Por Barbara Munker
Los Ángeles
Agencia/dpa

Sylvester Stallone no puede dejarlo. Pocas semanas antes de cumplir 70 años este miércoles, se embarcó en otro papel de acción. Bajo la dirección de Jim Mickle («Cold in July») interpretará a un expresidiario envejecido que busca venganza.

En los últimos años trabajó sin pausa: en 2014 en «The Expendables 3» como el jefe de banda Barney Ross, antes con Robert DeNiro como boxeador viejo en «Grudge Match». En 2013 compartió con Arnold Schwarzenegger pantalla en el thriller carcelario «Escape Plan».

Stallone boxea con toda potencia en la gran pantalla, aunque a todos les queda claro que lo ayudan varios dobles y expertos en efectos especiales. Los años pasan también para la estrella de «Rocky» y «Rambo». Según confesó en 2014, en el estreno en Londres de «The Expendables 3», cada tanto le suena la espalda. «Me caí bastante sobre la espalda y me pusieron un poco de metal», confesó.

Sin embargo, no piensa en jubilarse. «No me siento tan viejo como realmente soy. ¿Por qué debería parar? En mi cabeza tengo 35 y siento mi cuerpo de 48,49 años», dijo durante el estreno de la película en Alemania.

Cuando, hace poco, Stallone volvió a ponerse en la piel de su mítico boxeador Rocky Balboa, mostró un lado más sensible. En «Creed», el boxeador ya se había transformado en un entrenador enfermo de cáncer que no ocultaba su envejecimiento.

Holywood se rindió ante la actuación de «Sly». En enero ganó el Globo de Oro al mejor actor secundario. Casi 40 años después de haber sido nominado por primera vez al Oscar por la primera «Rocky» -en las categorías de mejor actor y mejor guionista-, fue nominado este año nuevamente, esta vez como mejor actor de reparto. «Este es un momento realmente especial en mi vida, ya que no habrá muchos más así», confesó Stallone antes de la ceremonia de los Oscar en febrero en entrevista con el canal ABC.

Finalmente, Stallone se fue esa noche con las manos vacías. El británico Mark Rylance obtuvo el Oscar por su papel de espía soviético en «Bridge of Spies», de Steven Spielberg. Stallone ocultó bien su desilusión. «Persigan sus sueños, no renuncien nunca», escribió en Instagram junto a una foto suya sonriendo, con el puño cerrado y guiñando un ojo.

Y es que Stallone nunca lo hubiera logrado sin humor y resistencia. «No soy lindo en el sentido clásico», bromeó una vez sobre su aspecto. «Mis párpados están caídos, la boca está torcida, los dientes no son derechos…».

Nacido en Nueva York como hijo de un inmigrante italiano, Stallone se abrió paso en la actuación a principios de los 70 con pequeños papeles. A los 25 años tuvo el papel principal en el film erótico «The Party at Kitty and Stud’s», que le dio más tarde el apodo de «Italian Stallion» (semental italiano). Woody Allen lo contrató para un pequeño papel como baterista en «Bananas» y también tuvo una participación en el thriller «Klute» con Jane Fonda.

Frustrado con su carrera actoral, Stallone escribió el guión de la película sobre el boxeador «Rocky». El film fue un hit el año de su estreno, 1976. Obtuvo diez nominaciones al Oscar y ganó tres premios: mejor dirección, mejor montaje y mejor película. Dos años más tarde, Stallone lograba otro éxito con el veterano de la guerra de Vietnam de «Rambo».

Tras dos matrimonios fracasados, entre ellos el que lo unió a la actriz danesa Brigitte Nielsen, Stallone está casado desde 1997 con la ex modelo Jennifer Flavin, de 47 años. Juntos tienen tres hijas, la menor de las cuales tiene 14. En abril dijo en el show de Ellen DeGeneres que en casa solía mantener la boca cerrada ante la clara supremacía femenina. «Hasta las perras son todas hembras, y el único macho está castrado», bromeó.

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