Por GREGORY KATZ
LONDRES
Agencia (AP)
El divorcio ha importunado por siglos a la familia real.
Creó problemas no solo cuando el príncipe Carlos y la princesa Diana pusieron fin a su matrimonio de la manera más amarga en 1996, sino también cuando otra princesa, Margarita, se enamoró de un hombre divorciado y no pudo casarse con él por ese motivo.
Los monarcas de Gran Bretaña son también gobernadores supremos de la Iglesia Anglicana, un cargo que nunca ha sido desempeñado por una persona divorciada o casada con alguien que lo sea.
En 1936, el drama por una estadounidense divorciada llevó al rey Eduardo VIII a abdicar al trono con tal de casarse con ella.
En contraste, en el 2018 el plan del príncipe Enrique de casarse con la actriz estadounidense divorciada Meghan Markle fue recibido con un “¿y qué?”.
A continuación un vistazo a la realeza y el divorcio:
ENRIQUE VIII Y SUS SEIS ESPOSAS
El deseo de Enrique VIII de divorciarse de su primera esposa fue determinante para su reinado. Sus intentos de que el Papa anulara su matrimonio con Catalina de Aragón fueron infructuosos, y entonces rompió lazos con la Iglesia católica. En 1533 el matrimonio fue declarado inválido, y Enrique fue libre para casarse de nuevo.
Con el tiempo se casó seis veces y se divorció dos. Dos de sus esposas fueron decapitadas; una murió poco después de dar a luz y otra bajo detención. Solo dos le sobrevivieron a Enrique, quien falleció en 1547.
UNA ESTADOUNIDENSE DIVORCIADA ANTES QUE MEGHAN
El rey Eduardo VIII provocó una de las mayores crisis que haya enfrentado la monarquía británica moderna cuando le propuso matrimonio a Wallis Simpson poco después de haber ascendido al trono en 1936.
Ella era una estadounidense que ya se había divorciado una vez y estaba en proceso de divorciarse de su segundo esposo. Dado el tenor de la época, el matrimonio fue visto como política y socialmente inaceptable para un hombre que encabezaría la Iglesia Anglicana.
Eduardo finalmente decidió que tenía que elegir entre la mujer con la que quería pasar el resto de su vida y su posición como rey, y eligió el amor. Entregó la corona tras el reinado más breve de la historia británica.
UN AMOR VERDADERO DENEGADO ANTE EL DIVORCIO: LA PRINCESA MARGARITA
El capitán Peter Townsend era un piloto estrella durante la Segunda Guerra Mundial, un asistente del rey Jorge VI, y endiabladamente apuesto. También era, desafortunadamente, divorciado cuando se enamoró de la princesa Margarita, la hermana menor de la reina Isabel II.
El romance — Townsend le propuso matrimonio y Margarita quería aceptar — puso a la joven reina en una posición difícil, dada la atmósfera social de la época y su papel como gobernadora suprema de la Iglesia Anglicana, que no permitía a personas divorciadas volverse a casar por la Iglesia si la antigua pareja seguía viva.
El gobierno británico buscó desalentar el matrimonio, y Margarita eventualmente cedió en 1955 al decir que decidió no contraer nupcias con Townsend.
Con el tiempo se casó con Antony Armstrong-Jones, quien se convirtió en Lord Snowdon. La pareja tuvo dos hijos, pero se divorció en 1978 luego de 18 años.
La reina, que había sido reacia a aprobar el matrimonio de su hermana con un hombre divorciado, ha dado su consentimiento real para el matrimonio de Enrique y Markle en una era más tolerante.
El historiador real Hugo Vickers dice que Markle habría sido considerada inadecuada en la época de Margarita por varias razones: es divorciada, y su exmarido aún vive; a sus 36 años es mayor que Enrique, de 33; y es de origen birracial.
«Probablemente hubiera sido terriblemente difícil para ella casarse con un miembro de la familia real en la década de 1950, cuando pienso que cualquiera de las cosas que mencioné habrían sido usadas en su contra, pero los tiempos cambian», dijo Vickers.
EL PRÍNCIPE CARLOS Y CAMILA: LOS TIEMPOS ESTÁN A PUNTO DE CAMBIAR
Cuando el príncipe Carlos se casó con Camilla Parker-Bowles en el 2005, el clima social británico había cambiado al punto de que el divorciado heredero al trono pudo desposar a la mujer que por años había sido su amante. Pero la pareja no se casó en una iglesia, sino en una ceremonia civil en el ayuntamiento de Windsor, fuera del terreno del Castillo de Windsor.
En otro acuerdo, la madre de Carlos, la reina Isabel II, no asistió a la ceremonia en parte al menos por su papel como gobernadora de la Iglesia Anglicana, que desaprueba el divorcio. Pero ella y su esposo, el príncipe Felipe, asistieron a una bendición formal del matrimonio en la iglesia tras la ceremonia.
Carlos y Camila también trataron de calmar a los simpatizantes de su primera esposa, la difunta princesa Diana, diciendo que Camila no recibirá el título de reina cuando Carlos ascienda al trono. En vez será conocida como duquesa de Cornwall.
En total, tres de los cuatro hijos de la reina Carlos, la princesa Ana y el príncipe Andrés se han divorciado.
NUEVA ERA PARA ENRIQUE
Todas estas preocupaciones se han desvanecido ahora que Enrique se prepara para casarse con Markle el sábado.
La pareja se casará en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, y la ceremonia será oficiada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, quien encabeza la Iglesia Anglicana y la Comunión anglicana a nivel mundial.
«Los tiempos han avanzado mucho y la familia real ha avanzado con ellos», dijo Kim Darroch, embajadora británica en Estados Unidos. «La Iglesia ha avanzado también y hay muchos elementos de la vida moderna que habrían sido difíciles de imaginar hace 50 años».