Centro Cultural de España en Guatemala, foto sitio web.

Miguel Flores Castellanos
Doctor en Artes y Letras

¿Qué puede pasar en el sector cultura con el cambio de gobierno? Nada. El Ministerio de Cultura y Deportes seguirá con sus políticas culturales, deportivas y recreativas 2015-2034. Eso si el ministro que venga, al desconocer el plan, no lo deja en el cesto de la basura. Ante la falta de financiamiento –a todas luces para el próximo gobierno- no podrá hacer más de lo que actualmente hace, si se produce un recorte presupuestario, realizará menos.

Así, se ponen en peligro importantes sectores como la Editorial Cultura y la conservación y salvaguarda del patrimonio arqueológico y, más aún, el centro de restauración de bienes muebles. Los museos seguirán cuatro años más en el abandono, los que podrían tener mayor acción si los directores fueran más creativos, y no esperar que el dinero llegue, en una época en que los museos salen a buscar patrocinadores.

Los grupos artísticos de alguna forma han consolidado sus estructuras internas y tienen una proyección (limitada muchas veces a la Ciudad de Guatemala). La Orquesta Sinfónica Nacional ha logrado una programación diversa, con un buen manejo de las redes sociales, su imagen ha crecido en forma sustancial. Ojalá que el cambio de algunas autoridades pueda verse en Radio Faro Cultural y modificar su programación que actualmente deja mucho que desear.

Es importante que el ministerio empiece a hacer estudios de campo que pueda brindarle indicadores tanto de su gestión como para el resto del campo cultural. También es importante conocer los diferentes públicos: hacer un perfil de uso del tiempo libre. Cuáles son y quiénes asisten a esas “actividades populares”, cuántas personas asisten a los museos y de ahí establecer sus programas. Si no se cuenta con esa información poco se podrá hacer.

En el ámbito municipal, quien llegue a ostentar la vara edilicia, encontrará un Centro Cultural Metropolitano (antiguo Correos) en pleno funcionamiento, con exposiciones dignas, y escuelas de arte que suplen la deficiencia en este ramo de formación de otras instituciones estatales, tanto en la rama de las artes visuales, como danza y música, fuentes de nuevos valores.

Habrá que afinar aspectos como la imagen institucional (eliminar la omnipresencia del verde Muni), dejarlas ser más libres, velar por la calidad curatorial para que no se constituya en un gueto de amigos curadores o artistas. Que su consejo cultural esté integrado en forma más democrática o establecer periodos fijos y no dejar fosilizar estas posiciones. Sus actividades culturales en los barrios deberán reestructurarse, hoy más parecen presencia de imagen institucional de la Municipalidad que verdaderas actividades culturales para los habitantes de diferentes sectores de la capital.

El sector privado de la cultura tiene su propio ritmo, cíclico y repetitivo. Bienal Paiz cada dos años, los anuales Juannio y Arte en Mayo. Si la situación económica es favorable, seguirán las galerías de arte, en un mercado revuelto de autores de todo tipo y precios estratosféricos. Por otro lado, están ciertos núcleos de “arte alternativo” que tienen su propia dinámica y públicos, los más fuertes podrán subsistir. Algunos de Cuatro grados Norte empiezan a mostrar signos de falta de fondos y ánimo ante la realidad de los diversos públicos.

Sin duda los centros culturales binacionales mantendrán sus espacios activos, ya que son entidades que cuentan con un presupuesto estable, personal y espacios acordes a la actividad cultural, tal es el caso del Centro Cultural de España y la Alianza Francesa, y en cierto modo el Instituto Italiano de Cultura. Todas estas instituciones han logrado formar públicos.

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