Por Almudena de Cabo
Berlín
Agencia dpa)

El mítico Simon Rattle se despidió del escenario de la emblemática Filarmónica de Berlín tras dieciséis años al frente de una de las orquestas más famosas del mundo con todo el público en pie y una cerrada ovación.

«¡Bravo! ¡Bravo!» gritó sin descanso el público puesto en pie sin dejar de aplaudir durante más de diez minutos. La emoción se palpaba en el ambiente en un adiós en el que las flores llovieron sobre el escenario ante la sonrisa de los músicos.

«Les llevo en lo profundo de mi corazón», agradeció en alemán el director de orquesta británico ante el fervor de los cientos de espectadores que acudieron a despedirle y que se resistían a abandonar la sala obligando a Rattle a salir varias veces más cuando ya se habían ido los músicos de la orquesta.

Para su adiós como director titular, Rattle escogió la Sexta Sinfonía de Gustav Mahler. Precisamente la misma obra con la que debutó por primera vez al frente de la Filarmónica como director invitado en noviembre de 1987 y con la que cierra el círculo. «Ese día tuve la sensación de que encontraría mi voz», recordaría posteriormente ese momento echando la vista atrás.

Mahler también fue el compositor elegido por el director de orquesta británico para abrir su etapa como titular de la Filarmónica de Berlín en 2002 como sucesor del italiano Claudio Abbado, con un concierto en el que interpretó la Quinta Sinfonía.

La memorable actuación de esta noche, de 80 minutos de duración, pudo seguirse en directo a través del Digital Concert Hall en la web oficial de la Filarmónica de Berlín y en más de un centenar de cines en todo el país, diez de ellos en la capital alemana, así como en numerosos cines de otros países como Reino Unido, Polonia o Suecia.

Tras pasar un año a caballo entre la capital alemana y la británica, donde comenzó ya esta temporada a dirigir de manera simultánea la Orquesta Sinfónica de Londres, el director de orquesta de 63 años que está en la cúspide de su carrera cederá la batuta al ruso Kirill Petrenko.

Durante 16 años el maestro dirigió esta mítica formación con 136 años de existencia por la que han pasado figuras míticas como Herbert von Karajan. A pesar del tiempo, mantiene una energía y apasionamiento admirables que conectan de forma mágica con una orquesta que responde como una maquinaria bien engrasada y de la que una vez más volvió a hacer gala en su despedida.

La Orquesta Filarmónica lleva semanas preparándose para el adiós de su director. Pero será este domingo cuando finalice oficialmente su carrera en Berlín con un concierto al aire libre en el Waldbühne, en el oeste de la capital alemana.

Rattle fue llevado a Berlín para guiar a la Filarmónica en el camino hacia el siglo XXI. En la capital alemana, sometió a la Filarmónica a un tratamiento rejuvenecedor. Además de un repertorio más amplio más allá de Ludwig van Beethoven? y de Josef Anton Bruckner, la orquesta se abrió a la sociedad.

Rattle, condecorado con la Orden del Imperio Británico, llevó por ejemplo una gestión rupturista desde que llegó al cargo permitiendo a la orquesta conquistar nuevos espacios y dándole un perfil multimedia con conciertos online y producciones de cine.

La curiosidad del británico parecía no tener límites y arrastró con él a la inicialmente vacilante orquesta. De Joseph Haydn hasta John Adams, Rattle atravesó siglos de música con una energía desenfrenada. Los críticos lo acusaron de descuidar el repertorio sinfónico, algo que la orquesta rechazó. Rattle también trajo con él a Wagner, Brahms y Bruckner.

La vida en Berlín también cambió a Rattle. Junto con su tercera esposa, la mezzosoprano eslovaca Magdalena Kožená, y sus dos hijos, seguirá residiendo en la ciudad y viajará a Londres para trabajar. «Berlín fue mi primera experiencia como inmigrante», dijo en el pasado en una entrevista con dpa. «Hasta entonces siempre había vivido en mi propia cultura e idioma».

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