Por redacción Cultura

El domingo pasado, durante el acto de clausura de la VII Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia, el cineasta Uli Stelzner anunció su renuncia como director de la misma. Uli Stelzner había fundado «La Muestra» en 2010, en el momento de lanzar su película «La isla» sobre los archivos de la extinta Policía Nacional. Desde entonces, se desarrolló con un enorme crecimiento hasta ser el festival de derechos humanos con más público en América Latina. En sus 7 ediciones, atrajo casi 50 mil espectadores con solo 150 películas de todos los rincones del mundo, se realizaron 120 cine-foros con invitados internacionales de 20 países y 140 invitados naciones de todos los sectores de la sociedad. Los debates y diálogos inspirados por las imágenes y sonidos de la gran pantalla abrieron un importante espacio público de debate, reflexión, diálogo e intercambio de ideas para alcanzar una sociedad más democrática, más humana, más justa y más tolerante.

La sección Memoria Visual, en la cual se publicó cine inédito sobre Guatemala (La bestia verde, La Trilogía de Mikael Wahlforss etc.) y la publicación en DVD de más de 12 horas de cine nacional inédito significaba un aporte importante a la memoria histórica del país. La sección Cine 15+, dedicada a los institutos educativos tanto públicos como privados, abría un valioso espacio para los jóvenes. Más de 5 mil estudiantes participaban en las presentaciones y debates.

Sin embargo, la realización de la Muestra en el país nunca ha sido una tarea fácil. En 2010, en el marco de la primera edición, hubo una amenaza de bomba y un corto circuito de electricidad en el Teatro Nacional. Dos años más tarde, ocurrió algo parecido en la ciudad de Quetzaltenango, segunda sede de la Muestra en dos ocasiones, cuando se cortó la luz en el sector donde estaba ubicada la sala de cine. En 2014, varias películas sobre Guatemala fueron retiradas de sus productores por temor a posibles represalias hacia sus protagonistas. La producción guatemalteca «La propuesta impuesta» sufrió fuerte presión de parte de tres ministerios del estado para no ser exhibida. Estos hechos llevaron a un exilio temporal de la Muestra. Por consecuencia, la VI Muestra se llevó a cabo en la Ciudad de Berlín y en Buenos Aires.

En 2015 la Muestra regresa a Guatemala, motivada por el soplo de aire fresco de las movilizaciones ciudadanas. Sin embargo – así lo comentó Uli Stelzner en su discurso de inauguración – la Muestra contaba cada vez con menos recursos para el festival y que para su actual edición tenía que sacrificar la sección Cine 15+: «Es lamentable que un festival que fomenta el encuentro, el debate, la reflexión, el pensamiento crítico y los derechos humanos a través del cine con tanto público, no tenga los recursos básicos para existir y garantizar su propio desarrollo. Es desgastante y frustrante de que cada año estamos obligados nuevamente a mendigar, a convencer que el cine que ofrecemos representa un fundamental aporte al desarrollo democrático, cultural y artístico al país. El hecho de que es la juventud que pierde en esta ocasión, es sinónimo del dilema que vive el país. La poca oferta cultural y la falta de oportunidades frenan el desarrollo humano y cultural de la población.»

La VII Muestra que finalizó el domingo pasado, contaba nuevamente con miles de espectadores, aunque un poco menos que en ediciones anteriores. Se presentaron 29 películas de más de 20 países, con directores procedentes de México, Argentina, Italia y Nicaragua y decenas de invitados nacionales. La Muestra tuvo el privilegio de poder ofrecer al público guatemalteco el preestreno mundial de la película «El Buen Cristiano» de Izabel Acevedo, como también los estrenos de «Elogio del Cine», un homenaje al cine nacional del director Sergio Valdés Pedroni. «Elogio del cine» fue el largometraje documental guatemalteco nominado para los premios FÉNIX en 2015.

En la clausura, Uli Stelzner resaltó que las limitaciones económicas cada vez más alarmantes, impiden la continuidad y el desarrollo del festival, lo cual significa desgaste e inmovilidad. «No avanzamos, quedamos monolíticos. No logramos realizar nuevas ideas, ni descentralizarnos hacia el interior del país, ni alcanzamos a los jóvenes.

En consecuencia, el cineasta anunció su renuncia, pronunciada con mucha emoción – y lo argumentó de la siguiente manera: «El desgaste personal ha sido enorme en estos años. De cineasta me convertí en director de un festival, lo cual significa renunciar a la creatividad y convertirse en productor, suplicando fondos y moverse en ámbitos que no siempre son los más agradables (…) Pero a pesar de todo – por supuesto- no me arrepiento. He visto los resultados positivos en los ojos de los jóvenes y adultos que llegaron a las salas de cine. Fueron miles y miles a quienes el cine documental les hizo cambiar la mirada hacia la realidad y la historia. Hemos traído cine de todos los rincones del mundo para enriquecernos, para hacernos mejores personas, para animarnos, asombrarnos, concientizarnos y motivarnos. Hemos podido invitar a muchos directores y directoras que han tenido experiencias incomparables con nuestro público y el país. Vieron nuestra dedicación, nuestro compromiso y un público al cual durante muchas décadas le fueron negadas esas imágenes (…) La Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia, tal como la conocemos, apaga sus luces esta noche. Pero el cine en el país avanza y tiene la capacidad de renovarse. Y seguramente, no me quedaré ajeno a ese proceso.»

Uli Stelzner lleva 25 años dedicándose al cine en Guatemala, es autor de las películas «Los Civilizadores- Alemanes en Guatemala», 1995. «Testamento», 2000. «Las aventuras de una gata», 2001, «Asalto al sueño», 2005. «La isla- archivos de una tragedia», 2009. «Insight abogado», 2015.

Más allá de momentos de aliento y desaliento, lucidez e incertidumbre, aciertos y desaciertos, el trabajo documentalista de Stelzner es un aporte edificante sin parangón en la historia del cine documental centroamericano. Algunas de sus películas transformaron – y seguirán haciéndolo– nuestra manera de vernos y de ver el mundo. Su paciente interpelación audiovisual de la realidad, su capacidad para sobreponerse a la censura, y los atributos formales, políticos y didácticos de sus representaciones, o su singular humanismo cinematográfico, hacen de Uli Stelzner un vocero legítimo, reconocible y reconocido, de la memoria y la conciencia colectiva de este inquietante rincón de América Latina. Es un cineasta alemán, no cabe duda, pero también uno latinoamericano por derecho propio.

«Es lamentable que un festival que fomenta el encuentro, el debate, la reflexión, el pensamiento crítico y los derechos humanos a través del cine con tanto público, no tenga los recursos básicos para existir y garantizar su propio desarrollo.”
Uli Stelzner

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