Ciudad de Guatemala
Agencia/dpa

Arqueólogos revelaron esta semana el descubrimiento de dos tumbas y un monumento en Petén que aportan nueva evidencia sobre el enfrentamiento entre los dos reinos más poderosos de las tierras bajas mayas durante la época clásica (250-900 DC).

_Cul26_1BFrancisco Estrada-Belli, director del Proyecto Arqueológico Holmul y profesor de la Universidad de Tulane, explicó que ambas tumbas «milagrosamente» se libraron de décadas de saqueo en este sitio ubicado en el noreste de Petén, a unos 500 kilómetros de esta capital.

Desde el año 2000, Estrada-Belli y su equipo han resguardado el sitio de los saqueadores.

De acuerdo con las evidencias, una de las tumbas -datada entre 650 y 700 DC- pudo ser de un gobernante. Incluía artefactos «excepcionales» como «una tibia humana con inscripciones y un tintero de escribano hecho de una concha de caracol». Los arqueólogos consideran que puede ser un «trofeo de guerra», por hallazgos similares anteriores.

«El ocupante de la tumba pertenece a un período turbulento de las tierras bajas mayas, en el cual los reyes de Kaanul aún tenían varios reinos vasallos en el este de Petén, como Holmul y Naranjo, los cuales estaban bajo la amenaza del resurgimiento de su adversario, Tikal», agregó el investigador durante una conferencia de prensa en el Palacio Nacional de la Cultura.

Kaanul y Tikal fueron los dos grandes reinos de este período de la historia de los mayas, que competían entre sí por el control de los recursos y de las ciudades contiguas.

En la otra tumba descubierta por Estrada-Belli y su equipo en Holmul se encontraron restos de una persona de mediana edad acompañados de varios vasos y ornamentos de jade.

Entre los objetos hallados hay un pendiente de collar tallado que destaca la cabeza tallada de un cormorán, «un ave particularmente común en la iconografía del reino de Holmul, transformándose en el retrato principal del Dios del Maíz, quien porta un elaborado tocado de ave del Dios Solar», dijo el investigador.

En el reverso se podía leer una inscripción jeroglífica en miniatura: «Este es el collar de Yuknoom Ti Chan, el rey sagrado de Kaanul».

De acuerdo con la interpretación de Alexandre Tokovinine, epigrafista ruso asociado al proyecto, esta es la primera vez que se encuentra una joya con el nombre de un rey de Kaanul, y es aún más extraordinario que esto haya ocurrido en un sitio localizado a unos 150 kilómetros (100 millas) de distancia de su ciudad capital, Dzibanché’, al sur del estado mexicano de Quintana Roo.

Resolver el misterio de cómo llegó este artefacto hasta la tumba del gobernante de un reino pequeño y tan alejado de la residencia de su propietario original es ahora el desafío, reconoció Estrada-Belli.

En 2013, tras el descubrimiento de un friso del año 590 DC en un templo de Holmul, Estrada-Belli había dicho que ese hallazgo cambiaba «la percepción que se tenía sobre la cultura maya», habitualmente caracterizada como un pueblo pacífico.

«Hacían muchas guerras por razones rituales, cuando obedecían a un patrón: el afán de controlar territorios vecinos», explicaba entones el arqueólogo.

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