Por MIKE SILVERMAN
NUEVA YORK
Agencia (AP)

Cuando Javier Camarena explote de alegría cantando nueve dos de pecho en «La Fille du Regiment» de Donizetti, existe la gran posibilidad de que el público en la Ópera Metropolitana explote igualmente pidiéndole un bis.

«Estaré muy feliz de hacerlo, pero no depende de mí», dijo el tenor mexicano en una entrevista después de un ensayo el mes pasado, en inglés. «Siempre digo que esto es la voluntad del público».

Ceder a esa voluntad no sería nada nuevo para Camarena, quien ya ha hecho encore de arias en dos óperas en la Met: “La Cenerentola» de Rossini en 2014 y «Don Pasquale» de Donizetti hace dos años.

En «La Fille», cuyo título en español es “La hija del regimiento”, Camarena interpreta a Tonio, un campesino cuyo amor por el personaje principal lo lleva a enlistarse en el ejército. Cuando los soldados acceden a que se casen, Tonio estalla en un alarde de bravura que le exige saltar repentinamente toda una octava a un do de pecho, una nota que siempre emociona a la audiencia cuando se entona a toda potencia.

Camarena estará cantando su primer Tonio en la Met en una producción de Laurent Pelly coprotagonizada por la soprano surafricana Pretty Yende. La puesta se estrena mañana y tendrá siete funciones, la última de ellas a transmitirse en vivo en HD el 2 de marzo en salas de cine alrededor del mundo.

El cantante dijo que Tonio es «muy querido para mí» porque fue el papel con el que hizo su debut profesional en la Ciudad de México en el 2004. El aria con esas notas altas, «Ah! mes amis», ahora le resulta fácil, pero llegar ahí fue un desafío.

Los primeros dos do, entonados con las sílabas «MA» y «NA”, no fueron problema. «Uno simplemente abre la boca, baja el mentón y el sonido ya está ahí», dijo.

Pero el segundo par es otro tema. Caen en «SA» y «FLA», sílabas que comienzan con consonantes sordas que hacen «mucho más difícil llegar al punto correcto y mantener el sonido firme».

Tan modesto y encantador en persona como en el escenario, Camarena no tuvo reparos en demostrarle a un reportero cómo sonó la primera vez que probó ese segundo par de dos. En vez de salir limpios, sonaron ligeramente descentrados y flojos.

Aunque hoy en día se espera que los tenores consientan al público con nueve dos de pecho, Camarena mostró una copia de la partitura de Donizetti de 1840 que muestra solo ocho. El noveno, entonado al final, fue «inventado por algún tenor loco», dijo, y se ha convertido en una interpolación tradicional.

Notablemente, no fue sino hasta que Luciano Pavarotti triunfó como Tonio en 1972 que «Ah! Mes amis» pasó a ser una joya para tenores en la Met. Previo a eso, la ópera era vista como un vehículo para sopranos, y el aria a veces era eliminada del todo.

Camarena reside con su esposa y sus hijos en Zurich, Suiza, donde se unió al conjunto de la ópera en el 2007. Ahora, a sus 42 años, su voz se está volviendo algo más pesada, abriendo la posibilidad de un repertorio más allá de bel canto y Mozart.

«La parte alta de mi voz ha sido la más segura de lo que hago… el centro, el tronco, necesitaba estar más seguro», dijo Camarena.

El año pasado cantó en «Los pescadores de perlas» de Bizet en la Met, y le gustaría explorar más el repertorio lírico francés: «Fausto» de Gounod, «Manon» de Massenet y posiblemente «Werther».

Puccini es poco probable, dado que los cantantes deben poder escucharse por encima de una orquestación más pesada. Aun así, un «papel soñado» sería el de Rodolfo en «La Boheme».

«Lo veo como una posibilidad», señaló Camarena. «Trataré de desarrollar mi voz para lograrlo».

«Pero mi sueño utópico sería Cavaradossi (en ‘Tosca’ de Puccini)», agregó con melancolía. «Quizás cuando sea más viejo y nadie diga nada sobre lo que yo hago, quizás en un concierto cantaré sus arias».

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