Por Salazar Ochoa
Recuerdo que cuando empezó la efervescencia de los medios de comunicación exclusivamente digitales uno se topaba en el féisbuc con noticias tituladas de manera tan atractiva que hacían casi inevitable caer en la tentación de hacer clic y entrar a leer.
Los contenidos eran tan pobres y las decepciones fueron tan profundas que en poco tiempo adquirí la habilidad para reconocer ese tipo de notas sensacionalistas y sin sustancia para evitar perder el tiempo en ese mar de información chatarra. No voy a negar que más de alguna vez amanecí incauto y volví a ceder ante el morbo, pero bendito sea Dios, ya cada vez son más esporádicas las recaídas.
Ahora bien querido lector, parece ser que usted ha caído en una de esas artimañas. No hay nada más subjetivo que los famosos top ten. A continuación no voy a hablar de las diez mejores taquerías en ciudad de Guatemala sino más bien de cuatro que por las cualidades que reúnen me parecen dignas para ir a echar un rol.
El Jardín de los Conejos (Ciudad San Cristóbal)
Sí, ya sé que prometí hablar de taquerías en ciudad de Guatemala pero ya ve usted cómo son de engañosos los titulares de estas notas. Promesas incumplidas aparte, veintiún años después de haber salido por primera vez a las calles, El Jardín de los Conejos continúa satisfaciendo a los paladares más exigentes de Mixco y a los amantes de las gringas y los buenos tacos al pastor de los alrededores.
Nunca he dejado de recomendar esta taquería a mis amigos; amo sus gringas que aunque son caras para el bolsillo proletario, su calidad termina por convencerme siempre de pedir como mínimo un par. Puntos extra merecen la textura de sus tortillas de maíz, la cebolla morada y los frijoles charros que regalan si a uno se le ocurre pasar los miércoles y jueves.
Recomiendo para el diente primerizo, empezar con las denominadas “refas” bañadas desde luego con todas las salsas (recuerden que solo la verde no pica) para despertar el apetito. Si el comensal gusta de acompañar los sagrados alimentos con cervezas hasta micheladas puede conseguir si se sabe mover. Estos amables muchachos atienden de martes a domingo y se ubican sobre el boulevard principal, entre el BAM y la farmacia de la Cruz Verde, no hay pierde.
Es necesario mencionar que cuando pasamos con mi crew para hacer este tour taquero, su propietario nos regaló unas bebidas y cuando quisimos pagar nos comentaron que siempre no, que la casa invitaba.
El Palenque (Calzada Roosevelt)
La noche avanzaba inexorablemente mientras mis miedos de quedarnos atascados en un embotellamiento de proporciones bíblicas –como sucede frecuentemente en este país- se disipaban. Decidimos visitar esta noble taquería a sugerencia del líder de la expedición, el inigualablemente combativo Juan Calles.
Sin embargo al ir aproximándonos al lugar me asaltaron las dudas y la desconfianza. Así que le pregunté a JC qué tenía de interesante el lugar y me dijo sin rodeos que nada, que íbamos allí porque era famoso entre la comunidad cervecera que gusta quitarse el hambre después de darse fiesta. Asimismo el lugar se yergue como una excelente alternativa para quienes visitan los auto hoteles de la zona y buscan una opción económica y sustanciosa para acabar una noche de pasión.
Pedí unos de chorizo porque aunque tenían al pastor y de lengua siempre he sido muy prejuicioso con esa parte de la vaca y quería variar. Melindrosos a un lado, el taco resultó cumplidor. Mi camarada de la cámara, Elí Orozco pidió unos de adobado y JC se inclinó por la lengua. La sazón no es sobresaliente pero le hace gancho. Lucas, el comandante en jefe de la estación taquera nos comentó que ya llevan más de 15 años en el lugar, por algo será. Así que si andan desesperados en la madrugada buscando comida, su salvación puede estar casi al final de la Roosevelt en dirección al Trébol, unos cuantos metros después de Miraflores, en El Palenque.
