Jorge Carro
Director de la Red de Bibliotecas Landivarianas
presidente de la Asociación Enrique Gómez Carrillo

A Flora, mi gata, amiga y consejera

Sedentarios e individualistas a veces rodeados de escritores, así son los gatos, quienes sin duda piensan que «Si les hacemos compañía es porque nosotros lo queremos, no porque nos lo pidan».

Mi paisano Jorge Luis Borges ha dicho que Beppo, su gato, era un anarquista, en el sentido llano del término; pues no tenía horarios, como él mismo; o sea, que «hacía lo que quería», lo mismo que Beppo.

Sería, quizá, por su carácter solitario, porque era capaz de dar compañía sin molestar ni pedir demasiada atención a cambio, por su forma de ser individualista o por su gusto por la independencia… quizá por todo esto junto, pero la verdad es que no hay animal tan afín a un gato como un escritor; y de ello, puedo dar fe.

No fue fácil para mí establecer un vínculo fuerte con Flora, desde hace mucho más de una década. Nuestra relación se basa sobre todo en el respeto. Hemos logrado llegar a una relación muy especial, inigualable.

Son muchos los gatos que han convivido con escritores y que incluso los han hecho populares. En la era de las redes sociales, los gatos son los animales que más interacciones generan. Es fácil ver cómo algunos escritores comparten imágenes con sus felinos en plataformas como Facebook o Instagram.

Hay libros como “Chatran y su mundo astral” de Vicente O. Cutolo, que cuenta la fascinación de los escritores por sus gatos, y donde hay un capítulo dedicado a Beppo, el gato de Borges.

Aunque algunos sostienen que el «flechazo» entre gatos proviene del carácter solitario, sedentario e individualista de la escritura (bueno es recordar a Ernest Hemingway rodeados de sus gatos cubanos, escribiendo en la soledad nocturna y ardiente del trópico), creemos que el fundamento de esa singular alianza de seres libres se explica por la actitud de libertad suprema del gato.

Los gatos y sus escritores

Te propongo recordar algunos de los más conocidos gatos que convivieron con un escritor, dando fe de que no hay mejor compañía cuando uno se enfrenta a una página en blanco.

A continuación, algunos gatos y sus escritores:

* Topaz, tuvo un escritor llamado Tennessee Williams.
* Tiger tuvo dos hermanas llamadas Charlotte & Emily Bronté.
* Mr. Peter Wells tuvo un escritor llamado H.G. Wells.
* Apollinaris, Beelzebub, Blatherskite, Buffalo Bill, Satan, Sin, Sour Mash, Tammany y Zoroaster, tuvieron en sociedad a un escritor que se hacía llamar Mark Twain.
* Beppo fue uno de los cinco felinos socios de un escritor llamado Lord Byron. El nombre Beppo fue con los años recogido por Pepo, que tuvo como escritor a Borges.
* Mysouff I y Mysouff II, siendo este último de color blanco y negro, tuvieron un escritor, Alejandro Dumas.
* Catarina, que se sentaba frecuentemente sobre el hombro de su escritor Edgar Allen Poe, mientras este escribía. Catarina le inspiró «The Black Cat».
*Chanoine, aunque inicialmente se llamaba Gavroche y no le gustaba, tuvo a un escritor francés al que llamaba Víctor Hugo.
* Chopin tuvo en sus años locos a un escritor hollywoodense, dandy y lisonjero al que llamaba F. Scott Fitzgerald.
* Colette fue la escritora de Franchette, Kapok, Kiki-la-Doucette, Kro, La Chatte, La Chatte Dernière, La Touteu, Mini-mini, Minionne, Muscat, One and Only, Petieu, Pinichette, Toune, Zwerg y Saha, a la que dedicó su novela «La Chatte».

Baudelaire le dedicó a su amigo felino varios poemas, porque:
“Ellos sueñan y adoptan las nobles actitudes
De grandes esfinges alargadas en el fondo de las soledades,
y parecen dormir dentro de un sueño sin fin…”
El chileno Pablo Neruda hizo lo propio con su gato, dedicándole una hermosa Oda que dice (lamentablemente esto es un fragmento:

“El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola…”

En lo que a mí respecta, soy inmensamente feliz compartiendo mí acumulada juventud con Flora: siamesa, hermosa y parlanchina.

Los gatos de seis dedos de Hemingway.

Tras pasar los primeros dos años en residencias temporales, Ernest Hemingway y su mujer, Pauline, decidieron buscar una casa permanente y el tío rico de Pauline les compró una casa en Key West (Florida) en 1931. Actualmente declarado monumento nacional, la casa está abierta al público como un museo en honor al escritor.

En un estudio cercano a la casa donde Hemingway escribió “Por quién doblan las campanas” o “Las nieves del Kilimanjaro”.

Actualmente viven en la casa, de entre 40 y 50 gatos con seis dedos, descendientes del que eligió a Papa Doc como su escritor de cabecera.

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