Miguel Flores Castellanos
Doctor en Artes y Letras
El actual conflicto en Cataluña no puede verse desde lejos, o como algo extraño. Los incidentes en Barcelona han llegado a causar destrucción y dolor en muchas personas. De todas las publicaciones sobre este tema destaca el del intelectual y gestor cultural Robert Muro, una voz que llama desde el sector de la cultura y el arte a tomar acciones por parte de las principales autoridades. La cultura une a las personas, por muy distintos que sean sus modos de pensar. Qué guatemalteco no se ha emocionado al oír las notas de la marimba en una tierra extraña.
El planteamiento de Muro tal vez no sea nada nuevo, pero plantea cosas que tal vez muchos políticos españoles no se han detenido a meditar. En su escrito “Gritos y susurros. Cinco medidas para encauzar el mal llamado ‘problema catalán’ ¿Nos apoyamos en el intelecto y la cultura?” llama a meditar sobre lo que se ha hecho en Guatemala en materia de soluciones de los asuntos sociales… esto es, algo más que dar obras para una subasta de caridad.
Los acontecimientos en Cataluña han causado grandes destrozos y ha movilizado a personas de todas las edades y géneros. Muro plantea primero acciones como el olvido de los agravios y una actitud de solución y no de agudización del conflicto. Para esto propone varias acciones: desinflamar el conflicto, hay que bajar el volumen de las acciones, indica este gestor cultural. Una segunda medida es el tiempo. No es posible cambios de la noche a la mañana. En tercer lugar, indica que es imprescindible que todos en esa región tengan un mismo concepto de democracia. Algo que parece no existir hoy. En cuarto lugar, Muro expresa que los partidos con más responsabilidades deben promover ya medidas de gobierno concretas que estimulen el sentimiento de que la solución es posible.
Muro propone una última medida, sin duda la más interesante, “propongo que la cultura, el arte, el pensamiento asuman una humilde responsabilidad en la reconducción de esta cuestión. Un grupo de trabajo formado por intelectuales indiscutidos y conciliadores debería poder estudiar y resituar este conflicto y la propuesta de un camino hacia la solución. De ellos/ellas debería esperarse que en silencio y sin luces distorsionadoras pudieran sugerir al menos una interpretación abierta, comprensiva y compartida de cómo hemos llegado hasta aquí. Y con ella, un atisbo de luz. Tres o cuatro años para todo esto no es demasiado tiempo ni demasiado poco. Hay que tomar la sentencia del Tribunal Supremo en este sentido como un punto de partida. La salida de la cárcel de los políticos encarcelados, muy próxima ya, también aportará sosiego al sosiego necesario”.
Muro termina su texto de esta forma: “La cultura tiene mucho que decir. La cultura en versión antropológica, entendida como el conjunto de rasgos sociales configuradores de modelos, puede hacer mucho, porque quienes habitamos en esta parte ibérica del mundo tenemos escasas diferencias entre nosotros más allá de barretinas o txapelas, más allá de flamencos, jotas, isas o muñeiras. A menos que las lenguas, por encima de las personas, exijan ineluctablemente constituir a quienes las hablan en ciudadanos de un estado independiente. Sabernos partícipes de una cultura similar, promover la comprensión y la aceptación de la diferencia, sí eso que les decimos a los niños, es más importante para hallar la salida que los partidos y las ideologías. Y la cultura en versión arte, también. Porque nuestros grandes referentes artísticos son los mismos, porque el entramado creativo es más rico con diferencias, porque en Madrid nos gusta La Cubana y en Barcelona Almodóvar. Porque somos más fuertes si compartimos más”.
El guatemalteco debe preguntarse: ¿Se ha hecho algo en este país para solucionar algunos de los problemas que aquejan a Guatemala desde la cultura?, ¿Es tomada en cuenta la cultura para la solución de conflictos nacionales?, ¿Han tomado en cuenta a los intelectuales? A la fecha ya sabemos de los militares que tendrán el Ministerio de Gobernación y aún no se da a conocer quién será el Ministro de Cultura. Aparecer en la primera página de un periódico no es garantía de eficacia de los programas culturales de cualquier institución cultural, se ha evaluado casi nada, trabajan sin indicadores precisos en su diario vivir con una falta de investigaciones desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo. Todo termina con una foto del coctel publicada en un medio de comunicación o ahora en redes sociales.
El lector puede leer este artículo aquí resumido en la siguiente dirección electrónica: http://www.robertmuro.com/2019/11/gritos-y-susurros-cinco-medidas-para-encauzar-el-mal-llamado-problema-catalan-nos-apoyamos-en-el-intelecto-y-la-cultura/