Por Santos Noj Monroy

Hablar de historia representa  tener la oportunidad de explicar  acontecimientos importantes  que se dieron en algún momento de nuestro pasado, ¿Pero quienes tuvieron esa oportunidad de transmitir dicha versión dentro de la oficialidad de nuestra historia? En aquellos tiempos para poder publicar una obra histórica sobre el continente tenía que ser aprobada por el Consejo de Indias antes de su impresión, esto debido a que varios escritos surgieron con la intensión de adquirir algún tipo de beneficio de parte de la  corona española por haber participado en el proceso de conquista. Primariamente quisiera responder que Bernal Díaz del Castillo, Antonio Remesal, Fray Francisco Ximénez, Fray Bartolomé de las Casas, Francisco Antonio Fuentes y Guzmán entre otros tantos que van surgiendo como autores clásicos de nuestra historiografía resultan siendo: conquistadores, hijos de conquistadores (o sea militares y criollos) y demás descendientes, así como de las órdenes religiosas.

Estas personas o agrupaciones después de haber invertido  tiempo para estructurar esas ideas que se mantienen en el imaginario de nuestra sociedad hasta el día de hoy y que representan nuestro pasado, cimentaron la versión que como grupo social defendían y que a través de su posición socioeconómica  supieron aprovechar para transmitir esa historia sobre su participación en las crueldades que cometieron en contra de nuestros pueblos.

La forma de cómo desarrollaron  el proceso de colonización-cristianización generó algunos disgustos en los otros sectores de poder creando conflictos  entre sí, pero que en su profundidad eran peleas  para obtener algún tipo de beneficio a través del repartimiento, la encomienda o en el ayuntamiento. Las relaciones de poder que tenían estos escritores influyeron para que sus publicaciones fueran financiadas y así lograran su aprobación, contaban con amigos o familiares dentro de las altas esferas administrativas de la corona española.

También conocemos parte de la versión de los pueblos indígenas a través de las conocidas crónicas y sus títulos de tierra que van surgiendo como un instrumento de defensa ante la expropiación de los invasores enviados desde la corona española y la cruz cristiana, en este rango se encuentran varias probanzas de territorio que los pueblos indígenas presentaron ante las cortes españolas bajo las Leyes nuevas, que son un conjunto legislativo promulgado el  20 de noviembre  de  1542, que pretendían mejorar las condiciones de los indígenas de la América española, fundamentalmente a través de la revisión del sistema de la  encomienda  y brindando una serie de derechos a los indígenas para que vivieran en una condición mejor.

Desde esta perspectiva, se puede notar que los escritos de por sí, son eminentemente políticos ya que las circunstancias que se estaban dando dentro de la colonia les permitían defender de forma jurídica su espacio territorial que apetecían varios grupos y que además representaban un espacio vital para el medio de subsistencia de los pueblos.

En el estilo literario se puede estimar la similitud que tienen con el Popol Vuh, en cuanto a la parte creacionista y mítica que adoptan los escritos, y la forma de fundamentar quienes fueron esos primeros hombres que habitaron estas tierras. Relatan que durante mucho tiempo estuvieron movilizándose desde el norte de Yucatán (pa Tulán, pa Civán) hasta llegar a las  tierras altas de Guatemala, pero estos escritores se identifican bajo linajes de los señoríos indígenas ya que encontraron una oportunidad «Firmamos nosotros los primogénitos de Cavikib, nosotros los descendientes de Balam-Qitzé» (Títulos de los señores de Totonicapán).

Más allá de que surjan estos textos como una ambición o en defensa de sí mismos como agrupación, una simple lectura de estos documentos, hace evidente que la historia oficial del país y de los pueblos parte siempre con la necesidad de resaltar quienes son esas primeras personas que hasta cierto punto creen que les pertenecen esas tierras y ese papel dentro de la historia, solo digo que siempre, siempre hay alguien que saca raja de los demás más allá del valor de sus aportes historiográficos.

…siempre, siempre hay alguien que saca raja de los demás más allá del valor de sus aportes historiográficos.

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