Por Danilo Lara
“BATMAN V SUPERMAN: EL ORIGEN DE LA JUSTICIA” abre con una nueva versión del asesinato de los padres de Bruce Wayne, una escena que hemos visto más veces que las que El Pirulo ha visto el último gol de Plata.
Sin embargo, Zack Snyder (el director) hace algo distinto con la escena. En la versión de Nolan en Batman Begins (2005), el asaltante se acerca a los Wayne apuntándoles con la pistola, don Wayne le entrega la billetera e intenta calmarlo, hacerle saber que no hay clavo: él se lleva su money y ellos continúan su velada. Hay un aire de serenidad en papá Wayne, él sabe que el asaltante a su vez siente miedo –que es lo mismo que le dice a Bruce respecto a los murciélagos cuando el nene cae en la cueva. El miedo es el tema central de la saga batmanesca de Nolan.
En lugar de esa calma, incluso entendimiento, que el papá de Bruce irradia en Begins, en la nueva interpretación de esa escena, don Wayne ataca al asaltante. Es un detalle pequeño, y no digo que esa no sea una reacción auténtica al ser asaltado. Lo que pasa es que, a juzgar por lo que vemos en el resto de la lica, lo más probable es que Snyder simplemente haya pensado “Já, el no no se iba a dejar del caco, ¡no es el mero papá de Batman, pues!”.
Esa es la vibra de la lica: gente paranoica y violenta, y gente con capa que, en lugar de inspirar, también es paranoica y violenta.
Podría intentar juzgar la lica solo en base a sus méritos cinematográficos, dejando de lado lo que estos personajes significan y su historia. Pero no puedo. Estoy involucrado. He suspirado por ver al panteón de superhéroes de DC juntarse en la pantalla grande, desde una época en que –mirándome al espejo– también suspiraba por ver una cantidad respetable de vellos faciales juntarse en mi cara.
Y no me gustó la interpretación que vi de ellos.
A ver, el Batman de Ben Affleck es un excelente Batman. Es brutal, determinado y distribuye katos con el carácter que ningún otro Batman de cine, cine porno o cine porno con marionetas lo ha hecho. Es sombrío y le está perdiendo la fe a la humanidad. Puedo vivir con este Batman. Pero Superman se supone que sea su opuesto filosófico: un torrente de disposición a creer en la gente. Pero nel. Este Superman también es sombrío y también acarrea un aire de pesimismo. El choque moral entre ambos es menos Iron Man contra el Capitán América y más Freddy contra Jason.
Yo sé que en el manojo de décadas que tienen de existir, ha habido versiones bien darks de Batman y también de Superman, y buenas historias con versiones extremas de los personajes (“The Dark Knight Returns” o “Superman: Red Son”, por ejemplo). El problema es que DC está comenzando su propio universo cinemático (a lo Marvel), y es turbio–y puede ser nocivo– pintarlo sobre un lienzo tan influenciado por cómics que pretendían deconstruir a los superhéroes o solo demostrar qué tan “gruesos” y macabros podían hacer a los Súper Amigos porque así eran los noventas cuando nos gustaba Korn.
De entrada es Bizarro que Snyder haya decidido inspirarse en “The Dark Knight Returns”, una historia alterna medio satírica en donde los dos íconos se dan riata a muerte. Porque esa historia, no solo fingía ser la última historia de Batman, sino que también se sirve de una larga relación entre los dos personajes. En esta película apenas se están conociendo, ni siquiera los conocemos, no peleen muchá, se ven mal, ya váyanse, ¡no me gustan esos hombres malos, mamá, que ya salga la Mujer Maravilla!
En especial siendo fan de Superman, “El Origen de la Justicia”, y su precursora “Man of Steel”, son experiencias dolorosas. Es como ser amante de los chicharrones y tener que ver a un chef extrayéndoles la grasa y después rellenando sus cueritos con espinaca para hacerlos wraps. Así de MAL entiende Zack Snyder a Superman.
O más bien es que Snyder entiende a Superman en una forma visual, icónica: poses clásicas sacadas de una página de Alex Ross, posturas renacentistas, descensos eclesiásticos del firmamento, iconografía cristiana hasta la chingada, etc. Pero yo creo que su fetichismo por las imágenes juega en contra de un entendimiento profundo del personaje –las pocas veces en que este Superman aparece ayudando a las personas, que es lo que un Superman hace, Snyder compone la escena de manera que Kal-El se ve distante, divino, fundamentalmente alien. En lugar de mostrarlo interactuando con la gente como el buen chato de Kansas que es.
Para mí, el secreto es que Superman no es un héroe de acción, ni es Goku, ni tampoco una metáfora de Jesucristo. Las historias que más he disfrutado de Superman no terminan en derroches de poder, chivarretos cósmicos o su propio sacrificio. Terminan cuando sus enemigos esperan de él poder y violencia, y él les responde con compasión y astucia.
Yo sé que estamos en la era de los mega-blockbusters bombásticos, y que ninguna película moderna de Superman va a tener como clímax al Último Hijo de Krypton buscando una forma imaginativa de hacer que Mr.Mxyzptlk diga su nombre al revés y con ello vuelva a la 5ta Dimensión. Me encantaría, pero no va a pasar. Solo digo que para trasladar al Superman, y al restante desfile de héroes y villanos en trajes ridículos que a mí me gustaría ver, hace falta una humanidad, una ironía y un sentido del humor que no he visto en el lenguaje cinematográfico de Snyder (sin olvidarnos que el guión de David S. Goyer y Chris Terrio es desastroso).
Conste que no es pura ñoñada mía querer ver a un Superman dulce, amable y que represente lo mejor que como especie podemos ser. Es que en sus 75 años se podría decir que esas son las características que definen al personaje. Además es una onda de rango, de diversidad. En el espectro de personajes de DC, Superman es el extremo de virtud moral. Pero si en este nuevo universo Superman va a andar quebrándole cuellos a los villanos, amenazando a Batman y perdiendo el impulso de hacer el bien, imagino que Deathstroke va a tomar su whiskey con lágrimas de focas bebés.
Por suerte, no solo soy fan de los cómics o de Superman. También le entro a la mitología y en ese aspecto la película no me defraudó, es una tragedia griega de escala mítica en donde los personajes hablan en una jerga tan absurda como espléndida.
En fin, mi parte favorita de la película: la aparición formal de la Mujer Maravilla. ¡Por Hera que es magnífica! Tanto que he decidido referirme a esta lica únicamente como “El Breve Show de la Fenomenal Mujer Maravilla y los Dos Idiotas que Hacen Algunas Cosas Cuando Ella Lamentablemente No Está” –un cacho largo pero ni modo.
¡BONUS ESPECIAL TIME!
PELÍCULAS CON MAYOR CANTIDAD DE HUÉRFANOS:
4) “El Orfanato”
3) “Batman v Superman: El Origen de la Justicia”
2) “Dos Nacos en el Planeta de los Huérfanos”
1) “¡El Aire Está Lleno de Huérfanos!” (una película de ciencia ficción y romance que estoy escribiendo, en la que un hombre conoce a una mujer y se enamoran, pero nunca pueden darse el primer beso porque el aire que se interpone entre ambos está contaminado con millones de pequeños huérfanos).