Por KATHERINE ROTH
NUEVA YORK
Agencia (AP)
A través de flores, follaje y obras de arte, una enorme exposición en un jardín botánico destila el genio del influyente artista y diseñador brasileño de paisajes Roberto Burle Marx.
Senderos que serpentean entre llamativos tapices de plantas brillantes con formas casi esculturales atraen la vista. Exóticos lirios acuáticos parecen bandejas bordadas. Al fondo, suena música brasileña.
Ah, y todo es en el Bronx.
En lo que el Jardín Botánico de Nueva York califica como su exhibición botánica más grande hasta la fecha, «Brazilian Modern: The Living Art of Roberto Burle Marx» celebra al artista, arquitecto paisajista y conservacionista en una deslumbrante muestra de su estilo de jardinería. Acompañan el programa vistas y sonidos de Brasil bajo la forma de música y danza que evocan a Río de Janeiro, inspiración de la vida y obra del artista.
La exposición abrió el 8 de junio y transcurre hasta el 29 de septiembre.
Mientras mucha gente ha oído de los muebles y casas modernas de mediados de siglo, no se habla tanto del paisajismo moderno de mediados de siglo. La muestra es un homenaje a un maestro de esa forma de arte.
«Podría decirse que Roberto Burle Marx fue el arquitecto paisajista moderno más celebrado del mundo. Nació en 1909 y murió en 1994. Su carrera como arquitecto paisajista comenzó a finales de los 1930, y llegó a diseñar casi 3 mil paisajes, en escalas que van desde el pequeño jardín de una finca hasta jardines en las azoteas de edificios institucionales y enormes parques urbanos», dijo Todd A. Forrest, vicepresidente de horticultura y colecciones vivas del jardín.
Uno de los elementos característicos de Burle Marx era el uso de patrones biomórficos de pavimentación, con senderos que funcionan como parte de la estética del sitio, no sólo un camino para atravesarlos, dijo Forrest. Asimismo, el artista usaba a menudo elementos arquitectónicos, como muros, en materiales diversos como concreto o acero corten.
Burle Marx abogó por el uso y la preservación de las plantas silvestres brasileñas, realizando largos viajes de recolección al Amazonas y otras áreas, adelantándose con frecuencia a las empresas madereras o las constructoras de caminos, dijo Forrest. Identificó y rescató plantas que de otro modo se habrían perdido, al llevarlas consigo y plantarlas en su propio jardín.
Aparte de plantas brasileñas, Burle Marx «también usaba las plantas del mundo en sus diseños. Sus diseños son famosos por sus imponentes formas con plantas tropicales», dijo Forrest.
Fotografías aéreas de sus paisajes, parte de la exposición, se parecen a sus pinturas abstractas de la época.
La exposición comienza con un extenso jardín al aire libre y continúa bajo techo, con una muestra de la veintena de plantas nombradas en honor a Burle Marx, muchas de las cuales fueron descubiertas por el artista. El siguiente segmento es en el jardín acuático, con una mezcla de nenúfares brasileños y de otros lugares en medio de plantaciones dramáticas.
En 1964, cuando las fuerzas armadas tomaron el poder en Brasil, Burle Marx permaneció en el país mientras muchos de sus colegas huyeron. Defendió la preservación del patrimonio natural de Brasil. Se adelantó a su época y fue muy valiente, destacó Forrest.
La exposición termina con una pequeña pero impactante muestra de 14 obras de arte de Burle Marx, en la galería de la biblioteca. Las piezas, en una variedad de medios, vívidos colores y formas, datan de los años 50 a los años 80.
«Él se encomendó a la abstracción en esa época, cuando había un régimen opresor», dijo Joanna Groarke, curadora de las exposiciones en la biblioteca del jardín.
Dibujos realistas de Burle Marx muestran plantas en su bioma natural, mientras trabajos posteriores viran bruscamente a la abstracción. Más adelante en su carrera, creó jardines que eran como instalaciones de arte, dijo Groarke.