Por Raquel Miguel
Madrid
Agencia (dpa)

El músico Juanes (Medellín, 1972) es una de las marcas más internacionales de Colombia, un país que constituye «el principio y el fin» de su trabajo pero cuya imagen sigue estigmatizada por el narcotráfico debido, entre otras cosas, al éxito de series que han alcanzado fama internacional.

«Colombia es mucho más que eso. Eso es el pasado». Y la música juega «un gran papel a la hora de que el mundo vea otra Colombia», afirmó ayer en una rueda de prensa ofrecida en Madrid para presentar el concierto que ofrecerá en la capital española el próximo 17 de diciembre.

Es el único previsto por el momento en España con su nuevo álbum «Mis planes son amarte», por el que acaba de alzarse con dos Grammy Latinos al Mejor Álbum Pop/Rock del Año y mejor ingeniería, que le hacen sumar 23 en su carrera. Además, la prestigiosa revista «Rolling Stone» lo acaba de considerar uno de los mejores discos del año, algo que asegura le da motivación y ganas de seguir adelante.

«Estoy en mi mejor momento como músico y como persona y aprovecharé esta oportunidad para conectar con los fans en un concierto maravilloso», señaló el colombiano, que promete en Madrid un show de rock en el que recorrerá todos los éxitos de su carrera, aderezado con una potente puesta en escena muy audiovisual: una pantalla gigante de 80 x 40 proyectará imágenes del nuevo disco y «estimulará todos los sentidos».

Juanes compartirá escenario con músicos españoles como Pablo López, Manuel Carrasco o Bebe, compañeros también en la pequeña pantalla como coachers en el programa de talento «La Voz» en España. El artista colombiano, conocido internacionalmente por temas como «La camisa negra», «Volverte a ver» o «A Dios le pido», asegura que esa nueva faceta de su carrera le está proporcionando «un aprendizaje increíble», aunque en un primer momento no pensaba poder juzgar o servir de guía a un artista.

Consciente de que también son otros los estilos musicales que exporta Colombia en estos momentos, como el reggaeton o una música más urbana que levanta ampollas por sus controvertidas letras tildadas a menudo de machistas y humillantes para la mujer, Juanes pide que no se demonice a todo un género. «También ahí hay música buena y música mala como ocurre en cualquier género». Y reflexiona: «No es culpa de la música, también es el reflejo de la sociedad que tenemos».

Confiesa que la música es su religión, como también lo es su país. «Colombia es el principio y el fin de todo para mí», asegura, haciendo hincapié en su constante intento de involucrar elementos locales en sus trabajos. Así, la música guasca de su Antioquía, el ballenato, la cumbia o el mapalé, con influencia africana, están presentes en sus temas reinterpretados de manera muy personal y en convergencia con su rock y su pop, explica.

El artista defiende el trabajo duro y la pasión por la música como las claves del éxito. «Tuve que dejarlo todo para conseguirlo todo», recuerda sobre sus inicios en 1996 cuando se marchó a probar suerte a Estados Unidos. Y a lo largo de los más de 20 años que han pasado desde entonces ha cumplido muchos sueños, aunque le ha faltado uno: «Me hubiera encantado conocer a Bob Marley».

 

Artículo anteriorPlummer planea trabajar hasta el final, literalmente
Artículo siguienteEl «Black Friday» otra «tradición» de EE. UU. que llegó para quedarse