Por Juan Calles

En la librería Fénix en el primer piso de “El Gallinero” en donde se ubicaba la escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos; en sus estantes llenos de libros sobre marxismo y comunismo, a mi vista destacaba un libro de pastas azules, rojas y blancas que lucía al Tío Sam sufriendo una patada en el trasero, arriba de esa ilustración el título, Cuba para principiantes.

Ahorré mucho para poder comprar ese libro, yo aún no estudiaba en la universidad, pero iba a comprar libros a ese lugar porque eran más baratos que en cualquier otra librería; así era la vida de un desempleado con necesidades bibliográficas. El encuentro con Rius fue de carcajadas y conocimientos.

Eduardo del Río fue un autodidacta, inició su carrera como caricaturista en 1954, bajo el seudónimo de “Rius”, en la revista Ja-Já, donde publicó sus primeros dibujos. “Rius” fue seminarista, burócrata, embotellador, vendedor de jabón, “Patojo chispudo” en una oficina de abogados, encuadernador, profesor sin título y enterrador de una prestigiosa funeraria.

Su primer libro fue “Cuba para los principiantes”, publicado en 1966, después llegaron las historiestas “Los Supermachos” y “Los Agachados” lanzadas a finales de los años 60. La clave del éxito para Rius residió en el abordaje de temas de relevancia con un sentido del humor popular y bucólico.

En ese tiempo era muy difícil encontrar libros de temas considerados tabús, como el ateísmo y el comunismo, un libro de Rius te ilustraba con mucha información y, además, te provocaba carcajadas con sus puntadas y sus personajes. Elaboró detalladas biografías del Che Guevara y Sandino, listaba las diferencias de la Alemania Oriental y la Alemania Occidental, en Jesús, Alias el Cristo, hace una biografía de Jesús argumentando sus orígenes y su lucha antimperialista.

Así, Rius fue una tremenda luz en una época de oscuridad; el “Manual del perfecto ateo” es un libro que atesoré por muchos años, pues disfrutaba mucho encontrar mis razones dibujadas por Rius en clave de broma listaba a los más prominentes ateos de la historia de la humanidad. Un libro divertido y aleccionador.

En sus más de cien libros, “Rius” destaca por su irreverencia y su crítica incisiva y sardónica. Todos los libros son ilustrados con sus propias caricaturas y recortes de obras artísticas de otros autores, muchas veces graciosamente intervenidas.

Pocos fueron los temas que no alcanzó la pluma de Rius; entre los temas que abordó destacan: historia, filosofía, religión y medicina popular, sistema político, consumismo e imperialismo.

Al leer la noticia de la muerte de Rius sólo pude recordar con emoción cómo hacía cola en el Musac para que me autografiara mi copia del ABChé, la biografía de Ernesto Guevara que un dirigente sindical me regaló hace demasiados años, cuando llegué frente a él, levantó la mirada, me vio de pies a cabeza y me preguntó con marcado acento mexicano, ¿Eres guevarista? Yo sin pensarlo le respondí, soy Riusta, ensayó una risa y mientras firmaba el libro dijo: no sabes lo que dices mano. Lo sé perfectamente, le contesté apretando su mano, me hiciste reír, ya vete, me dijo contento. Hoy voy a leer una vez más ese entrañable libro en honor a ese monero que me enseñó tanto.

En ese tiempo era muy difícil encontrar libros de temas considerados tabús, como el ateísmo y el comunismo, un libro de Rius te ilustraba con mucha información y además te provocaba carcajadas con sus puntadas y sus personajes.

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