Por Jorge Vogelsanger
Nueva York/Madrid
Agencia (dpa)
Cuando en 1978 empezó a sonar en algunas radios «Pedro Navaja», las reacciones fueron bien dispares. Sí, el ritmo era de salsa. Pero la pieza empezaba con sirenas de policía y más que una canción parecía un cuento cantado o el acto de una obra de teatro. Y qué decir de la letra, que no hablaba de amores y desamores sino de un matón de barrio, una prostituta y un borracho.
Muchos disc jockeys de la época se negaban, además, a poner la canción porque con sus largos 7:21 minutos reventaba los bloques comerciales de las radios, habituadas a temas de sólo dos o tres minutos. Desde entonces han pasado cuarenta años y hoy se sabe que «Pedro Navaja», con su refrán «la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay dios», es una de las canciones más populares de la historia de la salsa.
Su autor, el cantante y compositor Rubén Blades, cumple este lunes 70 años, y tampoco él ha perdido vigencia. «Los ejecutivos me dijeron que estaba loco, que ese disco no había quién lo sacara y que la canción era un desastre», contó el músico panameño hace unos años en una conferencia al recordar el momento en que ofreció «Pedro Navaja» a la famosa discográfica Fania Records en Nueva York.
Inspirado en la canción «Mackie Messer» de Bertolt Brecht y Kurt Weill, el tema está incluido en «Siembra», el segundo trabajo de Blades con el músico de origen puertorriqueño Willie Colón -con quien se enemistó años después-, una dupla que creó toda una serie de piezas inmortales, como «Plástico», «Pablo Pueblo» o «Tiburón». Muchas de estas canciones tienen una fuerte carga social, algo hasta entonces desconocido en la salsa.
Con unos 25 millones de ejemplares vendidos, según Fania, «Siembra» está considerado el disco de salsa más exitoso de la historia. Los inicios de Blades con la discográfica, empero, fueron bastante más modestos. Cuando tocó por primera vez a la puerta de la Fania lo contrataron para su oficina de correo y como mensajero. «Pagaban 125 dólares a la semana», recordó el músico en un documental de 2011.
Pero la suerte le sonrió, ya que por aquel entonces el percusionista de origen puertorriqueño Ray Barreto estaba montando un nuevo grupo y se fijó en el joven cantante panameño. Sin embargo, el primer gran concierto, en el Madison Square Garden ante unas 20.000 personas, no resultó del todo bien: «Empecé a cantar, y aunque me sentía seguro, se me olvidó la letra de la canción que tenía que hacer y repetí el mismo verso dos veces. Me quedé en blanco», contó Blades.
Conocido por sus letras como «el poeta de la salsa», Blades nació el 16 de julio de 1948 en el seno de una familia humilde en Ciudad de Panamá en la que él y sus hermanos siempre estuvieron rodeados de música. Su padre era percusionista y su madre tocaba el piano.
Blades fue el primero de su familia en ir a la universidad, la música era sólo un hobby. Pero poco después de graduarse como abogado en 1974 se fue a Miami huyendo de la dictadura de Omar Torrijos.
Desde los tiempos de Fania pasó por diversas etapas, sustituyendo los vientos por sintetizadores o atreviéndose con colaboraciones con Sting, Lou Reed, Elvis Costello o Paul Simon. Y con «Patria» (1988) compuso una canción que es un segundo himno nacional, como demostraron los hinchas panameños en el Mundial de Fútbol de Rusia.
En sus más recientes discos, como «Son de Panamá» y «Salsa Big Band» (que le valió un Grammy y un Grammy Latino), Blades vuelve a las grandes orquestas, junto con los músicos de su compatriota Roberto Delgado. Y en «Medoro Madera», personaje que considera su «álter ego», impresiona con una voz irreconocible, merced a una técnica llamada impostación que permite fijar la voz en las cuerdas vocales y que le da un aire de años 30 a los temas cubanos que interpreta.
También como actor Blades es incombustible. Aparte de aparecer en la popular serie «Fear The Walking Dead» (donde interpreta a Daniel Salazar), participó recientemente junto con Robert de Niro en la película «Hands of Stone» sobre el mítico boxeador panameño Roberto «Manos de Piedra» Durán. En total, Blades ha actuado en 35 películas y tres series. A ello se suma el documental «Yo no me llamo Rubén Blades» de su compatriota Abner Benaim, que se estrena en agosto.