MADRID
Agencia dpa / (Europa Press)
Brad Pitt viaja hasta los confines del espacio conocido en busca de su padre en ‘Ad Astra’, la nueva película de James Gray que llegará a los cines españoles el próximo 20 de septiembre. El director de ‘Two Lovers’ o ‘Z. La ciudad perdida’ debuta en la ciencia ficción con una aventura estelar de tono intimista y ritmo reposado con la que invita, asegura el cineasta, a buscar respuestas mirando hacia nosotros mismos y nuestro Planeta ya que «el futuro está en la Tierra y no en las estrellas».
«No creo que nuestro futuro esté en el espacio, sino todo lo contrario», afirma el director estadounidense en una entrevista concedida a Europa Press durante su visita a Madrid en la que asegura que, en contra de la premisa argumental de la que parte ‘Ad Astra’, no ve «un futuro posible en el que podamos vivir fuera de la Tierra» por lo que nuestra situación actual, como especie, «es crítica y peligrosa» ya que «no hay nada más».
En ‘Ad Astra’, que se presentó hace unos días en el Festival de Venecia, Brad Pitt encarna al astronauta Roy McBride, un hombre metódico, con nervios de acero y que siempre parece tener todo bajo control que afronta su misión más personal: viajar a los límites exteriores del Sistema Solar para encontrar a su padre, una leyenda del programa espacial a la que se dio por muerto hace varias décadas y cuya misión era buscar vida inteligente más allá de Neptuno. Un interrogante que, a pesar de todo interés y fascinación que despierta, es baldío para Gray, que cree que la respuesta a la gran pregunta es irrelevante para el futuro de la humanidad.
«Puede que haya vida inteligente ahí fuera, pero no podemos comunicarnos con ellos. Así que si existe seguramente está tan lejos que no seríamos capaces de llegar a ella por lo que, en lo que a nuestro futuro respecta, estamos solos», afirma el cineasta antes de insistir en que «necesitamos el planeta Tierra» por lo que nuestros esfuerzos deberían estar decididamente destinados a «protegerlo, no destruirlo».
DEL AMAZONAS A NEPTUNO
Gray afronta su debut en el género de ciencia ficción después de otra película con una producción compleja como fue ‘Z. La ciudad perdida’. «Como director, la experiencia de rodar en la selva del Amazonas fue físicamente más exigente. Pero intentar recrear la Luna, el espacio y mundos enteros ha sido más difícil», reconoce Gray que asegura que un filme como ‘Ad Astra’ entraña mayor dificultad «porque partes de la nada, de una sala vacía, y hay que llenarlo todo».
Así, el gran reto para el director fue conseguir sacar lo mejor de los actores «en un escenario inexistente» rodeados de cromas verdes y grúas. «Cuando ruedas en mitad de la selva, todo lo que hay allí te estimula, es un entorno que puedes sentir físicamente. Pero si no hay nada el director ha de ayudar mucho, por eso es más difícil… pero también es más gratificante», señala el cineasta estadounidense que afirma que el verdadero motor de esta odisea espacial está en lo íntimo, esa relación dañada entre padre e hijo y en las dudas y tribulaciones de su protagonista.
Un viaje de búsqueda por el Sistema Solar y también de catarsis personal que bebe directamente de ‘El corazón de las tinieblas’, la mítica obra de Joseph Conrad. «Esta historia se podía contar en una película más pequeña, más recogida, pero nuestro experimento era hacer las dos, una aventura espacial y una historia íntima y ver si ese contraste amplificaría el conflicto interior de Roy», dice Gray que pone sobre los hombros de Brad Pitt, protagonista y productor del filme a través de su compañía Plan B, casi todo el peso de la película. De hecho, revela, durante la producción mantuvo con él una relación muy abierta y colaborativa.
EL FUTURO DEL CINE
Y la única forma de conseguir este objetivo es «colaborar de forma personal e íntima con el actor, hablando todo cara a cara». «Y Brad, aunque es una gran estrella, un mito del cine, ha estado siempre dispuesto a trabajar así y eso ha sido extraordinario», agradece el director que, con la vista puesta en futuros proyectos, cree que actualmente, con el boom de Netflix y las plataformas de streaming, el cine vive un punto de inflexión que definirá su futuro.
Así, Gray ve «dos posibilidades». La primera es que esta etapa de cambios desemboque en un «resurgir del cine de alguna forma asombrosa», incluso del negocio de las salas de cine, como ocurrió hace siete u ocho años cuando en los Estados Unidos, «donde hasta entonces prácticamente solo se veían películas americancas», hubo una gran explosión de películas de fuera «y el cine se revitalizó».
La otra posibilidad, «la otra cara de la moneda», avisa Gray, es «que Netflix y el streaming sean el futuro absoluto» y que «el concepto de ir al cine y de ver películas junto a mucha gente termine». «Así la historia del cine sería como la de la ópera», apunta el director que reconoce que no sabe «cuál es la respuesta correcta» para después dejar claro que «plataformas como Netflix están haciendo un trabajo extraordinario». «Si directores como Alfonso Cuarón o Martin Scorsese están haciendo películas para Netflix es algo a lo que hay que prestar atención», concluye.