La verdad acerca del primer periódico digital en Guatemala

Mario Rivero Nájera
Periodista

Poco se sabe acerca de que fue en 1996 cuando apareció el primer periódico digital en Guatemala. El medio electrónico que se adelantó a su tiempo ante la sorpresa y desconfianza de muchos, y la incredulidad de otros, ante los avances de la tecnología.  Era la época en que nadie poseía un correo electrónico personal, no existían los “amigos virtuales” y no se hablaba del CD, la laptop, el smartphone, ni de Google, Messenger o WhatsApp.  No existía el chat, el Facebook, los tweets, blogs, memes, selfies, Instagram, ni las trampas ni las redes sociales (social networks), como las caras bonitas que representaban a la globalización. No había individuos interconectados por alguna o varias plataformas tecnológicas. No existía entonces el gran despliegue de la red de redes: internet.

“En Línea” fue el nombre del primer periódico producido, realizado y subido a la red por la primera promoción de estudiantes del Ejercicio Profesional Supervisado -EPS- de licenciatura de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos.

El grupo de estudiantes estaba bajo la supervisión del licenciado Ismael Avendaño Amaya, y el proyecto ambicioso se materializó en la empresa Tikalnet como la primera iniciativa de periodismo electrónico en el país.

El periódico En Línea era una publicación completa, que contaba con toda la estructura de un periódico impreso: carátula, página editorial y secciones de economía, política, deporte y cultura. Lo que no tenía eran anuncios. Se preparaba durante el día y a las 18:00 horas aparecía en su sitio, dando la cara de Guatemala a todo el mundo. El encargado del diseño y de colocarlo en la website era el estudiante de ingeniería en sistemas Lino García Vallejo quien se sumó al grupo.

Los estudiantes, organizados en un equipo periodístico, eligieron como coordinador general a Amafredo Castellanos y quien escribe este texto fue el Jefe de Redacción de la Agencia Noticias de Guatemala –Notigua- que funcionaba simultáneamente alimentando de información al periódico electrónico.

Amafredo era el capitán y yo el segundo de abordo a cargo de la agencia Notigua.

Cada día, mientras un grupo de estudiantes salía a buscar la noticia para las diferentes secciones del periódico otros se quedaban de planta, produciendo y realizando un monitoreo para la Agencia de Noticias de Guatemala (Notigua). Quienes hacían su trabajo reporteril en la calle también generaban información para Notigua y al mismo tiempo aprovechaban para ofrecer el servicio a políticos, funcionarios, instituciones y empresas. Pero nadie creía lo que estaba sucediendo, nadie aceptaba tanta eficacia y tanta inmediatez a través de la internet. Y todo porque hace veintidós años casi nadie sabía de las bondades de la tecnología y nadie quiso arriesgar algún capital para empujar el proyecto, ni la misma Usac, razón por la que no se contó con el suficiente financiamiento para este esquema de comunicación digital que apenas duró dos años.

Al respecto, recuerdo, como anécdota, que funcionarios académicos, como el doctor Pablo Rodas Martini y el economista Lizardo Sosa, en ese entonces presidente del Banco de Guatemala, no daban crédito a lo que en alguna oportunidad les propuso como servicios el reportero Eduardo Blandón, actual catedrático de Filosofía en varias universidades del país.

Según consigna en su tesis María del Pilar Serrano Zea, de la Universidad Francisco Marroquín, en una entrevista que le hizo en su oportunidad a Amafredo Castellanos: “Este fue el primer intento por mantener información de actualidad a través de la red, que en ocasiones incluía entrevistas especiales que se conseguían vía telefónica. Este sitio no contenía anuncios publicitarios, aunque en algunas ocasiones se incluyó una marca, como mera cortesía, de una empresa comercial. En su mayoría quienes consultaban este sitio eran lectores que se encontraban fuera del país”. El soporte técnico lo brindaba la empresa Tikalnet, pero empezó a debilitarse y tuvo que dejar de existir, porque al no contar con apoyo publicitario resultó poco rentable para mantener el periódico y la agencia de noticias.

De diferentes partes del mundo empezaron a llegar mensajes online a través de correos electrónicos felicitando aquella iniciativa, particularmente de Ginebra, Israel y de la Embajada de Guatemala en Washington, entre otros países. Uno de aquellos e-mails llegados desde Viena, el 23 de julio de 1996 y firmado por Enrique Bedoya, decía: “Déjenme por favor felicitarles por tan buena labor periodística, estoy verdaderamente impresionado con la calidad de la publicación que tienen ustedes en la WEB”. En otro correo recibido el 15 de julio de 1996, firmado por Edgar Rascón, se leía: “A todos los que hacen posible En Línea, les mando un saludo desde el sur de California. Servicios como el que ustedes están prestando harán las incursiones por este vasto universo de información más interesante”.

Aquella promoción de universitarios egresados de la Escuela de Ciencias de la Comunicación se graduó el jueves 22 de agosto de 1996, en el auditorio Francisco Vela, de la Facultad de Ingeniería. Y fue tanta la pasión que algunos experimentamos por aquel proyecto, que al acto de graduación no asistimos Orlenda Garrido Yanes, Amafredo Castellanos y yo, por tener compromisos ineludibles en la agencia de noticias y el periódico electrónico. Muchos de aquellos estudiantes hoy laboran en salas de Redacción en medios guatemaltecos y extranjeros.

