El músico británico Elton John. Foto la hora: Ricardo Rubio - Europa Press / DPA.

MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

La gira de despedida de Elton John (Reginald Kenneth Dwight, Pinner, Inglaterra, 1947) ha pasado en la noche de este miércoles por el WiZink Center de Madrid, abarrotado con más de 12 mil personas, en una emocionante y bastante rockera ceremonia colectiva que ha servido para repasar medio siglo de himnos de la cultura popular de nuestro tiempo.

La única parada en España de este ‘Farewell Yellow Brick Road World Tour’, con el que el caballero del Imperio Británico dice adiós a los escenarios de todo el mundo -mientras su biopic hace caja en los cines, jugada maestra-, comenzó en septiembre de 2018 en Estados Unidos y tiene por delante aún otro centenar de fechas hasta diciembre de 2020. En el ecuador ha sido turno para Madrid, pues.

El repertorio de la velada ha sido el habitual y se ha centrado principalmente en los prolíficos e inspirados años setenta, arrancando con ‘Bennie and the Jets’, ovación en pie y el maestro de ceremonias aporreando el piano (con dedos para nada de pianista), cantando bien (un poco gritón, como es costumbre, pero es que sigue pudiendo) y levantándose reiteradamente para reclamar más y más aplausos. Y la banda bien limpia y enérgica en ‘I guess that’s way they call it the blues’ y todo lo que viene después.

Vitoreados fueron clásicos tan reconocibles como ‘Tiny dancer’ -con toda su grandilocuencia rock californiana-‘, ‘Rocket man’ -momentazo destacado con eclosión galáctica final’-, y los baladones ‘Sorry seems to be the hardest word’ y ‘Someone saved my life tonight’. Para entonces, el público ya ha aprendido la dinámica de levantarse y aullar entre canción y canción, en un curioso ritual que va progresivamente a más.

Con ‘Levon’ aprietan el acelerador en una especie de jam session en la que se lucen todos, con el guitarrista John Jorgenson marcándose un solo hard rock con una guitarra de doble mástil en la mejor tradición del género. Y Ray Cooper dirige desde la percusión una especie de batucada explosiva de purito júbilo con todo el pabellón bailando en pie. Obviando el nimio detalle de que solo estamos a miércoles y queda semana por escribir.

De un extremo a otro con la congoja solo al piano de ‘Candle in the wind’, con imágenes en las pantallas de Marilyn Monroe, a quien originalmente estaba dedicada allá por 1973. Y se concatenan los diez minutos de ‘Funeral for a friend/Love lies bleeding’ con un ímpetu envidiablemente ajeno a la edad.

‘Daniel’, ‘Believe’ -de 1995 y la canción más joven del repertorio-, ‘Sad songs’ y ‘Don’t let the sun go down on me’ -con gritos de «Elton Elton» acompañados al piano y sucesión de agradecimientos al público español y a los músicos- conducen decididamente al tramo aún más vivaracho con ‘The bitch is back’ -y el público ya pasando de los asientos, empotrado contra el escenario-, el hit ochentero bailón ‘I’m still standing’ y la desafiante a la par que festiva ‘Saturday night’s alright for fighting’, que pone al gentío bien arriba y con ganas de mucho más glam. Y de más pelea a guitarrazos y más confeti.

Artículo anteriorFacebook trata de aclarar cómo usa datos de usuarios
Artículo siguienteTaylor Swift, artista principal del concierto Amazon Prime Day 2019