Por Astrid Riehn
Toronto
Agencia (dpa)

«No se puede vivir sin música, como no se puede vivir sin agua», asegura un octogenario Quincy Jones en los primeros minutos de «Quincy», el documental de Netflix sobre el legendario productor de música estadounidense que dirigió su hija, la actriz Rashida Jones, junto a Alan Hicks, y que tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Toronto.

Una máxima que, por lo que muestra la película, el hombre detrás de éxitos como «Thriller» parece haber cumplido a rajatabla. «Nunca quise ser un adulto, es muy aburrido», afirmó Jones el domingo por la tarde ante un colmado teatro Princess of Whales al tratar de explicar el porqué de su prolífica carrera, que lo llevó de tocar junto a Dizzie Gillespie con veintipocos años a trabajar con artistas como Ray Charles, Miles Davis, Frank Sinatra y Aretha Franklin.

Sin embargo, para la generación que comenzó a amar la música entre fines de los 70 y principios de los 80 Quincy Jones quizá es, ante todo, el hombre que convirtió en «rey» al por ese entonces «príncipe» del pop Michael Jackson, junto a quien produjo su primer disco solista, «Off The Wall», así como «Thriller» y «Bad».

Jones, de 85 años, también produjo el famoso tema «We Are The World», con el que varios artistas como Jackson, Bruce Springsteen, Cindy Lauper y Bob Dylan y Tina Turner buscaron reunir fondos para paliar la hambruna en África en 1985. «Puedo ver el talento en una persona antes de que esa misma persona lo sepa, sean Michael Jackson, Oprah Winfrey o Will Smith”, afirmó hoy el músico de 85 años.

Porque Jones no sólo revolucionó el mundo de la música desde el jazz hasta el hip hop, pasando por el soul y el pop, sino que además compuso música para películas como «A sangre fría», de Richard Brooks o «The Wiz», la versión afroamericana del mago de Oz de Sidney Lumet con Diana Ross y Michael Jackson.

Poco después fue aún más lejos y fue uno de los productores de «El color púrpura», el drama de 1985 de Steven Spielberg, que le valió a Winfrey una nominación al Oscar y la catapultó a la fama, y de la comedia televisiva de los 90 «El príncipe de Bel-Air», en la que despuntó Will Smith.

De todo esto da cuenta el documental de su hija, que va y viene entre el presente de este incansable «self-made man» que se confiesa admirador de artistas como The Weeknd y Kendrick Lamar y su pasado, desde su infancia pobre en los suburbios olvidados de Chicago hasta sus grandes éxitos en el mundo de la música.

Pero «Quincy» busca ser también un retrato íntimo de un hombre que además es padre de seis hijos, entre ellos Rashida junto a la actriz de «Twin Peaks», Peggy Lipton, y Julia Kenya junto a la también actriz Nastassja Kinski, abuelo y bisabuelo.

Según Hicks, codirector del documental de poco más de dos horas que se estrenará en Netflix el 21 de septiembre, condensar todo el material con el que contaban –unas 800 horas de entrevistas conducidas por su hija más otras 2.000 horas de material de archivo- fue un trabajo arduo.

«Pero había un patrón, la manera en que (Quincy Jones) se exigió más allá de sus límites durante décadas y logró sobrevivir”, indicó la actriz de «The Office», quien confesó que con tantos éxitos de los que dar cuenta en la carrera de 70 años de su padre, temía que quedara poco espacio para mostrar su personalidad.

El documental incluye, por eso, varias escenas en las que se ve a Jones en la intimidad de su hogar, rodeado de sus hijos y nietos o haciendo yoga para estar en forma tras el coma diabético que sufrió hace pocos años.

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