Fernando Mollinedo C.
Historiador y Columnista Diario “La Hora”

LA ARQUITECTURA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS: Por el año 1500 los descendientes de los antiguos mayas carecían de construcciones con los rasgos artísticos occidentales; entre sus máximos y más significativas edificaciones tenían la pirámide escalonada, cuadrangular que les servía de plataforma en los templos dedicados a sus dioses y patios especiales para el juego de pelota.
Sus viviendas consistían en ranchos, construidos con materiales de su propia comunidad: horcones para las esquinas, cañas para las paredes y con paja cubrían sus techos. La tendencia de los españoles de ocupar las edificaciones de los nativos prevaleció hasta el siglo XVII. Un ejemplo de ello es la referencia que dio el cronista Fray Antonio de Molina quien dijo que Fray Guevare comenzó a labrar el convento de la Santa Cruz de Quiché con los materiales y piedras del palacio de los reyes de esa localidad.

BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, el soldado – cronista español, (1496–1584) escribió la obra denominada Verdadera y notable relación del descubrimiento y conquista de la Nueva España y Guatemala, publicada en Madrid en el año 1632, la cual consta de 299 folios, es decir, casi 600 páginas escritas en su anverso y reverso con un promedio de 48 reglones cada una. El manuscrito original denominado “Manuscrito Guatemala” se encuentra en el Archivo General de Centro América, ubicado en la parte posterior del edificio que ocupa la Biblioteca Nacional de Guatemala.
Bernal Díaz fue enterrado en el presbiterio de la catedral de Santiago de Guatemala, al igual que personajes de la época colonial como el Obispo Francisco Marroquín, Pedro de Alvarado y su esposa. Los conquistadores españoles al tomar posesión de cada lugar (provincias) apoyaron su autoridad en la fuerza y el despotismo, organizaron políticamente la vida civil de la sociedad creando los ayuntamientos donde se ejercían las funciones legislativas y administrativas.

CARACTERÍSTICAS ESENCIALES PARA FUNDAR UNA CIUDAD: Después del asiento vino el ornato; como colonias recién fundadas, querían atraer corrientes de inmigrantes y muchos de ellos manifestaron deseos por traer a sus mujeres, criar hijos y nacionalizarse americanos para heredar su “prosperidad”.
En la época colonial, los arquitectos diseñadores de ciudades tomaban en cuenta elementos básicos parecidos o similares a los de las ciudades españolas para la fundación o traslado que albergarían las instituciones administrativas de la Corona española en los nuevos territorios conquistados; siendo estos: 1) abundantes pastos, maderas y leña, 2) el sol, 3) el clima, 4) cerros con cal, 5) el agua, 6) el viento), 7) fertilidad del suelo, 8) facilidades de comunicación, 9) formación de ciénagas, además de mantener la cuadrícula en las calles, al estilo castellano.

El ARCHIVO GENERAL DE CENTRO AMÉRICA: denominado también como la memoria de la patria grande, y Templo de la Historia Centroamericana, oficialmente fue creado durante el gobierno de Vicente Cerna en el año 1846 como Archivo General del Gobierno adscrito al Ministerio de Gobernación. Su primera sede fue un salón en el Palacio Real de la Nueva Guatemala de la Asunción, contó inicialmente con la documentación oficial reunida por la Sociedad de Artesanos; fue trasladado en 1884 al caserón que ocupaban las instalaciones de la Casa de la Moneda en la esquina de la 4ª Avenida y 6ª Calle de la zona 1, donde ocupó un lugar al lado de donde se encontraban las calderas hasta el año 1956 cuando lo trasladaron a su actual sede.
En el año 1967, el profesor José Joaquín Pardo Gallardo y los periodistas Rigoberto Bran Azmitia de “La Hora”; Mario Sandoval Figueroa, de “Nuestro Diario” y German Duarte Castañeda, de “Diario de Centro América”, impulsaron la iniciativa que llevó a la construcción del complejo arquitectónico que hoy alberga al Archivo General de Centro América, Biblioteca y Hemeroteca nacionales.
Para documentar de forma más completa al Archivo General, su director José Joaquín Pardo Gallardo quien asumió el cargo en el año 1935 solicitó su documentación a todas las gobernaciones y municipalidades del país consistente en sus archivos, algunos conteniendo documentos venidos del tiempo de la colonia, incluyendo Chiapas y Soconusco; y así documentar más de 300 años de Historia colonial y de forma subsiguiente de la Federación Centroamericana hasta que fue roto el Pacto Federal en el año 1838.
Los documentos fueron enviados en redes, costales y grandes cajas, mismos que por falta de anaqueles fueron colocados en el piso. Durante 30 años el profesor Pardo elaboró casi medio millón de tarjetas analíticas que contienen los datos bibliográficos y de catalogación de casi todos los documentos.4
Los directores de los periódicos referidos incluyendo “Impacto” de don Óscar Marroquín Rojas, apoyaron la jornada denominada “Salvación de la Historia”, la que culminó con la visita que hiciera al Archivo el presidente Julio César Méndez Montenegro quien donó mil quetzales para la compra de anaqueles y evitar la pérdida de parte de la Historia guatemalteca.
Uno de los departamentos que fueron creados con el auxilio de dos trabajadores del Archivo quienes se especializaron en México, fue el laboratorio de reconstrucción de documentos, asimismo, por medio del Decreto Legislativo 17-68 cambió de nombre denominándose Archivo General de Centro América y pasó a ser parte del Ministerio de Educación con rango cultural. Con la creación del Ministerio de Cultura y Deportes creado en los últimos años de la década de los 80, pasó a ser dependencia del mismo.
Como dato curioso, el rótulo que lo identifica en su frontispicio fue creado en bronce con una tonelada de cascabillos que donó el Ministerio de la Defensa y sus letras fueron fundidas en la Dirección General de Caminos, cada una tiene un peso de 150 libras y miden un metro de alto. El edificio consta de 9 pisos incluyendo 2 sótanos, actualmente cuenta con detectores de humo, extintores, deshumidificadores y pantallas protectoras que evitan el paso de la polución, vidrios color ámbar que protegen los documentos de la luz solar.

BIBLIOGRAFÍA:
1) Diario La Hora, Reportaje de Rigoberto Bran Azmitia. “Lo que fue la operación Archivo en los años de 1967-1968” 25/26/28/29 y 30 de marzo 1996.
E-GRAFÍA:
1) https://es.wikipedia.org/wiki

Artículo anterior“Desde la caída del sol…”: más que una antología de cuento breve, un placentero viaje iniciado en “El Palabrerista”
Artículo siguienteEl pueblo, hasta en el tuétano