Por Salazar Ochoa

Pedro Boche lleva cuatro minutos de retraso y mi mente fatalista dibuja los peores escenarios. Ojalá y la extraurbana en la que venía no se haya embarrancado en alguna curva pronunciada. Me gusta la música de este muchacho, se nota, se siente que le imprime un estilo y su voz… ¿Qué puedo decir de su voz? NADA. Qué sé yo de voces, solo debo señalar que me parece agradable.

Pedro es músico, es estudiante de periodismo, tiene 28 años y es originario de la Antigua Guatemala. Se dedica a componer canciones a través de lo que la vida le muestra y desde hace tres años decidió zambullirse de cabeza en la escena. Fue a través de Sesión de Micros Abiertos, una plataforma web que impulsa músicos independientes en Guatemala que entré en contacto con su música, si pueden hacer unos clics para llegar a su propuesta encontraran material pegajoso que garantizo los enganchará.

Son las 12:09 horas y el calor se hace cada vez más insoportable. Boche no aparece y mi pegajosa piel se derrite sobre uno de los sillones de La Casa. Quizá lo asaltaron en El Trébol mientras intentaba transbordar. Tal vez ahora esté bajando en la estación de San Sebastián luego de que alguna anciana se solidarizó con su desgracia y le prestó un quetzal para subirse al Transmetro.

La historia de Pedro y la música tiene que ver con la mala fortuna, una fractura en el pie hizo que en el colegio su agitada trayectoria atlética tomara una pausa para conocer la guitarra, ejecutar los primeros acordes y enamorarse del instrumento inseparable que hoy en día le permite viajar, comer y conocer toda clase de personas.

Es reconfortante encontrar buena música de una nutrida camada de cantautores guatemaltecos, es desalentador caminar sobre la 2ª. avenida de la zona 1 de la ciudad de Guatemala y percibir tanto miedo en la gente, tanta desconfianza. He escuchado tres de las canciones de Pedro y ya me aviento a decir que es uno de los abanderados de esta nueva ola. Sin embargo, es precipitado emitir juicios al respecto porque la mayoría de los miembros de esta erupción artística alternativa son bien pilas. Será mejor ahorrarse las precipitaciones y madurar las ideas.

¿Y si se le olvidó nuestra reunión? Nahh, no lo creo, nadie desaprovecharía la oportunidad de aparecer en el Suplemento Cultural de La Hora. Habrá más de algún caso, algún incauto. El reloj marca las 12:15 y ya se me durmió la pierna que crucé. Creí que era Pedro el que aparecía en el umbral de la puerta pero no, era un muchacho que trabaja en el centro cultural. Le doy otro sorbo a mi Cabro (¿Les conté que pedí una para apaciguar el ambiente tropical?) mientras sigo escuchando a los Kings Of Leon (buenos esos muchachos) y su “Spiral Starcase”. La misma canción una y otra vez, no entiendo cómo no me aburre.

Yo no sé porque la gente siempre llega tarde. No hay excusas. Yo siempre llego tarde, si me dicen a las 12:00 generalmente llego a las 12:00, pero eso obviamente ¡Es tarde!, uno debería llegar por lo menos unos 15 minutos antes de cada cita, para aclimatarse, ponerse cómodo, que sé yo, leer un libro.

Son las 12:23 ¡Por fin llegó! ¿O no?

Se preguntará usted querido lector por qué nunca antes había oído mencionar a Pedro Boche en alguna parte, lo mismo le pregunté a él. Creo que Guatemala es un mercado pequeño para la música, no es que sea malo, simplemente es pequeño. Ahora internet ha modificado la forma de visibilizar a los artistas, sin embargo, el país se sumó bastante tarde a estas plataformas.

La propuesta musical de Pedro se basa en aprovechar sus experiencias sentimentales vitales y producir música que transmita su forma de concebir el mundo sin forzar nada, la vida nocturna de Antigua influye considerablemente en ella según él mismo confirma.

Después de sostener una buena plática con Pedro coincido firmemente con él cuando afirma que lo que este país y el mundo en realidad necesitan son músicos que no quieran cuadrar con nada. No se trata de encajar en modelos preestablecidos impuestos por el mercado o consumir artistas acartonados producidos en serie, uno siente cuando prueba algo nutritivo ¿O ya no?

Para terminar le pedí a Pedro que me diera tres nombres de músicos en Guatemala que no intentan cuadrar y que tienen una propuesta original e intensa para escucharlos de tarea este fin de semana. Estas fueron sus recomendaciones: Ishto Juevez, Franc Castillejos y un dúo: Fraaek.

Ishto Juevez: https://soundcloud.com/ishto-juevez
FranC Castillejos: https://soundcloud.com/franc-castillejos
Fraaek: https://soundcloud.com/fraaek


Pedro Boche estaba generoso el día que nos conocimos y me regaló un disco. Se trata de una de las pocas grabaciones realizadas en vivo en este país, Pedro Boche – Tras Bastidores (en vivo en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias). Si lo quieren con gusto lo comparto con ustedes que ya Denis me hizo favor de grabarlo en la computadora. Solo escriban a jsalazar@lahora.com.gt y no olviden colocar su número de teléfono.

Lo que este país y el mundo en realidad necesitan son músicos que no quieran cuadrar con nada. No se trata de encajar en modelos preestablecidos impuestos por el mercado o consumir artistas acartonados producidos en serie, uno siente cuando prueba algo nutritivo ¿O ya no?

Artículo anteriorLos de la foto
Artículo siguienteReseña de “La Bruja”