Max Araujo
Escritor
En febrero del año 1998 varios escritores fuimos invitados para participar en uno de los Congresos de Literatura Centroamericana “CILCA”, por lo que se nos envió el boleto aéreo respectivo. No recuerdo si el evento fue en San José de Costa Rica o en Panamá. El caso es que en el avión que abordamos, de una línea aérea mexicana, que hizo escala en el aeropuerto La Aurora, me encontré con un diario en el que venía el programa del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México. Guardé dicho programa entre los libros que llevaba. A mi retorno le pedí a Tasso Hadjidoduo que nos reuniéramos a desayunar en el restaurante La Tertulia, situado en la Avenida Reforma, zona diez. Ese era el lugar en el que periódicamente nos reuníamos los miembros del Comité de Letras del Patronato de Bellas Artes. Tasso lo presidía.
En esa reunión le propuse la creación de un Festival para el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala, y le enseñé el programa del Festival de la Ciudad de México. A Tasso le gustó la idea y quedamos en reunirnos posteriormente. A mí se me olvidó, pero a fines de abril de ese año recibí una llamada telefónica de nuestro personaje quien me preguntó qué había pasado con la idea del Festival. Apenado le dije que me diera un día, en la Alianza Francesa situada en la cuarta avenida de la zona uno, para convocar a personas e instituciones. Me dio un día viernes del mes de mayo, al atardecer. Como consecuencia de esa decisión elaboré una convocatoria, que personalmente fui a dejar a diversas instituciones. Previamente obtuve la firma de Hugo Fidel Sacor, en ese entonces Presidente de la Casa de la Cultura del Centro Histórico. Es así como esta entidad fue la que convocó.
El día y hora señalados, a pesar de una lluvia fuerte, llegó un grupo significativo de personas, algunas de ellas representando a instituciones, entre ellas Gladys Barrios por la Universidad de San Carlos, José Luis Menéndez por la municipalidad de Guatemala (a él lo invitó personalmente Tasso), Vilma Brol de Sosa por el Inguat, y algunos jóvenes que posteriormente organizaron en el Centro Cultural Metropolitano el Festival Azul.
La mesa de información la presidimos con Tasso y Hugo Fidel. A mí tocó explicar en qué consistiría el festival, quiénes podrían participar, cómo participarían, y otros aspectos relacionados con preguntas que se nos hicieron. Cuando tuvimos el consentimiento de los presentes, propuse a Tasso como Presidente del Festival, él aceptó y lo elegimos.
En fechas posteriores tuvimos reuniones de organización del Primer Festival, siempre en la casa de Tasso, quien nos atendía con café y pasteles. Sesiones que regularmente se hacían por las noches. Entre los asistentes recuerdo a José Luis Menéndez, a Vilma de Sosa y a Gladys Barrios. Creo que también llegó Beatriz Quevedo, de Casa Mima.
Escribo este texto breve por un acto de justicia. Sin el entusiasmo, capacidad y carisma de Tasso Hajdidoduo el Festival no habría sido posible. Durante varias ediciones fue su Presidente. Años después pasó a ser presidente honorario; cargo que tuvo hasta su muerte.
Entre algunos de mis objetos personales tengo el diploma que me dio el Comité organizador del Festival del Centro Histórico, cuando lo presidió Byron Rabbe, por haber tenido la iniciativa para su creación, pero quien debe ser recordado como creador e impulsor del festival es Tasso, un ser humano extraordinario, a quien la cultura guatemalteca le debe mucho. Debo decir que el Ministerio de Cultura y Deportes pasó a formar parte de las instituciones que organizan el festival cuando era Ministra la licenciada Otilia Lux de Cotí. Yo se lo propuse. Era su asesor.