Por BERENICE BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)
Florinda Meza regresa a la pantalla grande con “Dulce familia”, una comedia en la que interpreta a una actriz muy elegante y famosa que lucha con todas sus fuerzas por no envejecer, pero que de cualquier modo es encasillada por su edad.
Se trata de una situación que la actriz mexicana ve con frecuencia en la vida real, y no sólo en la industria del entretenimiento.
“Es muy triste que exista todo eso, pero no sólo en el cine, en cualquier empleo”, dijo Meza en una entrevista reciente con The Associated Press. “Ahora resulta que una persona de 40 años le es difícil conseguir empleo porque lo consideran viejo. ¡Imagínate a los 60! Y la verdad es que a los 60, o yo a los 70 que tengo, todavía tengo mucho que dar”.
Meza es quizás más recordada por su papel de Doña Florinda en “El Chavo del Ocho”, la emblemática serie de comedia creada en la década de 1970 por su difunto esposo Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, en la que aparecía desgarbada y era maquillada para lucir de hecho mayor de lo que era.
No había hecho cine en 30 años; su última película fue “Música de viento” de 1988, escrita y dirigida por Bolaños.
¿Qué la hizo volver a la gran pantalla?
“Que me llamaran, así de sencillo”, expresó, además de un guion que la “satisfizo de sobra” y el elenco, que incluye a Regina Blandón, Vadhir Derbez, Fernanda Castillo y Paz Bascuñán.
En “Dulce familia”, que se estrena el viernes en México, Meza da vida a doña Verónica, que además de actriz famosa es madre de tres hijas: la popular nutrióloga Bárbara, la diseñadora Ale y la exitosa repostera Tamy, la única que no cumple con el ideal de cuerpo esbelto que adora su madre. Rodada en Chile, la cinta fue escrita por el uruguayo Guillermo Amoedo y dirigida por el chileno Nicolás López.
Castillo, cuyos créditos incluyen las películas “No manches Frida 2”, “Ya veremos” y “Una mujer sin filtro” y la serie “El señor de los cielos”, subió 12 kilos (más de 26 libras) para hacer el personaje de Tamy. Lo que se ve en pantalla no son prostéticos; es su cuerpo y parte de un reto que se impuso como actriz, y para mostrarle a sus fans que a ella también les cuesta trabajo hacer dietas.
El reto era grande para la actriz tanto a nivel profesional como personal, pero le dejó una enseñanza que va más allá de la película o del año que tardó en volver a su peso normal: la báscula no determina la felicidad.
Tamy vive con su amoroso novio, Beto (Derbez), quien como ella tiene unos kilos de más y además es calvo. Cuando él le pide matrimonio ella no duda en decir que sí, pero la ilusión por la futura boda se ve opacada por su obsesión de entrar en el vestido de novia de su madre, pues de niña le había prometido que cuando llegara el momento lo usaría. Las dietas y el ejercicio estricto hacen que se convierta en una novia de terror.
Blandón, quien encarna a Bárbara, destacó que la película habla “de lo importante que es estar bien contigo y estar bien con tu familia… La vida es muy corta para estar infeliz”, dijo.
Meza, quien por décadas trabajó bajo la dirección de Chespirito y compartió pantalla con él en “El Chavo” y “El Chapulín Colorado”, dijo que el comediante y escritor fallecido en 2014 estaría contento por ella.