Por Carlos Soto Pineda

Braille fue el perfeccionador, desarrollador y difusor del sistema de lectura y escritura táctil que se universalizó para no videntes y que en su honor fue nombrado con su apellido.

El 6 de enero se cumplieron 165 años del fallecimiento del profesor Louis Braille, quien nació en Coupvray, Francia en 1809 y murió enfermo de tuberculosis a dos días de haber cumplido 43 años en París el jueves 8 de enero de 1852.

Su padre era talabartero y en 1812 Louis de 3 años corriendo por el taller con unos punzones en la mano, tropezó y cayó perforándose el ojo izquierdo, dañándolo irreversiblemente; meses después a consecuencia de una endoftalmitis en el ojo derecho, quedó completamente ciego.

En el año 1819 logró su admisión en el “Institut National des Jeunes Aveugles” (Instituto Nacional de Jóvenes Ciegos), que era la única escuela para invidentes de París fundada por el Profesor Valentín Hauy en 1784, quien además de ser su mentor fue quien le enseñó las primeras grafías del alfabeto, por medio de ramas de árbol con las que fabricó veintiséis letras facilitando su interpretación dirigiendo sus dedos por las mismas.

Con el paso de los años, en 1828 ya siendo profesor del Instituto Nacional de Jóvenes Ciegos, escuchó en la terraza de un café en París, “una historia que le apasionó: un Capitán había ideado un sistema de puntos y trazos en relieve que permitían escribir en la oscuridad. Un mensaje trascrito de esta manera podría ser descifrado al tacto sin necesidad de luz”, para no ser detectado por el enemigo. Es así como busca al Capitán Charles Barbier de la Serre –el creador de dicho sistema– quien le explicó que valiéndose de la ayuda de un punzón y ejerciendo presión sobre una superficie o sobre un papel grueso, se provocaba un altorrelieve con unas pequeñas protuberancias que constituían combinadas, diversos sonidos o palabras.

Ese es el legado del profesor Braille, el sistema de lectura y escritura por medio de puntos que lleva su apellido, diseñado en un código de 63 caracteres, constituidos por un rectángulo de seis puntos que conforman una figura determinada, unidos en líneas sobre el papel y que se leen por medio del tacto pasando las yemas de los dedos suavemente sobre el relieve y que actualmente es el método universalmente adoptado en los programas de educación de personas ciegas.

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