Por Jorge Antonio Ortega Gaytán

Hace más de un cuarto de siglo que un Capitán de Navío se embarcó en la odisea de promover la creación de la Editorial Cultura. Nada es por casualidad o accidente, cuando se diseña una plataforma desde el Estado para la proyección de las letras nacionales, teniendo en cuenta que el mayor obstáculo para nuestros escritores radica en la publicación de sus obras.

Con una visión clara, amplia y profunda de la problemática, el oficial naval suelta amarras e inicia la travesía como una prolongación de su bregar en la vida cultural y militar, que se remonta al lejano 1959 cuando el destino lo lleva a ser protagonista como fundador de la Marina de Guerra. Dirigió los destinos de la Tipografía Nacional y del Diario de Centro América, asimismo el Canal 5, cultural y educativo en sus primeros pasos; se desempeñó como director de Arte y Cultura de Guatemala; fue presidente de la Gremial de Editores de Guatemala y perteneció al grupo literario Rin-78, así dio origen a la Editorial Palo de Hormigo, la cual dirigió hasta el momento de su muerte.

Luego de su fallecimiento (2006) llegaron los homenajes, dos de ellos mantienen su nombre y obra vigente. El primero, nace en el seno de la Institución Armada y es la Biblioteca del Estado Mayor de la Defensa Nacional que lleva su nombre, en su interior se encuentra una vitrina que rescata con efectos personales de su trayectoria en lo militar y cultural, la cual se encuentra a la vista de los usuarios y es orgullo de los hombres y mujeres de uniforme. En esa misma dimensión, la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar tiene un certamen literario interuniversitario que, como homenaje, lleva su nombre.

Hoy es un buen día para recordar a un hombre de bien, un guatemalteco comprometido en cuerpo y alma al servicio de la Nación, que supo defenderla con una diestra pluma y espada a la vez. Un hombre de la mar y de la palabra escrita, que nos legó una estela perdurable con su obra y vida.

El capitán Juan Fernando Cifuentes (1936-2006) es sin duda alguna, un ejemplo a seguir y un faro que guía a todos aquellos que navegamos en el infinito océano de las letras.

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