Por Jenner Santos
Barrancópolis

La celeridad del mundo se apodera de nosotros en la cotidianidad, reduciéndonos a esos seres emocionales e instintivos que suceden en la adrenalina, el sexo, la nostalgia, la estupefacción indomable de miles de shocks eléctricos y nerviosos que viajan trastabillándose en la corporeidad, y amasan un ser impreciso que se diluye lentamente. Tal vez esta sea la descripción más acertada que se le puede dar a “No es usual”, el disco de Tony Delgado liberado a los páramos de la indiferencia guatemalteca en 2,012.

_Cul6_1ACon su rock blues pop, el disco te engancha desde la primera rola, Nada ni Nadie. Con batería y aplausos puedes sentir los destellos de la música hacer implosiones desde dentro de tus parpados, escurriéndose lentamente con el acompañamiento de la guitarra hasta tus extremidades, y la voz con enjuagues agudos que te atraen hacia el sopor de un estado alterado.

Las canciones se apegan a una influencia estricta de un rock que nunca muere, tal vez porque la condición humana no lo permite, o simplemente porque la subjetividad nos lleva a referirnos a esa época de la música como única e irrepetible. Influencias en la guitarra y el bajo de bandas como The Who, Hendrix, Sabbath, Zeppelin (y vaya Cristo a saber cuántos más hacen posible esta mezcolanza), pero con un estilo genuino e inconfundible que prende el pecho y lo eleva hacia las ganas de divertirte en la autodestrucción y la locura.

Santa María es otra de las canciones que captan la atención; perfecta para introducirla como soundtrack de algún corto que emule el anhelo metafísico de encontrar la muerte en alguna carretera a altas velocidades. – Un, dos, tres, cua… – Se escucha al inicio para que empiece la batería, el bajo y la guitarra a hundirnos en la relación de adrenalina y expectativa; la letra a manera de plegaria, pide sin remordimiento una muerte hermosa y contemplar el filo de lo desconocido.

El disco viene empaquetado sin una pizca de pretensiones (¿raro en Guate va?). Se escucha a todas voces los sonidos que influyen en el ritmo de su composición, pero realmente no aspira a ser una vil copia contemporánea de algo que ya se hizo muchas veces; no es sino una expresión coherente del espíritu, una línea de vida que se desata en los acordes arrastrados y llenos de energía que dispara la guitarra en Quiero ser libre, o bien, en la nostalgia suave y facturadora de rolas como Pensar, Buscando Pasión o bien, Soledad.

Es tal vez en el estilo único y diverso que Tony le intenta dar a su disco en donde recae la anonimidad del material. Echarse de un solo tirón las dieciséis canciones es todo un viaje y aburre de a ratos, no porque sean malas, porque al contrario, el disco que se disparó ¡ÉL SOLO! Está demasiado bien hecho. Simple y sencillamente escucharlo una hora completa lo hace ecléctico, lo termina convirtiendo en algo de lo mismo, que muta a algo diferente, pero es lo mismo al final.

Antes de terminarse el disco (escúchenlo hasta el final, ya sea por pedazos o de una), existe Santa María (Versión Experimental); una rola bizarra, llena de distorsiones y un eco casi imperceptible que nuevamente te llenan de atención antes de reventarte con Sobras de Cerdos, una pieza con un bajo exquisito y lleno de cambios que no son insostenibles para la magistral guitarra.

Con Odis Odis se acaba el largo pero no tortuoso viaje de este disco. Una tonada simple, a guitarra acústica, rica en composición y en armonía; una canción de amor melancólico que indudablemente todos podemos sentirnos identificados con ella, al menos en algunas partes.

Tony Delgado actualmente forma parte del grupo KIN; una banda que derrocha a mares el estilo propio de su rock blues pop. Hay que escucharlos para no dejarlos en el olvido, justo como casi le sucede a esta joya de disco perdido en la internet y la memoria.


La batería, el bajo, la guitarra, los coros, y las voces del disco “No es usual”, fueron grabados por Tony Delgado, quien además participó en las mezclas y compuso cada uno de los temas que integran el material.


Jenner Santos (Guatemala, 1990) Me gustan más los paches que los tamales y vivo atormentado porque Selena murió el día de mi cumpleaños. Honesto y vil antes que cae bien. No sé qué decir cuando me preguntan si soy antropólogo o escritor.

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