Poema CXIV
El mundo entero se me ha quedado vacío, dejado por los
hombres que se olvidaron de llevarme.
Sola estoy en esta vasta tierra, sin más compañía que los
animales que tampoco los hombres necesitan, que los árboles
que no creen necesitar.
Y mañana, cuando les falte el canto de la alondra o el perfume
de la rosa, se acordarán de que hubo una flor y que hubo un
pájaro. Y pensarán acaso que era bueno tenerlos.
Pero cuando les falte mi verso tímido, nadie sabrá que alguna
vez yo anduve entre ellos.
La extranjera
No era bueno quererla; por los ojos
le pasaban a veces como nieblas
de otros paisajes: No tenían
color sus ojos; eran
fríos y turbios como ventisqueros…
No era bueno quererla…
Adormecía con su voz lejana,
con sus palabras quietas
que caían sin ruido, semejantes
a escarcha ligera
de marzo en las primeras
rosas, sin deshojar
los pétalos…
Alguien por retenerla
quiso hacer de toda su vida
un lazo… Un solo lazo fuerte y duro…
Ella
con sus frágiles manos rompió el lazo
que era lazo de vida…
(A veces, nieblas
de otro país pasaban por sus ojos…)
No era bueno quererla.
Tiempo
1
El beso que no te di
se me ha vuelto estrella dentro…
¡Quién lo pudiera tornar
y en tu boca… otra vez beso!
2
Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno:
Partir, llegar, pasar siempre
y ser siempre el río fresco…
3
Es tarde para la rosa.
Es pronto para el invierno.
Mi hora no está en el reloj…
¡Me quedé fuera del tiempo!…
4
Tarde, pronto, ayer perdido…
mañana inlogrado, incierto
hoy… ¡Medidas que no pueden
fijar, sujetar un beso!…
5
Un kilómetro de luz,
un gramo de pensamiento…
(De noche el reloj que late
es el corazón del tiempo…)
6
Voy a medirme el amor
con una cinta de acero:
Una punta en la montaña
La otra… ¡clávala en el viento!
Dulce María Loynaz
La Habana, Cuba, 1902, 1992. Premio Miguel de Cervantes 1992, Doctora en Leyes por la Universidad de La Habana, empezó a publicar a los 17 años en 1919 y sus últimos libros fueron publicados en 1991, Bestiarium y La novia de Lázaro. En 2001 se publica una extensa antología de su obra poética. España y EE. UU. le ofrecieron asilo en varias ocasiones, pero nunca abandonó su país.