Takito Pérez (Zona 2 ciudad de Guatemala)
Ya un poco empanzados agarramos la avenida Bolívar y atravesamos el Centro Histórico. En esas andábamos cuando caí en cuenta que un taquero sin carisma hace que la experiencia gastronómica pierda brillo. Agarramos la séptima avenida y al cruzar la Martí nos parqueamos adelantito de la carreta.
A Takito Pérez también le hago su fama de vez en cuando porque me encantan sus tortas de adobado con guacamol y piña. No obstante, el objetivo de nuestra expedición eran los tacos así que después de quedar envueltos por el dueño en un discurso donde nos explicó el origen de sus andanzas culinarias callejeras, una historia que se resume en un “no quiero seguir recibiendo órdenes de nadie, voy a montar mi propia fuente de ingresos”, Mario nos sirvió a cada uno, dos tacos de su famoso adobado preparado con una receta heredada de su progenitora.
Estaba explicándonos por qué sus tacos artesanales son únicos e irrepetibles y las cosas que ha hecho para experimentar cuando nos sorprendió con otros dos tacos en cada plato, esta vez de lengua. Si ya estaban allí no podía hacerles desplante así que me los preparé como mejor pude bañando uno con una salsa de pimiento y al otro con un chile cobanero poderoso y delicioso. No pude más que sonreír y arrepentirme de haber privado a mi paladar durante tanto tiempo de unos buenos tacos de lengua. Estaban deliciosos.
Me quedé con ganas de probar los de camarón pero satisfecho con la dedicación que Mario le imprime a su trabajo, definitivamente a este país le urge más gente comprometida con su trabajo como él.
Tacos de Bosques (Bosques de San Nicolás)
Cegados por la gula y contra todo pronóstico, nos dirigimos envalentonados a la zona 4 de Mixco para probar la más grande variedad de tacos que uno puede encontrar en carretas Street en Guatemala. Como ya íbamos medio débiles después de batallar contra tres taquerías no sé a quién se le ocurrió que pidiéramos tan solo una degustación de cada variedad de taco.
Los muchachos ni lentos ni perezosos se pusieron a cocinar nuestra orden mientras acomodábamos los flashes y ocupábamos una mesa. Tacos de Bosques es un oasis para satisfacer los gustos más exóticos. Ahí uno puede encontrar tacos de res, de pollo, al pastor, de lengua, cochinita pibil, de panza, trompa, cachete, corazón y los viernes y sábados hay de ojo y de ubre.
Carlos, el mero jefe del lugar es originario de Totonicapán y desde hace 16 años incursionó en el mundo de los tacos. Mientras probábamos cada tipo de taco iba explicándonos los pormenores y amable como es nos llevó unas gringas cortesía de la casa para que nos diéramos el gusto. Cada tipo de carne es una explosión distinta de sabor y si uno se deja guiar puede obtener el conocimiento para saber qué salsa y cuáles ingredientes combinan mejor con cada taco.
Me quedé con curiosidad por los tacos de ubre y ojos lo que inevitablemente me traerá de vuelta a Bosques. La gringa de birra y los tacos de macizo (cachete) son exquisitos y fueron los ganadores en esa parada. Tacos de Bosques atiende las 365 noches del año, no sé la dirección pero ya saben que preguntando se llega a Roma.
Después de esta jornada intensa llegué satisfecho a mi casa con la sensación de haber visitado al menos dos de las taquerías más legendarias de la ciudad. Asumo el compromiso de continuar tenazmente con la búsqueda de más y mejores taquerías para quizá un día volver a escribir con suficiencia sobre dónde se pueden devorar los mejores tacos.
Después de esta jornada intensa llegué satisfecho a mi casa con la sensación de haber visitado al menos dos de las taquerías más legendarias de la ciudad.