Por Sócrates Tejaxún
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El miércoles 25 de noviembre se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que cae en B´eleje´ B´atz en el calendario maya de la cuenta corta, es decir el Cholq´ij de acuerdo al Pop Wuj. B´eleje´ (9) es el camino, el poder, la acción y fuerza femenina. B´atz es hilo, cuerda y es el primer nahual, el principio del tiempo. Podemos decir que B´eleje´ B´atz es el principio del poder, la acción y la fuerza femenina.
En esta ocasión quiero hablar sobre pintura y abordar a dos mujeres artistas que se dedican a plasmar sus ideas a través de sus dibujos en diferentes formas.
Aurora Agustín tiene 20 años, es originaria de Quetzaltenango y se define como una hija del viento y del agua, maya mam/kiche feminista. Pinta porque a través de esa acción expresa su rebeldía a un sistema patriarcal y machista que le ha dicho que por su condición de ser mujer es incapaz y por lo tanto debe dedicarse a servir a los hombres y permanecer en la casa, así lo dicta la sociedad. En ella se hace necesario pintar para expresar sus sentimientos y porque hay una necesidad de darle alegría y sentido a la vida a través de los dibujos que muestran lo que una mujer es capaz de hacer y lo que por mucho tiempo se le ha negado por su condición de género.
Su trayectoria artística empieza a los trece años en el dibujo. Luego comenzó a desarrollar la técnica del grafiti y desde hace dos años se dedica al arte urbano realizando murales con diferentes colectivos y diferentes comunidades. Aurora comenta, «nos limitamos al creer que solo las y los artistas pueden expresar sus ideas sin darnos cuenta que como personas y seres pensantes somos arte». Aurora cree que el arte de las mujeres es necesario para desde ahí poder hacer valer sus derechos, negados e invisibilizados por un sistema patriarcal, un sistema que quiere seguir controlando el cuerpo y la vida de las mujeres. Aurora maneja una filosofía ancestral y trata de plasmar la relación de las mujeres con la madre tierra, sus dibujos reivindican la lucha de las mujeres por la defensa del territorio, el cuerpo y la Madre Tierra.
Sucely Puluc es una mujer maya-kiche que también rompe paradigmas y a través del arte plasma la liberación de las mujeres al arrancar los estigmas que esta sociedad patriarcal propone y que las ha condicionado, desde cómo las mujeres deben de vestirse y conducirse en las calles, en lugares públicos y privados.
Lo que Sucely plasma en sus dibujos es una emancipación que se hace necesaria dentro de un sistema machista que las condiciona a vivir de tal manera, que las campañas de violencia contra las mujeres se justifican al decirles cómo ellas deben protegerse y no enfocándose en quienes cometen las agresiones. Sus dibujos se inspiran en la cosmogonía maya, trazos inspirados por la abuela Ixchel que representa la luna, por ser cíclica como la vida, trata de romper con esa belleza superficial que se les ha impuesto a sus vidas como mujeres. Por eso sus dibujos son cuerpos de mujeres que se encuentran con la naturaleza, con su desnudez, tal como han venido al mundo y como han sido los procesos cíclicos de la vida y como sus menstruaciones representan sus diversos estados y etapas de vida. Con su arte teje los caminos que ellas como mujeres llevan y teje esa independencia necesaria. Uno de los aspectos a observar dentro de sus dibujos es la aparición de la mujer maya. Sucely afirma este detalle como muy importante y dice al respecto «muchas veces estamos acostumbradas a ver mujeres en pantalón o falda no así ver a las mujeres mayas con Uq, pot y pas (corte, güipil y faja respectivamente) por eso mis dibujos van con características de mujeres mayas porque es mi raíz y es la razón de mi existencia». Sucely fulmina con un último comentario «las mujeres no somos tu culito, ni putas, ni tu amor, somos mujeres con nuestro propio cuerpo y territorio»