Miguel Flores
Doctor en Artes y Letras

La fotografía actual brinda un caudal de interrogantes que muchos investigadores han intentado responder desde distintas perspectivas: Fred Ritchin, Clément Cheroux, José Luis Brea, Charlotte Cotton, Erik Kessels, Geoff Dyer, Joachim Schmidt, Martin Parr y Joan Fontcuberta. Este último quizá el más conocido en Guatemala gracias a que sus publicaciones son posible encontrarlas en Guatemala.

Fontcuberta no cree en la documentación fotográfica de la realidad. Piensa que se trata de una construcción intelectual y que la fotografía es una manera de negociar nuestra identidad. Cree en la fotografía como una herramienta para el desarrollo de un pensamiento visual y ve en la cámara un interfaz con la realidad. Para él no es tan importante presionar el botón del obturador como el que se hace con las fotografías, según interpreta el investigador y catedrático de fotografía avanzada de la Universidad Panamericana de México, Oscar Colorado Nates.

Después del nacimiento de la fotografía en el siglo XIX con los hermanos Niepce, ésta alcanzó su madurez con las Vanguardias, entre 1925 y 1945. Dio un nuevo avance a finales de la década de los 50 con Robert Frank (hay que recordar su serie Los americanos) y es perceptible un nuevo cambio en los 70 cuando acogió las prácticas del arte conceptual y las primeras ideas de la posmodernidad con lo que llevó el medio fotográfico a ser una expresión de cualidades inigualables (viene a la memoria el uso que Warhol hizo de la fotografía).

Un cambio importante se da en el siglo XXI gracias a las tecnologías de la información y la revolución de la fotografía análoga a la digital. Asimismo, otro factor que incide es el cambio que ha producido en la cultura humana internet, y desde 2004 las redes sociales. Todo esto en conjunción con el lanzamiento del iPhone. Como expresa Colorado “este coctel molotov ha puesto de cabeza una buena parte de lo que pensábamos y creíamos sobre la fotografía”.

El término Posfotografía es, como indica Foncuberta, “un estado en la fotografía que es irreversible y evolutivo. Efectivamente, ‘la fotografía ya no es lo que era antes’ y habría que agregar ‘y no volverá a ser lo que es hoy’”.

El hombre contemporáneo se ha convertido en un consumidor insaciable de imágenes. En las redes sociales la imagen sustituye al texto escrito y mientras más fotografías tenga una persona, más información se conoce. Pero estas imágenes tienen poca duración, a penas el tiempo preciso para darle un like para luego morir. Eso hace que el observador pase por alto el acto de contemplación. Como dice Colorado “el papel del contemplador es capital, incluso mayor al del artista, que, citando a Víctor Basch expresa: ‘únicamente el estudio del contemplador y no del artista, debía constituir el elemento esencial y el fundamento de la teoría estética, la contemplación es un hecho universal, mientras que el artista es un ser de excepción’”.

Este pensamiento lleva a tomar en cuenta la teoría de la Einfüblung la contemplación estética posee una estructura: el sujeto que contempla se proyecta con el pensamiento hacia el objeto de su contemplación, y adquiere una especie de conocimiento por el interior. La contemplación no es pasiva, todo lo contrario, es activa.

Para muchos investigadores los valores de la Posfotografía son la memoria, la verdad y la realidad. Mayor información consultar en: https://oscarenfotos.files.wordpress.com/2014/07/articulo_posfotografia_final_22jul2014.pdf

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