Por RUSSELL CONTRERAS
ALBUQUERQUE, Nuevo México, EE.UU.
Agencia (AP)

Dolores Huerta fundó el primer sindicato de trabajadores agrícolas con César Chávez, estuvo junto al senador Robert Kennedy minutos antes de que fuera asesinado, inspiró el eslogan de campaña presidencial de Barack Obama de 2008 “Yes We Can” con su grito de “Sí, se puede” y continúa con su activismo social a sus 87 años.

Es poco lo que la mayoría de los estadounidenses saben de ella, pese a que entre los mexicanos-estadounidenses es un ícono de los derechos civiles. Genera entusiasmo en las protestas por la eliminación de estudios étnicos en Arizona y las concentraciones por los derechos de las mujeres en Albuquerque, e incluso tuvo un cameo este año en los Premios de la Academia.

Ahora la activista social es el tema de “Dolores”, un nuevo documental de Independent Lens que se transmitirá el martes por la mayoría de las estaciones de PBS.

Como es de esperar, el documental cubre la vida de Huerta como líder de los Trabajadores Agrícolas Unidos en California a finales de los años 60 y examina su papel en la lucha contra el uso de pesticidas tóxicos y por los derechos de los inmigrantes.

Pero también la película explora sus retos al criar a 11 hijos y el rencor que éstos albergaron al ser ignorados por su madre. Asimismo, muestra su amor por el jazz y sus sueños frustrados de convertirse en bailarina.

El director Peter Bratt dijo que el proyecto comenzó luego que Huerta y el guitarrista Carlos Santana se quedaron charlando hasta las 3 de la madrugada durante un viaje a Hawái años atrás. Santana, un admirador de Miles Davis, descubrió que Huerta era una gran seguidora del ícono del bebop Charlie Parker.

“Incluso conocí a Charlie Parker. Ese fue mi cuarto de hora de gloria”, dijo Huerta a The Associated Press. “Había muchas cosas que Carlos no sabía de mí”.

Ahí fue que Santana exhortó a Huerta a participar en un documental para contar su historia, dijo Bratt. El guitarrista es productor ejecutivo de “Dolores”.

Haciendo uso de entrevistas de archivo de Huerta y Chávez, la película ilustra cómo Huerta pasó de ser una mujer casada de clase media a una activista sindical que renunció a su vida cómoda para unirse a la lucha por la igualdad. Cuando trabajadores agrícolas u otros activistas le decían que algo no podía hacerse o que las probabilidades estaban en su contra, Huerta respondía “Sí, se puede”. Ese se convirtió en el grito de campaña del movimiento de los trabajadores agrícolas.

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