritissimum. En 1960 recibió la Orden del Quetzal del Gobierno de Guatemala.

Sus novelas El Tigre, Caos y La Tempestad, conocidas en conjunto como La Trilogía del Trópico, son lectura oficial en las escuelas públicas y colegios privados de Guatemala. Como poeta cultivó principalmente el género del Hai-Kai.

Kai-kai de Flavio Herrera
El hai-kai
Emoción. Síntesis. Bruma.
Todo el milagro del mar
En una gota de espuma

Su estampa
En el trigal, ya madura,
fina, grácil, erecta
tu figura
erigió la escultura
de la espiga perfecta.

Sus senos
Yo vi la maravilla
del doble plenilunio
en dos magnolias sin mancilla.

Sus cartas

Nieve. Dulzura. Aroma. ¿Las escribe en papel
o en un pedacito
de su piel?

Su boca
Arde el día en un botón:
Polo del imán del mundo.
Antena del corazón.

Libídine

En tus besos,
cóncavos como hamacas,
hace la siesta mi deseo.

Su piel

Ella le da el matiz puro,
y la miel
al melocotón maduro.

Mujer del trópico

Morena.
Menuda y picante
—grano de pimienta—.

Tanka de la infiel

¡Ay, de ese llanto pérfido
que, gota a gota, te resbala
del negro corazón al ojo angélico!
Cada lágrima tiembla
y brilla en tus pestañas
como una joya falsa
a la que no redime
ni la cándida sal que la alimenta.

Paradigma

Amante en otoño: Gloria.
Esposa en otoño: Tedio.
¡Historia!

El espárrago
Alza su dedo amarillo
como pidiéndole al sol
que le regale su anillo

Los rábanos

Comenta la hortaliza
la gloria de los rábanos
hechos ascuas de risa.

La manzana

Le relumbra en la mejilla
un júbilo redondo
de muchacha sencilla.

La anona

Una ampolla de leche cuajada
en la ubre misma
de la madrugada.

Selección de textos. Roberto Cifuentes Escobar

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