Por Jenner Santos
Con el reciente EMF es justo visitar el material de una banda que tuvo aparición en el festival. Todo Lo Que Te Digo Está Mal es el último disco de la banda guatemalteca Easy Easy; una de esas experiencias perentorias y desgarradoras que te cautivan desde la agitación y la violencia de un apabullante reclamo, canciones que se conciben desde un corazón que lame sus heridas, pero que al mismo tiempo dice fuerte y muy alto que lo que no te mata solo te fortalece, y vaya que este disco viene fuerte ante una escena que no conoce nada que se le compare al estilo de los Easys.
Rimas creativas y bien compuestas, arreglos soberbios de una batería impredecible y unos acompañamientos de guitarra y bajo que por ratos alcanzan una destreza recia y bien ejecutada en riffs que abrigan los sentidos, son lo que componen este disco tan desigual a lo que en Guateindiferente se alcanza a escuchar de sus bandas locales.
Cada canción trae consigo una carga de rabia explosiva que se detona desde un estrepito melodioso que retrocede y te asalta, dejándote un sabor de inexplicable tranquilidad que se oculta tras los amargos y coléricos lamentos de las letras que juegan al vaivén de un péndulo que se mece entre el rap y la balada.
Mint Condition es sin duda la pieza maestra del disco; “You been through hell / I’ve been through everything” se oye en el fondo mientras sentimos la imborrable marca de algo que deleita y nos hace querer escucharla una y otra y otra y otra vez, experimentado el riff, los remates de batería y por supuesto, la voz de Jesse Báez. Sin embargo, rolas como Good to Me, Regular Show, Mismos ojos, entre otras, también enceguecen con una implacable calidad técnica que no se había visto en sus trabajos anteriores y recogen la necesidad de cerrar los ojos, y dejarse llevar ante la tonada y el deseo de cantar a todo pulmón.
“All you got to say is just be good to me, be good to me/Be good to me… And all you got say is be good to me, be good to me”
Una tormenta apasionada con breves descansos en la melancolía y la rudeza, sea tal vez, la mejor descripción de un disco lleno de insinuaciones que llaman a romper paradigmas musicales; la lucha entre el ruego y la resignación, entre el dolor y la felicidad son los matices que hipnotizan y te atraen a un pozo lleno de seducción y lujuria, mientras atraviesas esta inagotable fuente de furia y calidad musical.
Es difícil hablar de género y de Easy Easy; su propuesta de R&B, rock pop, indie, e introducciones a sonidos metálicos y electrizantes, es algo que cautiva desde el inicio y te hace no querer despegarte de su música nunca más. El duelo del amor que magistralmente despliegan se yuxtapone a la música y la letra que en combinación nos dejan esta obra que pacientemente se introduce a lo recóndito de tu mente y tus sentidos.
Con las rolas Collar Eterno y Mata Hari, la banda se despide, dando un knock out certero a este viaje de formas y colores inexplicables. Rolas que son el final perfecto a este paseo en una montaña rusa llena de versatilidad y facetas rítmicas que no le envidian nada a las grandes bandas “comerciales”.
Sin duda el álbum debut de la banda es sublime, y nos deja ansiosos por saber qué será lo que más adelante traerá. Su madurez es indiscutible y Cóctel (nombre anterior de la banda) ya no existe. El disco fue producido por Gerardo Rosado y Bajo Presión Records y estamos a la espera de la próxima joya musical de los Easys.