Sydney
Agencia (dpa)
Los australianos recibieron 2018 con un espectacular arcoíris de fuegos artificiales sobre el emblemático puente de la bahía de Sydney, para celebrar la reciente legalización del matrimonio homosexual en el país.
Unas 1,6 millones de personas se congregaron para presenciar el espectáculo pirotécnico de 12 minutos que, según los organizadores, fue el mayor visto nunca en la ciudad australiana, protagonista de una de las celebraciones más populares entre los países que primero reciben el Año Nuevo.
En total, ocho toneladas de pirotecnia valoradas en unos 5,5 millones de dólares explotaron sobre la famosa bahía y con la Ópera de Sydney de fondo entre fuertes medidas de seguridad que incluyeron bloqueos de calles para impedir el acceso de vehículos.
Muchos de los asistentes llevaban acampados allí desde el sábado para asegurarse un buen lugar desde el que presenciar las celebraciones, que se retransmiten a todo el mundo.
Poco aunque la celebración en Australia es la que mayor atención internacional recibe en esa parte del globo, no es el primer país que celebró 2018: antes lo habían hecho los neozelandeses, cuya fiesta principal se coronó con cinco minutos de fuegos artificiales en la Sky Tower de Auckland.
Y antes de ellos lo celebraron los países insulares de Samoa, Tonga y Kiribati, en el océano Pacífico, que son siempre los primeros en dar la bienvenida al Año Nuevo con sus tradicionales danzas.
La llegada de 2018 tuvo lugar a las 10:00 GMT en las tres naciones. En Samoa, esto es así desde 2011, cuando las autoridades decidieron que el país pasara de ser el último en comenzar el año a convertirse en el primero al cambiar de huso horario.