Al hacer un recuento de todo aquel grupo de universitarios, no podemos dejar de mencionar a Miriam Nicté Avendaño Arenales, secretaria de Redacción, y a los reporteros Miguel Ángel de León, Pavel Matute, Orlenda Garrido Yanes, Julio César Chávez, Maively Escobar, Rafael Cañas, Eliseo Tepec, Cristina López, Patricia Ramírez, Giovanni Gutiérrez, Isabel Herrera, Haroldo Álvarez, Ana María Hernández, Marco Antonio Avendaño, Iliana Mérida, Eduardo Blandón, Cecilia Álvarez, Clara Luz Carrillo y Janeth Recinos, entre muchos otros que se me escapan.

Al terminar aquel ejercicio profesional supervisado, la agencia de noticias y el periódico electrónico continuaron funcionando con los estudiantes más destacados durante la práctica y el adiestramiento, otros no se quedaron por tener compromisos laborales, pero después de varios meses de denodada entrega,  la falta de presupuesto hizo desaparecer aquel proyecto  futurista demasiado adelantado para un país que aún no conocía las bondades tecnológicas del mundo globalizado.

Aquella iniciativa en esos tiempos desconocida se encuentra documentada en dos tesis de graduación, una en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Francisco Marroquín y la otra en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Queda, pues, esta remembranza, este conjunto de imágenes de hechos, situaciones y vivencias que sucedieron en el marco del quehacer de aquel primer periódico electrónico, como recuerdo y testimonio de lo que fue un proyecto fresco, original, esforzado, pero a la vez desconocido, que debe ser considerado como la primera experiencia de un periódico digital en nuestro país y  una primera  contribución a la historia del periodismo guatemalteco en la era digital.


La experiencia del técnico programador:

Lino García Vallejo, en aquel momento estudiante de Ingeniería en Sistemas, también cuenta cómo vivió aquella experiencia de ser programador del periódico En Línea: “Yo ya me había conectado a la Internet desde mi casa, utilizando la línea telefónica y un módem US Robotics, de 14.40 kbps, y la experiencia había sido genial, pero cuando Mario Rivero Nájera me habló sobre una oportunidad de laborar para un periódico publicado en la internet fue algo de otro nivel. Éramos dos programadores y nuestro proceso diario era el siguiente:

Aproximadamente a las cinco de la tarde recopilábamos las notas que el editor en jefe nos enviaba por correo electrónico; trasladábamos las notas a un editor de textos y les agregábamos las respectivas etiquetas en lenguaje HTML para convertirlas en páginas Web. Lo siguiente era probarlas en uno de los únicos navegadores para internet que existían en ese momento, el que de hecho era el más popular: Netscape Navigator. Una vez todas las notas eran integradas se mostraba localmente (es decir, sin subirlas al público aún) al editor en jefe para que viera cómo quedaba la edición de ese día. Si eran requeridos cambios o correcciones se hacían hasta obtener el visto bueno. Para finalizar, se subía toda la edición utilizando el protocolo FTP hacia el servidor Web del periódico, administrado por un estudiante. Incluso hubo un tiempo en el que se contrató una empresa para que implementara una bolsa de trabajo. Básicamente esa fue la primera aplicación para internet con la que tuve contacto. La idea de administrar las oportunidades de trabajo desde una base de datos que tenía un script que las mostraba dinámicamente en una página destinada para ello era súper visionaria”.


PRESENTACIÓN

En 1996 un grupo de periodistas mayoritariamente de la Universidad de San Carlos dio vida a un proyecto sin precedentes en el país: el alumbramiento del primer diario digital en Guatemala.  Sin saberlo, esos jóvenes soñadores fueron testigos de una experiencia que marcaría sus vidas y los ubicaría al centro de la historia del periodismo contemporáneo.

La creación de la Agencia Noticias de Guatemala fue, al tiempo que audaz, el espacio de crecimiento de estudiantes que, con ímpetu y no poca imaginación, adaptaron sus conocimientos a los instrumentos tecnológicos para el ejercicio de un nuevo periodismo.  Para ello contribuyeron particularmente, Amafredo Castellanos, Coordinador de “Notigua” y Mario Rivero, Jefe de redacción.

Dada la importancia del acontecimiento para la comunicación, el Suplemento Cultural presenta a usted el testimonio histórico de esos hechos, narrado por uno de sus protagonistas, Mario Rivero.  La idea consiste en dar a conocer lo que constituyó el origen de la experiencia desconocida junto al reconocimiento de sus actores.

Presentamos, además, la contribución regular de Miguel Flores, enfocado en el tema del mecenazgo.  Los aportes de Roberto Samayoa y José Manuel Fajardo, centrados en una crítica social y política.  Y, por último, el relato de Juan Fernando Girón sobre el Jueves Santo, con el que nos ponemos de camino hacia la Semana Santa.

Que tenga un feliz fin de semana.

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