Por Werner Herpell
Berlín
Agencia/dpa

No es difícil imaginar la decepción de algunos de los seguidores de Bob Dylan. Su héroe, el mayor poeta de la música rock, pop y folk cumple 75 años el 24 de mayo. ¿Y cuál es el regalo del artista para sus fans? Nada de un nuevo álbum legendario, ni siquiera nuevas canciones, sino una segunda entrega de una recopilación más bien contradictoria de canciones antiguas que Dylan interpreta con intensidad y voz ronca.

«Fallen Angels», que salió a la venta el 20 de mayo, es el álbum de estudio número 37 de Dylan y uno de los pocos que cuenta con un gran número de composiciones ajenas, algo que no debe interpretarse como un bloqueo creativo. Más bien se corresponde con su obstinada actitud de no prestar atención a las expectativas que pesan sobre él y de hacer lo que quiere, más aun a su edad.

Cuando alguien como Bob Dylan quiere cantar sus canciones favoritas de tiempos pasados, sencillamente lo hace. Y deja para otro año su próxima gran obra, posiblemente un nuevo «Time Out Of Mind» (1997) o «Tempest» (2012).

Interpretados por la banda de Dylan con un estilo «Hawai-Swing-Combo», los 12 nostálgicos temas de «Fallen Angels» enlazan directamente con su anterior disco, «Shadows In The Night» (2015). Para aquel trabajo el artista escogió diez temas interpretados y en gran parte popularizados por la voz aterciopelada de Frank Sinatra.

«Me encantan esas canciones y por eso las abordo desde el respeto. Demolerlas sería un sacrilegio», dijo el artista, quien para ello impuso cierta airosidad a su forma de cantar.

«La voz de Dylan se mueve por ello con una ligereza desconocida desde hace tiempo y con un gesto de cariñosa distancia», apuntó su biógrafo alemán Heinrich Detering sobre su agradable acercamiento a temas que tienen hasta 70 años.

Otro crítico lo describió como el «álbum de Bel canto de Dylan». Y esa intención de cantar bonitas canciones antiguas de la forma más bella posible impregna también este nuevo disco, aunque sin los temas de Sinatra y con diferente éxito.

En esta ocasión la voz de Dylan, con 50 años de conciertos a sus espaldas, no siempre está a la altura del reto que supone este material. Así, en «Polka Dots And Moonbeams» o en «All The Way» sufre con los tonos más agudos, mientras que en «Nevertheless» o «It Had To Be You» su voz suena tan forzada como la de un tipo viejo intenta cantar los éxitos de su juventud en un karaoke.

Todo ello no resta encanto al ejercicio de un hombre que ya lo ha conseguido todo y que se ha merecido ponerse un poco sentimental. Y aunque quizás no guste a todos los «Dylanólogos», muchos otros fans aprecian esa reverencia de un legendario cantante y letrista ante el pasado de la música pop.

Como muestra, están las listas de éxitos del año pasado: «Shadows In The Night» llegó al top ten en 17 países, entre ellos Estados Unidos, donde alcanzó el número 7 y el Reino Unido, donde llegó al número 1.

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