Por LYNN ELBER
LOS ÁNGELES
Agencia (AP)
A pesar de lo encantadora y poderosa que es Jane Fonda, todavía le falta interpretar un papel que iguale su apasionante vida en las artes, su fama y su activismo polarizador. Además existe su drama personal, incluyendo tres matrimonios con esposos muy diferentes y cada uno famoso por su cuenta.
Cuando Fonda de 80 años decidió participar en un documental sobre su vida “¿Por qué no? No sé qué tanto más voy a vivir” se acercó a la laureada cineasta Susan Lacy, quien hizo una elección intrigante: tomar los hombres en la vida de Fonda como el principio para organizar «Jane Fonda in Five Acts» (Jane Fonda en cinco actos).
La película que debuta el lunes a las 8 p.m. (hora del Este) en HBO, dedica su primer capítulo a la delicada relación entre Fonda y su reservado padre, el aclamado actor Henry Fonda. Fue sólo hasta el final de la vida de él que ella logró acercarse más: actuaron juntos como un padre y una hija distanciados en la película “On Golden Pond».
La ceremonia de los Premios de la Academia de 1982 en la que Henry Fonda ganó su único Oscar es lo que Jane Fonda señala sin dudar cuando le preguntan por algún momento destacado en su carrera en Hollywood. Su padre murió cuatro meses después.
(Su compañera de elenco Katharine Hepburn ganó su cuarto Oscar y le mostró su lado competitivo. «Nunca me vas a alcanzar ahora”, le alardeó a Jane Fonda, quien ha ganado el Oscar en dos ocasiones por «Klute» y «Coming Home»).
Tras esto, «Five Acts» aborda los esposos de Fonda: El director de cine francés Roger Vadim (de los años de «Barbarella»), el activista Tom Hayden (quien era su compañero en su fervor político) y el empresario Ted Turner (tan magnético que ella intentó llevar un semi-retiro hasta que no pudo).
Recuerda la emoción de la “electricidad” sexual con esos tres hombres, pero sólo se sintió obligada a casarse por estar embarazada con Vadim (tuvieron una hija, Vanessa) y con Hayden (un hijo, Troy). Con Turner se casó en 1991, dijo que fue porque él insistió en que el hecho de que vivieran juntos era un mal ejemplo para los hijos de él.
Al preguntarle sobre futuras relaciones sin matrimonio Fonda tuvo una respuesta contundente: “Ya cerré la tienda”.
“Nunca digas nunca”, le contestó sonriente Lacy, quien fue la creadora y por mucho tiempo productora ejecutiva de la serie de PBS «American Masters», donde se presentan perfiles de grandes personalidades como Maya Angelou y Billie Jean King.
El último acto de la película le pertenece sólo a Fonda, sin matrimonio y enfocada en sus pasiones como los derechos electorales y otras causas políticas, así como su trabajo el cual incluye la serie de Netflix «Grace and Frankie» y los planes para una nueva versión de la exitosa película de 1980 «9 to 5».
La forma de abordar el tema que adoptó Lacy sorprendió a algunos en su círculo, especialmente a las mujeres más jóvenes pues la consideran antifeminista, dijo la cineasta. Ella la defendió como un reflejo de la autobiografía de Fonda de 2005, «My Life So Far» y Fonda está de acuerdo.
La voz de Fonda es fuerte en toda la película, que se realizó con más de 20 horas de entrevistas en las que aborda momentos tan íntimos como la muerte de su madre por suicidio y un desorden alimenticio ocurrida cuando la actriz era niña. Sus amigos y colegas, incluyendo a Robert Redford y Lily Tomlin aparecen en la película junto con Turner, el fallecido Hayden y los hijos de Fonda.
Aunque no tuvo una epifanía tras ver la cinta, en la que cooperó pero no controló, le fue gratificante, dijo Fonda.
Sus logros, incluyendo un imperio deportivo que la convirtió en estrella de videos de la década de 1980, eran irrelevantes para quienes la criticaban por protestar contra la guerra en Vietnam, especialmente después de que Fonda fue retratada subida en un cañón antiaéreo durante una controvertida visita a Vietnam del Norte en medio del conflicto en 1972. Recientemente dijo que ese momento envió un mensaje “horrible” a los soldados y sus familiares.
Su involucramiento en el conflicto surgió de una oportunidad para reunirse con soldados estadounidenses en París, la cual removió su creencia sobre que Estados Unidos siempre peleó “del lado de los ángeles”, dijo Fonda. Pero descubrir su faceta como activista también fue un momento personal profundo.