Por redacción Cultura

Cada año, durante enero, tres instituciones suman esfuerzos a través de “Arte en las Calles”, con sus propias visiones y misiones empresariales, para integrar nuevos modos expresivos dentro del espacio urbano, en la búsqueda de una ciudad distinta. Por medio de esta alianza, las calles y avenidas citadinas se transforman en áreas más humanas que influyen positivamente en el ánimo de los transeúntes.

Este año la geometría ha estado presente en todos los movimientos artísticos y ha sido su protagonista en más de alguna ocasión, tanto que el arte abstracto, desarrollado a partir de 1920, fue llamado abstracción geométrica. En general, el abstraccionismo se basa en el uso de formas geométricas simples, compuestas de una forma armónica y subjetiva sobre espacios ficticios. En esta oportunidad, Arte en las Calles ofrece a los habitantes de la capital una muestra de arte abstracto, con la finalidad de proporcionarles instantes de asombro y reflexión dentro del caos cotidiano de la gran metrópoli.

Los gestores de la actividad: Paseo Cayalá, Fundación Rozas-Botrán y JCDecaux, unidos por la responsabilidad cultural, presentan nueve obras, cada una con su propio lenguaje visual autónomo y su propia significación. Alejandro Noriega, Antonio Pichillá, Edwin Bixcul, Enrique Castillo, Jamie Bischof, María Fernanda Carlos, Mónica Torrebiarte, Rebeca Calderón Pittman y Tepeu Choc, escogieron códigos personales para trasmitir sus conceptos a través de líneas, colores y formas para crear composiciones independientes de referencias visuales del mundo real.

Para entender la procedencia de las propuestas abstractas, vale la pena recordar que las civilizaciones antiguas -cuyos rasgos y símbolos culturales están seriamente amenazados en la actualidad por luchas de poder y extremismos religiosos- se distinguieron por la capacidad de asombro ante los fenómenos naturales. La dependencia de ese entorno provocó en ellos la investigación de las leyes de los espacios en donde desarrollaban su vida, con la vista puesta en el cielo.

Aquellos primeros hombres, a partir del descubrimiento de su propio cuerpo, desarrollaron conceptos que aplicaron al estudio de las medidas de las figuras en el plano terrestre, que luego emplearon en el espacio estelar. Nosotros heredamos el dígito, o ancho de un dedo; el palmo, o ancho de la mano; el pie, o largo desde la punta del dedo gordo hasta el talón; el codo, o largo desde la punta del dedo del medio hasta el codo y la milla, equivalente a la medida de distancias en unidades de mil pasos.

Los cálculos imprecisos mejoraron con la geometría, rama de las matemáticas derivada de la repetición de elementos en la naturaleza, muy útil para la construcción arquitectónica y la creación artística. Sus elementos fundamentales: punto, línea, área, esfera, prisma y polígono tienen una gran carga expresiva porque representan lo simple, lo puro, lo perfecto, hacia lo que todo tiende. El ser humano, mediante la abstracción, busca una analogía entre las formas naturales y geométricas para alcanzar la perfección en sus creaciones.

Durante un mes, no es necesario ir a museos o galerías para admirar obras de arte abstracto porque el paisaje urbano cuenta con un invitado de honor en los Mupis. El mobiliario Urbano de Publicidad, distribuido por las calles y avenidas, se convierte en una novedosa plataforma de expresión. Las piezas originales se exhiben en La Galería Rozas Botrán de Paseo Cayalá desde el lunes 9 de enero al martes 28 de febrero de 2017; están expuestas con una selección de obras de los mismos artistas. Nosotros solo tenemos que disponer la mente y abrir los sentidos.

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