Por JOHN ROGERS
LOS ANGELES
Agencia (AP)
Hace 79 años, una mujer judía llamada Lilly Cassirer entregó a los nazis un cuadro de incalculable valor de Camille Pissarro perteneciente a su familia a cambio de una salida segura de Alemania durante el Holocausto.
Ayer, su bisnieto llegó a una Corte estadounidense para la última ronda de una batalla de casi veinte años para recuperarla.
Tras años de apelaciones, tanto por los descendientes de Lilly Cassirer como por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en España, donde permanece desde hace un cuarto de siglo, el juez federal de distrito John F. Walter podrá decidir quién es su dueño legítimo.
El museo madrileño ha argumentado que Cassirer perdió sus derechos de propiedad cuando aceptó 13 mil dólares de Alemania en 1958, luego que el gobierno alemán concluyó que la pintura estaba perdida para siempre. El museo también argumentó que adquirió la obra de buena fe y que nunca trató de esconderla.
Después de que los testimonios terminaron, Walter le ofreció a ambos abogados la oportunidad de presentar argumentos finales, pero declinaron. Walter les dio hasta el 10 de febrero para presentar mociones tras el juicio y se espera que emita su fallo hasta la próxima primavera boreal.
El abogado de Cassirer, David Boies, acribilló a los testigos de la defensa al intentar mostrar que el museo debió saber que se trataba de arte saqueado.
Boies preguntó al equipo de investigadores y abogados del museo por qué ignoraron las señales que indicaban que el origen de la pintura era cuestionable.
Una de las expertas del museo, Lynn Nicholas, dijo que no podría decir si el barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza llegó a ver el reverso de la pintura para estudiar su origen cuando la adquirió en 1976.
Nicholas dijo que no podría explicar por qué se colocaron cartones sobre varios sellos en el reverso de la pintura que mostraban su origen.
Uno de esos sellos señala que había pertenecido a una galería de Berlín propiedad de la familia Cassirer.
La familia Cassirer apeló con éxito el año pasado y la demanda fue remitida nuevamente a Walter para un juicio.
El abogado de la familia, David Boies, dice que el asunto ahora se reduce a que España haga lo correcto y entregue la pintura.
La pintura, «Rue St.-Honore, Apres-Midi, Effet de Pluie», ha sido valorada en 30 millones de dólares o más.
Pissarro creó el deslumbrante óleo sobre lienzo de una calle lluviosa en París que vio por la ventana de un cuarto de hotel en 1897. Su título quiere decir «Calle Saint-Honoré por la tarde, efecto de lluvia».
El suegro de Lilly Cassirer se la compró directamente al marchante de Pissarro y se la dejó a ella y su marido al morir.
Por más de 70 años su familia la creyó perdida. Entonces, en 1999, un amigo del nieto de Cassirer, Claude, quien había huido de Alemania con ella, vio una foto del cuadro en un catálogo y lo contactó.
Resultó que la obra fue vendida y revendida varias veces antes de que el barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza, uno de los coleccionistas de arte más prominentes del siglo XX, la comprara al dueño de una galería en Nueva York, Stephen Hahn, en 1976.
Thyssen-Bornemisza, quien murió en el 2002, vendió a España en 1993 ésta y cientos de obras más que integran la colección principal del museo que lleva su nombre.