MADRID
Agencia DPA / (Europa Press) –
El periodista Víctor Lenore publica ‘Espectros de La Movida. Por qué odiar los años 80’ (Akal), un repaso a la década en la que surgieron nombres como Pedro Almodóvar o programas como ‘La bola de cristal’ que, para el autor, fue «peor que un movimiento de pijos, algo interclasista».
«Fue una cosa interclasista, que tiene el peligro de que la clase trabajadora o media asuma los valores elitistas. Es lo que pasa muchas veces: de hecho, si uno se fija ahora en Instagram, verá que se intentan reproducir valores de clase alta. Parece que se aspira a las vidas de los ricos», ha lamentado en una entrevista con Europa Press el periodista.
En su ensayo, Lenore repasa distintas «dinámicas de poder cultural» que se fueron sucediendo en esa época, y se detiene ante hechos puntuales como la visita de Andy Warhol a Madrid, que se convirtió en una especie de evento del año. Para el autor, ahí es donde se pueden observar sin distancia «los valores elitistas» de La Movida.
«Allí, muchos artistas de La Movida se mezclaron con Pitita Ridruejo, Ana Obregón o Isabel Preysler…y la clase alta vio que ese movimiento no era un peligro para sus valores ni su forma de ver la vida, sino al revés: daba un poco de color a su vida, llena de monotonía. Era como asumir una cultura de cortijo, ‘que vengan estos de los pelos de colores y nos reímos un rato'», ha afirmado.
Precisamente, por ese carácter ‘inofensivo’ de varios artistas de este movimiento, cree Lenore que el PSOE de Felipe González asumió como suya La Movida. «(La Movida) No fue el invento del PSOE, pero sí que se fijó en las escenas culturales del momento y apoyó a la que no le creaba problemas y le hacía parecer más moderno y diferente a la ‘derecha rancia'», ha criticado.
Los perjudicados por este apoyo socialista fueron otros artistas fuera de La Movida, como los cantautores, «estrellas en el antifranquismo», que pasaron al olvido. «Al PSOE no le interesaba tener a cuatro gatos cantando todo lo que hacía mal, así que promocionaron a los que decían que (los cantautores) eran anticuados, pesados y aburridos. Y les salió genial», ha añadido.