MADRID
AGENCIA DPA / (Europa Press) –

Durante cientos de años los bosques tropicales han mantenido registros detallados de las actividades humanas que se desarrollaron a su alrededor, al estilo de anales históricos.

Un equipo internacional de científicos presenta, en un nuevo artículo publicado en Trends in Plant Science, el uso combinado de la dendrocronología, la datación por radiocarbono y el análisis isotópico y genético como un medio para investigar los efectos de las actividades humanas en las perturbaciones forestales y la dinámica de crecimiento de las especies de árboles tropicales.

El estudio presenta la aplicabilidad potencial de estos métodos para investigar períodos prehistóricos, históricos e industriales en los bosques tropicales de todo el mundo y sugiere que tienen el potencial de detectar amenazas antropogénicas transgresivas en el tiempo, ideas que pueden informar y guiar las prioridades de conservación en estos que están desapareciendo rápidamente ambientes.

Dirigido por científicos del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y coautor de científicos líderes en el Instituto Nacional de Investigación del Amazonas, el Instituto Max Planck de Biogeoquímica y el Instituto Max Planck de Biología del Desarrollo, el estudio muestra que los árboles tropicales almacenar registros de poblaciones humanas cambiantes y sus prácticas de gestión, incluidas actividades que finalmente condujeron a una ‘domesticación’ de paisajes tropicales.

El estudio promueve un diálogo entre varios campos de investigación para asegurar que los árboles tropicales sean reconocidos por su papel en los ecosistemas culturales y naturales.

Los bosques tropicales, considerados durante mucho tiempo como barreras para la migración humana, la experimentación agrícola y las densas poblaciones sedentarias, hasta hace poco se consideraban ‘Desiertos Verdes’ en el contexto de la actividad humana pasada.

Sin embargo, las últimas dos décadas han visto una gran cantidad de investigaciones de diversas disciplinas que destacan evidencia extensa y diversa de domesticación de plantas y animales, incluido el manejo forestal, la alteración del paisaje y la translocación deliberada de taxones salvajes por las antiguas sociedades humanas, incluidos los habitantes de algunos de las ciudades preindustriales más grandes en la faz del planeta.

El colonialismo occidental y la expansión del capitalismo global provocaron nuevos impactos humanos en estos entornos, y las decisiones de los consumidores en Europa impulsaron la deforestación y la explotación de los recursos tropicales como lo hacen hasta el día de hoy.

Comprender cómo diferentes sociedades, sistemas económicos y organizaciones administrativas cambiaron los bosques tropicales es esencial si queremos desarrollar adecuadamente políticas de conservación sostenibles.

Sin embargo, los registros de alta resolución de los impactos humanos en los ecosistemas tropicales a menudo son difíciles de obtener.

«Sorprendentemente, toda esta historia ha descuidado algunos de los testigos más grandes y antiguos que los bosques tropicales tienen para ofrecer: sus árboles», dice Victor Caetano Andrade, autor principal del estudio en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana.

«La excavación arqueológica y los análisis arqueobotánicos han llevado a grandes avances en nuestro reconocimiento de vidas humanas pasadas en los trópicos, pero los árboles mismos que están parados junto a la trinchera también tienen cosas que decir», continúa.

El estudio de los anillos de los árboles se ha utilizado con frecuencia en ambientes templados para crear una imagen de cómo el cambio climático y las actividades humanas han alterado los bosques. Sin embargo, dicho trabajo ha sido limitado en los trópicos, debido a la percepción de que la falta de estacionalidad significaba que no habría anillos visibles.

Como señalan los autores, sin embargo, ahora se ha demostrado que más de 200 especies de árboles tropicales forman anillos anuales. Esto abre una vía completamente nueva para la exploración de las cambiantes condiciones de los bosques tropicales en el pasado.

Contar los anillos de los árboles puede, junto con la datación por radiocarbono, producir cronologías o ‘estratigrafías’ robustas y de alta resolución del crecimiento de un árbol individual. Un cambio en el tamaño de los anillos de crecimiento identificados en varios árboles en el mismo bosque puede proporcionar un indicador de cambios abruptos en las condiciones ambientales.

Además, estos anillos se pueden muestrear químicamente para investigar cómo las condiciones climáticas cambiaron con el tiempo y cómo dichos cambios se correlacionan con el crecimiento de los árboles. Donde no se ve una fuerte correlación entre el clima y el crecimiento, la puerta se abre a otras posibles explicaciones, la principal de ellas es la actividad humana.

Según Víctor Caetano Andrade, «hay algunas especies de especial importancia para los humanos, por ejemplo, como árboles alimenticios o árboles utilizados para un propósito particular. En estos casos, es probable que los humanos realicen prácticas de manejo forestal, como limpiar el sotobosque, abriendo el bosque y protegiendo activamente los árboles individuales».

Por el contrario, otras especies pueden haber sido eliminadas deliberadamente para su uso como material de construcción o para dar paso a la colonización. La combinación de observaciones del crecimiento de los árboles con datos históricos y arqueológicos locales permite a los científicos observar la relación entre las comunidades arbóreas y las sociedades humanas pasadas y sus prácticas económicas.

El análisis de ADN de los árboles modernos es comúnmente utilizado por empresas y silvicultores para seleccionar árboles con rasgos económicamente deseables. Sin embargo, el análisis genético moderno, así como el análisis de especímenes preservados, pueden revelar ideas importantes sobre cómo las poblaciones de una especie dada han cambiado a través del espacio y el tiempo.

Cuando sea relevante, este análisis genético se puede utilizar para observar los procesos de domesticación, incluida la selección de rasgos particulares. La capacidad de asociar patrones de diversidad genética para árboles económicamente importantes con registros arqueológicos conocidos promete revelar nuevas ideas sobre el asentamiento de ambientes tropicales en el pasado.

La revisión de los autores muestra que en muchos casos en América Central y del Sur, la máxima diversidad genética de estas especies se encuentra en áreas con intensa ocupación humana precolombina.

Sin embargo, además de las investigaciones del pasado lejano, el presente estudio también muestra que el muestreo de árboles modernos como la caoba puede documentar cambios en la diversidad genética antes y después de los episodios de tala.

Los autores proponen que, dado el avance de la secuenciación completa del genoma, la aplicación de tales métodos a los árboles modernos antiguos en un bosque determinado puede permitir reconstruir genéticamente eventos de limpieza y manejo humanos pasados, particularmente donde también hay disponible información histórica y arqueológica detallada.

Si bien la mayoría de los estudios ecológicos sobre los trópicos supuestamente ‘prístinos’ se han centrado en cómo los cambios en la estructura forestal y el crecimiento de los árboles están vinculados a las fluctuaciones climáticas y las perturbaciones naturales, la presente investigación destaca siglos de impacto humano.

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