Por JAKE COYLE
NUEVA YORK
Agencia (AP)

Julia Roberts está sentada en un sofá de un hotel en Soho cuando Lucas Hedges irrumpe y busca frenéticamente su teléfono, haciendo volar los cojines.

Los instintos maternales de Roberts juegan un papel importante en su más reciente película, “Ben Is Back”. Escrita y dirigida por Peter Hedges (director de “Dan in Real Life” y padre de Lucas), “Ben Is Back” trata sobre un hijo (Lucas) que vuelve a casa de rehabilitación para la Navidad. La corta visita reaviva demonios del pasado y tentaciones del presente para Ben, poniendo a prueba el balance entre la confianza y la desconfianza de su ansiosa madre (Roberts).

Es el segundo papel prominente de Roberts este otoño boreal. La actriz también protagoniza el aclamado thriller conspiratorio de Amazon “Homecoming” como una trabajadora social del gobierno que convence a soldados a reinsertarse en la vida civil. Es un capítulo más dramático para Roberts, la más prototípica de las estrellas de cine, que a sus 51 años se aleja de las comedias románticas que ayudaron a construir su carrera.

Sacar a Roberts de su casa podría requerir de mucho trabajo. Hedges en un momento sugirió en chiste que filmaran “Ben Is Back” en su patio trasero. Es notoriamente selectiva por lo general hace una sola película por año y eso se ha vuelto más incierto considerando, como dice, “toda la matemática” que implican los calendarios escolares de sus hijos y el de su esposo, el director de cinematografía Danny Moder. Roberts se ha alejado bastante, y con satisfacción, de los reflectores. Teje, juega Mahjongg con sus amigas una vez a la semana y puede ver “Point Break” cada vez que la pesca en la televisión.

Pero todavía hace el papel de estrella de cine con la misma comodidad de siempre, y en persona es casi a un nivel arrebatador precisamente lo que uno espera. Sigue siendo genuina, despreocupada y sencillamente ella misma, una cualidad que ha hecho a incontables personas sentir como si realmente la conocieran. Roberts admite que la impresión que tiene el público de ella es “probable y relativamente correcta”, algo que muy pocos de los que han agraciado tantas portadas de tabloides pueden decir. “Quiero decir, no estoy interesada en tratar de parecer más chévere de lo que soy”, acota.

Aun así Roberts, nominada a cuatro premios Oscar y ganadora de uno (por “Erin Brockovich”), está también vinculada de una manera indeleble a la era del cine predigital de los años 90 y 2000, cuando las estrellas, y no los superhéroes, dominaban la taquilla. Los tiempos han cambiado; la película que la lanzó al estrellato en 1990, “Pretty Woman” (“Mujer bonita”), ahora es un musical de Broadway. Roberts recientemente tuvo la experiencia extracorporal de asistir a una función con Barbara Marshall, la esposa del difunto director del filme Garry Marshall.

Y mucho antes de que la igualdad salarial fuera un problema en la industria del cine, Roberts estuvo entre las estrellas mejor pagadas de Hollywood. Al preguntarle sobre el movimiento #MeToo y la paridad de género en Hollywood, Roberts respondió que “una nunca puede descansar”.

Últimamente, Roberts ha estado probando algunas cosas nuevas. En junio se unió a Instagram, e incursionó en la TV con “Homecoming”. Roberts insistió en que Sam Esmail (“Mr. Robot”) dirigiera todos los episodios y que todos los guiones estuvieran listos antes de comenzar a rodar.

De manera similar ayudó a dar forma a “Ben Is Back”. Presionó para que Peter Hedges le diera el papel de a su hijo, el astro emergente de “Manchester by the Sea”, una tarea difícil porque Lucas buscaba deliberadamente hacerse un nombre lejos de la sombra de su padre.

Resulta difícil, caray, decirle que no a Julia Roberts. La actriz luego invitó a Lucas a su casa en Malibu, donde dice que se convirtió en parte de la familia al pasar tiempo con sus hijos y llevarlos a la playa. Para ella hacer “Ben Is Back” era más sobre establecer una relación con su hijo ficticio que sobre canalizar sus propias pesadillas maternales.

Como gran parte de los mejores trabajos recientes de Roberts, incluyendo “Wonder” y “August: Osage County” (por la cual recibió una nominación al Oscar), “Ben Is Back” gira en torno a la familia, tanto dentro como fuera de la pantalla. Y aunque su próximo filme, “Little Bee”, es también un drama, no descarta que pueda hacer otra comedia romántica.

Pero “Ben is Back” y “Homecoming” le han permitido expandir el trabajo dramático que realizó con Steven Soderbergh (“Erin Brockovich”) y Mike Nichols (“Closer”, “Charlie Wilson’s War”), quien una vez dijo de la actriz: “Su rostro fue hecho por Dios para expresar ideas y sentimientos”.

¿Qué le queda por demostrar? Para Roberts, esa no es la pregunta.

“Nunca he estado en el negocio de las demostraciones, pero sí resido muy humildemente en el negocio de ‘quiero impresionarte’”, dijo Roberts. “Mi esposo estaría en el tope de esa lista. Recuerdo la sensación de caminar por el plató todos los días con mi adorado Mike Nichols y pensar: ¿Qué puedo hacer hoy en mi trabajo que lo haga pensar ‘no vi eso venir’?”

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