Por SYLVIA HUI y RAPHAEL SATTER
LONDRES
Agencia (AP)

Clare Waight Keller es la diseñadora británica detrás del vestido de seda con cuello bote y velo amplio que lució Meghan Markle para su boda con el príncipe Enrique en la Capilla de San Jorge.

Las líneas sencillas del traje blanco resaltaron el rostro sonriente de Markle cuando se sentó frente al altar sosteniendo la mano de Enrique, mientras la larga cola se extendía a sus pies.

«Es valiente no tener decoraciones ni adornos. Qué gran declaración de moda. Es moderno y clásico al mismo tiempo», dijo Phillipa Lepley, una conocida diseñadora de trajes de novia en Londres, a The Associated Press. «¡El look en general es muy años 50 y es hermoso!».

Waight Keller, la primera mujer que se desempeña como directora artística de la casa de moda francesa Givenchy, se reunió con Markle a principios de este año, dijo el Palacio de Kensington. Según el comunicado, Markle quería un vestido con una «estética elegante, confección impecable, y apariencia relajada».

El vestido no incluyó nada de encaje ni bordado. Tenía un clásico cuello bote, mangas tres cuartos y una falda en A con una cola de unos 178 centímetros (70 pulgadas) desde la cintura. Markle complementó el look con una tiara, un velo bordado catedral, una pulsera y unos pequeños aretes de diamantes.

El velo contenía referencias florales a todos los 53 países del Commonwealth, el grupo de países que corresponden al antiguo Imperio Británico y que es encabezado por la abuela de Enrique, la reina Isabel II. Trabajadores del palacio pasaron cientos de horas cosiendo el delicado diseño de flores en el velo, lavándose meticulosamente las manos cada media hora para mantener limpios los hilos y la seda de tul.

«No hay costuras en el corpiño», dijo Lepley. «Vestidos increíblemente pulcros y sencillos como este toman mucho tiempo y son muy complicados de hacer, porque a diferencia de un vestido de encaje, no hay espacio para el menor error. No se puede esconder una sola arruga, la tela debe caer a la perfección».

El palacio dijo que, además de las flores del Commonwealth, Markle también escogió otras dos plantas: wintersweet y, en un guiño a su lugar de nacimiento, la amapola californiana.

«El vestido es simplemente hermoso en su sencillez clásica», dijo Caroline Burstein, propietaria de Browns Bride, una elegante boutique para novias en Londres. Lo calificó como «una guiño a Grace Kelly, Audrey Hepburn y cada boda emblemática que hemos atestiguado a lo largo de los siglos XX y XXI. Es perfecto para ella y para la ocasión que están celebrando».

La decisión de Markle no era un asunto casual. Las bodas reales televisadas como esta han tenido una influencia decisiva en lo que las novias de todo el mundo quieren usar y son seguidas muy de cerca por toda la industria de la moda.

Artículo anteriorYolandita, sus recetas la han lanzado al estrellato en YouTube
Artículo siguienteEl príncipe Enrique y Meghan Markle se casan ante millones