Miguel Flores Castellanos
Doctor en Artes y Letras
Como por arte de magia desapareció la obra, La dinámica bancaria (1998), de Roberto González Goyri (1924 – 2007), ubicada sobre la séptima avenida de la zona 9, en lo que fueron las antiguas instalaciones de la Corporación de Occidente. Es un hecho lamentable para el arte visual guatemalteco, en un lugar donde el único museo no cumple las expectativas.
Esta pieza escultórica pertenece a la última fase de creación del Maestro González-Goyri, y sale fuera de sus tradicionales piezas de bulto exento o altos relieves. Con esta pieza se adentró en formas que no había utilizado antes. Una línea naranja serpenteante y a veces retorcida, con subidas y bajadas, representa esa dinámica bancaria, por lo que ahora fue cercenada de su emplazamiento original.
Por otro lado, esta pieza representó la actitud de una empresa de aportar al ornato de la ciudad, como se hace en muchas partes del mundo. No era un adorno, sino una obra de arte pública, consignada a uno de los artistas que mayor obra pública tiene sobre la séptima avenida. Por lo tanto, su valor simbólico es alto, más en el mercado del arte.
El emplazamiento de esta obra se debe también a la firma de arquitectos que realizaron el edificio, conocedores de lo que representa una escultura de tan insigne artista guatemalteco, y en cierta forma era un volumen que contrastaba con el edifico con fachada de ladrillo.
Es de imaginarse cómo fue cortada con acetileno, de prisa dejando vestigios de su soporte. O la forma en que sería trasladada definitivamente en condiciones poco profesionales del manejo de una obra de arte. Con suerte esta pieza yace en una bodega y es seguro que quienes la cortaron y trasladaron la vieron como chatarra, por su falta de educación en el campo del arte. Una vez más es notorio el desconocimiento de profesionales de la banca, finanzas y seguros en asuntos de arte. No se culpa a quienes cortaron la pieza y a las que la montaron seguramente en un camión (¡y ojalá completa!), ellos cumplieron una orden superior. ¿Quién fue esa persona?
La desaparición de esta pieza de arte fue anunciada por una de las hijas del maestro. Este post en su página de Facebook fue colocado días antes de que la Superintendencia de Bancos interviniera la Financiera de Occidente. A partir de esa fecha fue reenviado por varios amigos de la asociación y fue como se dio a conocer esta desaparición.
La obra de arte en una institución o empresa, o es comprada por decoración la mayoría de las veces, o porque la cabeza directiva tiene pleno conocimiento de lo que el arte representa para los observadores y con espíritu de coleccionista realizan compras orientadas por expertos (frecuentemente sin conocimiento y llegan ahí por amiguismo). Muchas empresas guatemaltecas tienen un legado importante de arte visual actual que no es posible apreciar.
Una obra de arte tiene un costo que regularmente las instituciones o empresas consignan como una reserva cautiva. ¿Es una reserva de este tipo La dinámica bancaria? ¿Se volverá a ver esta pieza otra vez? ¿Ya forma parte de una colección privada? Habrá que seguirle la pista. Mientras tanto, mientras el mundo del arte se alborotaba por un banano pegado con cinta de ducto en un muro de Art Basel, una pieza de un artista insigne de Guatemala era borrada del imaginario guatemalteco. Ingratos. Lo sorprendente es que el “mundo del arte” permanezca impávido.