Miguel Flores Castellanos
Doctor en Artes y Letras

La fotografía desde su inicio responde a los modos de producción industrial: tamaños de papel, de película o número de pixeles. Estos aspectos influyen en el tamaño de las fotografías. El interés por el gran formato es notorio a mediados de los 80, que va de la mano con los nuevos paradigmas, romper el formato tradicional del cuadrado o rectángulo. Un ejemplo es la obra de Jeff Wall, en Canadá.

El camino del dolor (1997). Daniel Hernández-Salazar
El camino del dolor (1997). Daniel Hernández-Salazar

En Guatemala, registros documentados indican que el primer fotógrafo que rompe con el tamaño tradicional de la fotografía a finales de la década de los 90 es Daniel Hernández Salazar. No existía en ese momento impresoras de gran formato, por lo que empezó a seccionar el proceso de impresión en forma análoga (revelado sobre papel fotográfico, hoja por hoja).

Piezas como El camino del dolor (1997), de su serie Eros y Thánatos, muestran además de la impactante temática, un tamaño que impresionó al observador. De igual modo, con motivo del primer aniversario de la muerte de Monseñor Gerardi, Hernández concibe la reproducción de un ángel que grita la ignominia -parte de su obra Esclarecimiento- que coloca en sitios emblemáticos del poder de vigilancia sobre los ciudadanos en la Capital.

La obra era un llamado de conciencia a las instituciones que desde el poder reprimen a la ciudadanía. En esa oportunidad, el fotógrafo tramó (a través de una técnica utilizada en la impresión offset) la imagen del ángel, reproducida después en una fotocopiadora. Con este hecho, el artista inicia su serie, Ángel callejero, (1999), montado en sitios simbólicos donde el hombre debe tener memoria. Hiroshima fue uno de los espacios donde ha sido colocado ese personaje que grita.

El ángel callejero ( 1999 ) Daniel Hernández-Salazar
El ángel callejero ( 1999 ) Daniel Hernández-Salazar

En Guatemala es posible imprimir imágenes de gran formato, casi toda la nueva generación de fotógrafos tiende a visualizar su obra en estos tamaños. Un ejemplo lo constituyen ciertas obras de Eny Roland Hernández-Javier, que inició junto con otros amigos la reproducción de obras de arte con fotocopias, lo que el artista ha denominado Galería urbana.

Fue desconcertante ver obras famosas de la Historia del Arte en versiones en blanco y negro que cubrían muros del Centro Histórico. Esto ha llevado a Roland a adentrarse en propuestas más arriesgadas y complejas como las realizadas en Copenhague o las realizadas para el edificio Avia, en el cubo de gradas de ingreso, que presenta a jóvenes músicos, o el mural Testigos urbanos, realizado sobre la 7a. avenida entre 13 y 13 calle A, patrocinado por la Municipalidad de Guatemala.

Testigos callejeros ( 2013 ) Eny Roland Hernández-Javier
Testigos callejeros ( 2013 ) Eny Roland Hernández-Javier

La obra de estos dos fotógrafos ha dado pasos importantes en el cambio de percepción de la fotografía. La segmentación en muchos casos se convierte en un signo a desentrañar. En estos ejemplos es posible vislumbrar el hilo coherente entre dos generaciones de creadores. Es un arte que saca partido de la ausencia de ayudas, pero ambos con la firme decisión de hacerse ver en un contexto social adverso, con los medios a su alcance. Ambos fotógrafos brindan imágenes elocuentes que es necesario registrar. Por otro lado permite analizar la forma en que la imagen es recibida por el público urbano. Las obras son agredidas en mayor o menor forma dependiendo de su temática como la sexual o la política, esto da pie a un artículo mayor. Estas obras efímeras son elocuentes.

 

 

El poder de la palabra, Mural en Copenhague (2015). Eny Roland Hernández-Javier

 

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