Por RUSSELL CONTRERAS
ALBUQUERQUE, Nuevo México, EE.UU.
Agencia (AP)
La serie “Vida” de Starz estrenó una segunda temporada en la que se explorará aún más un problema que enfrentan muchas comunidades hispanas en Estados Unidos: la gentrificación.
El drama sigue a Emma y Lyn, interpretadas respectivamente por Mishel Prada y Melissa Barrera, que han heredado un edificio de apartamentos en el este de Los Ángeles y un bar para lesbianas de su difunta madre. Cada una tendrá que asimilar su vida en el viejo barrio y enfrentar asuntos no resueltos en torno al amor.
La primera temporada terminó con las hermanas en desacuerdo sobre si seguir con sus vidas lejos del este de Los Ángeles o regresar y salvar el bar que ayudó a formarlas. La serie se mantiene como una de las únicas angloparlantes con un elenco mayormente latino en Estados Unidos.
Con sus temas en torno al amor y el sexo queer, el programa ha conquistado una base de seguidores pequeña pero leal y ha sido elogiada por enfocarse en las latinas y las presiones de la gentrificación y la gente-ficación, el fenómeno de latinos de clase media que tratan de cambiar a las comunidades latinas de clase trabajadora.
La productora ejecutiva Tanya Saracho dijo que la segunda temporada continuará abordando esos temas como telón de fondo para el drama familiar. “Este programa está basado en lo que está sucediendo ahora” en los barrios latinos alrededor del país, dijo. “Todas las tácticas de protestas relacionadas con la gentrificación intentan mantenerse auténticas”.
Actualmente, las tensiones son mayores en el barrio angelino de Boyle Heights, donde activistas contra la gentrificación han participado en manifestaciones agresivas enfocadas en galerías de arte, con pintadas en sus fachadas y reportes de amenazas de muerte.
Activistas hispanos en South Valley en Albuquerque y Northside en Houston también se han pronunciado contra los esfuerzos de gentrificación que dicen que desplazan a los latinos pobres.
Saracho dijo que quería que la serie reflejara esas realidades, pero señaló que en la segunda temporada también quiso explorar la gente-ficación. Si deciden quedarse con el bar, las hermanas estarán en el centro del movimiento de gente-ficación y tendrán que lidiar con cualquier respuesta negativa, dijo Saracho.
Prada, en su primer papel protagónico para la televisión, se expresó honrada de interpretar a una joven latina fuerte que no es la estereotípica sirvienta sexy o una millennial malcriada. Emma es una lesbiana con un trabajo empresarial de mucho empuje en Chicago pero se está esforzando por aceptar la historia de su familia: un personaje raro para la TV.
“Uno puede verla tratando de regresar y enfrentar sus demonios”, dijo Prada. “Es algo aterrador para mucha gente, pero también una expresión de valentía”.
Lyn, interpretada por la exactriz de telenovelas mexicana Barrera, es heterosexual y siempre está en busca de la próxima fiesta y la próxima conquista. Pero Barrera dijo que ella, también, tendrá que madurar en la segunda temporada en medio de las presiones para que la familia le venda el bar a un constructor agresivo. Dijo que Lyn está viviendo un “despertar” que cambiará al personaje.
“Está aceptando que era una persona horrible”, dijo Barrera. “Creo que en la segunda temporada podremos explorarla y ver cómo se convirtió en quien es y cómo quiere enorgullecer a su hermana”.
Barrera dijo que le parece empoderador el modo en que las hermanas controlan su sexualidad y el hecho de que la serie no le rehúya al amor entre mujeres. “Es poderoso ver cuerpos queer como estos”, dijo Barrera.
Prada dijo que ha quedado deslumbrada por el modo en que la producción ha contratado directoras, guionistas y personal femenino. Espera que esto lleve a un momento de transformación en la televisión.
“Una empieza a mirar a su alrededor y a darse cuenta de que es posible”, dijo Prada. “¿Y por qué no?”